Al momento de aparecer la comitiva patriota acompañando a Simón Bolívar, el español Morillo mostró sorpresa al identificarlo: "¡Cómo, aquel hombre pequeño, de levita azul y gorro de campaña que viene montado en una mula, es el General Bolívar, que pena me da por el contraste de mi vestimenta, uniforme de gala de General, medallas, condecoraciones y cintas de todos los colores" Al encontrarse cerca los dos generales, de inmediato avanzan y se dan un abrazo, luego comen y beben juntos, y hasta duermen bajo el mismo techo aquella noche. Sin embargo, el antagonismo no cambió nada, pues a los tres meses, en Maracaibo, aún bajo el mando español, Bolívar quería unir aquella provincia a la República, lo cual se tradujo en la ruptura de la débil tregua. Tiempo después, Bolívar explicó a su secretario irlandés, De Lacroix, que había manejado con mucho cuidado la diplomacia en aquel momento, porque a sabiendas que la tregua no duraría mucho, en realidad buscaba ganar tiempo para organizar y colocar mejor a las tropas patriotas. Bolívar aprovecha de enviar a dos comisionados a España a parlamentar, pero la Corte rechaza cualquier negociación, allá se negaron a reconocerlos como representantes de una república independiente, pues para el Rey Venezuela no existía.
El camino de las armas, de la guerra, era lo único posible y así sucedió cuando al año siguiente se produjo la Batalla de Carabobo. Morillo no estuvo en Venezuela para ver cómo al paso del Ejército Libertador se desmoronaba su ejército realista, el cual había construido en cinco años. Se fue a España el 17 de diciembre de 1820, ya con el título de Conde de Cartagena y Marqués de la Puerta en el bolsillo, como premio a sus actuaciones en América. Posteriormente tuvo actuaciones en las llamadas guerras carlistas y finalmente murió en Francia en 1837, no sin antes escribir sus memorias que incluyen su campaña en América, claro, bajo su particular óptica. El otrora brillante oficial español estaba en la pobreza total al momento de dejar este mundo y su segunda esposa hubo de pedir ayuda a la Reina, pues tenía 5 hijos que mantener. Pero como aquí es imposible señalar toda la impecable y nutrida hoja de servicios militares a objeto de que el lector tenga una idea de quien Fernando VII envió a Venezuela para combatir a Simón Bolívar y sus facciosos. Aquí se mencionará los títulos, grados, nombramientos y otras cualidades públicas, civiles o militares del héroe español, quien por su hidalguía terminó siendo amigo de nuestro Libertador. Pablo Morillo nace en Zamora el 5 de mayo de 1775, a la edad de 16 años se alista en el Cuerpo de Marina, tomando parte en el desembarco insular de Cerdeña y luego en el sitio de Tolón en 1793 donde es herido. En Cataluña, por sus méritos es ascendido, de soldado raso a cabo en 1794. En 1797 ya es Sargento Segundo, siendo hecho prisionero a bordo del navío San Isidro. Vuelto a la libertad se enfrenta al bombardeo de Cádiz por los ingleses y participa en la famosa Batalla de Trafalgar el 21/10/1805 contra el almirante inglés Horacio Nelson; de cuyas resultas cae herido y hecho prisionero.
De nuevo en libertad, actúa en la rendición de la escuadra francesa en Cádiz en 1808, a bordo del navío Argonauta. En la Guerra de la independencia española, contra el usurpador francés Bonaparte, Morillo es Subteniente de Infantería de Voluntarios de Llerena y el 2/6/1808 asiste a la triunfal Batalla de Bailén; primera derrota napoleónica. Guerrea en Extremadura, España y el Tajo, España, siendo ascendido a Teniente y pronto a Capitán por servicios distinguidos. Destinado a Galicia, España, se le nombra Coronel a propuesta de lord Wellington, e impone sitio a Vigo, España, con 1.500 hombres; allí capitulan los franceses. En la batalla del Puente de Sampayo, España, con 12.000 hombres se enfrenta y vence al Mariscal Michel Ney entre el 7-9 de junio de 1809, otorgándole el título de León de Sampayo. Combate en Castilla, Extremadura, Feria, Jerez de los Caballeros y Fuente Ovejuna, todos estos combates en España. El Consejo de Regencia de Cádiz, por su distinción en el 5° Ejército, lo nombra Brigadier de Infantería y su amigo el General Castaños le asigna el mando de una división de infantería. Actúa en acciones de comando contra los invasores franceses y luego con su división se incorpora, en 1811, a las fuerzas del inglés sir Roland Hill, primer lugarteniente del Duque de Wellington. En Arroyo Molinos y bajo sus órdenes, un batallón inglés y otro portugués ponen en graves aprietos a las fuerzas opositoras y como hecho de trascendencia militar, al frente del 5° Ejército, combate en Belalcázar, Talarrubias, Sierra Morena y Villanueva del Duque, entrando luego a Cáceres, después de una correría feliz y gloriosa.