10 de enero de 2019: La nueva batalla de Carabobo se define en Caracas

Este 10 de enero próximo, ha sido escogido por el imperialismo de EEUU, como la fecha para abordar su batalla definitiva contra la Democracia, Soberanía e Independencia venezolana. El dilema a dilucidar es claro: colonia o nación independiente. Para dar esta nueva batalla por nuestra Independencia y Soberanía Nacional, nos convoca el Hno. Presidente Maduro y las fuerzas patrióticas del PSUV y el Polo Patriótico, consustanciadas todas y todos en la nueva institucionalidad, surgida a partir de la aprobación por el pueblo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Se trata de volver a Carabobo, y el significado que tuvo esa heroica batalla en el devenir de la gesta independentista, trazada por el Padre Libertador Simón Bolívar; quien, después de haber obtenido ese magnánimo triunfo, derivó su mirada hacia el Sur -convencido como estaba- que había llegado la hora y se lanzó, después de consolidar posiciones en territorio venezolano, a su consecución. "Bolívar comenzó a pensar en la independencia del Sur, consciente estaba de Venezuela y Nueva Granada no bastaban para conformar lo que él soñaba y lo que soñó Miranda, una gran nación a lo que ellos llamaron Colombia, la Gran Colombia; así que Bolívar comienza a planificar la campaña del Sur. Carabobo, fue la plataforma para luego la liberación del Ecuador, Pichincha, Junín y Ayacucho, tres años después…" (Alocución del Comandante-Presidente Hugo Chávez Frías con motivo del 24 de junio, Batalla de Carabobo, 24-06-2000).

Ya no se trata del imperio español, sino que nuevas fuerzas contrarrevolucionarias, dirigidas y accionadas, por el viejo imperialismo, aquel que el Padre Libertador Simón Bolívar, caracterizó acertadamente en época temprana: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad". (Simón Bolívar: Carta a Patricio Campbell. Guayaquil, 5/8/1829). Y, buena parte de sus contradicciones con Santander, devienen del sentimiento pro gringo de éste: "…nunca me he atrevido a decir a usted lo que pensaba de sus mensajes, que yo conozco muy bien que son perfectos, pero que no me gustan porque se parecen a los del presidente de los regatones (norte) americanos. Aborrezco a esa canalla de tal modo, que no quisiera que se dijera que un colombiano hacía nada como ellos" (Simón Bolívar: Carta a Santander. Potosí, 21/10/1825). No por casualidad, Santander, admiraba profundamente a los EEUU y despreciaba a Haití, por ser una República negra. Valores contrarios a los profesados por el Padre Libertador, quien a la muerte de sus padres, Juan Vicente –su papá- cuando tenía tres años, y María de la Concepción de Palacios –su madre- cuando él tenía nueve años, por lo que de la crianza del niño Simón se hizo cargo la negra Hipólita, quien cumplió el rol de padre y madre del niño. Ambos, el Padre Libertador Bolívar y Santander, encarnaban proyectos antagónicos. "Bolívar, demócrata radical, tenía un ambicioso proyecto político de pueblo en armas, guerra revolucionaria, unión de repúblicas populares y liberación continental. Santander, en cambio, abogado de bufete y apegado a la letra de la ley, católico ferviente y de psicología resentida, enemigo de Bolívar y adversario de Nariño, expresaba un proyecto mucho más pequeño, regional y localista: la república de Colombia entendida como algo ajeno y aislado de Venezuela y la Patria Grande" (Simón Bolívar y nuestra Independencia: Una lectura latinoamericana, Néstor Kohan). Diferencias, que bien sirven para explicar el enconado odio que la oligarquía bogotana y su narco-presidente Iván Duque, expresan en los tiempos presentes. Al punto de afirmar, Duque, que los padres fundadores de la nación neogranadina son los EEUU: "Hace 200 años el apoyo de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia fue crucial, por lo que recibir hoy su visita nos llena de alegría y de honor, precisamente este año del #Bicentenario, tan importante para nuestro país. #PompeoEnColombia", reseñaba en un tuiter para recibir al Secretario Mike Pompeo, actual jefe del Departamento de Estado de EEUU. En una muestra de sumisión, que supera al gesto del presidente chileno, Sebastián Piñera, quien en entrevista con Trump, le manifestó su ansiedad porque Chile sea una estrella más de la bandera imperialista estadounidense.

Esta nueva batalla de Carabobo, que se librará en Caracas, no tiene las características propias de la gesta librada en las sábanas de Carabobo, sino que ha tenido distintas connotaciones, que bien describe nuestro Comandante-Presidente Chávez: "Es decir, estamos en una guerra global, vuelvo sobre la idea, es un nuevo tipo de guerra que se transfigura y como Freites Reyes anoche lo explicaba muy bien, toma distintas formas, guerra política, guerra económica, guerra social, guerra psicológica, guerra mediática y por supuesto, en muchas ocasiones también, guerra armada, guerra militar. Todos estos intentos para prender la mecha lenta, como la he llamado, y tratar de generar en Venezuela una explosión, manipulando a algunos sectores, envenenando a otros a través de permanentes campañas mediáticas, a través de los rumores, de la mentira… Los intentos de dañar o de debilitar la economía venezolana, eso es parte de esa guerra. ¿Quién dirige esa guerra? El imperio norteamericano… Siempre se dijo que se recurría a la guerra como última instancia, cuando fracasó la política, cuando fracasó la diplomacia, luego venía la guerra. Ahora no, eso se invirtió, no, el imperio no necesita hacer política, el imperio no necesita diplomacia, es el imperio y comienza con la guerra…Ahora, ante ese cuadro de guerra imperial, debemos nosotros seguir diseñando la guerra de resistencia, esa es el arma anti imperialista, pensar y prepararnos para la guerra de resistencia, hacer guerra de resistencia todos los días, porque la guerra es de todos los días, resistencia contra los ataques mediáticos que voltean la bandera nacional por ejemplo y pretenden llenar de pesimismo la tierra venezolana, guerra de resistencia contra los rumores, guerra de resistencia contra el intento de dividirnos, de debilitarnos, guerra de resistencia en lo económico, guerra de resistencia en lo político, en lo comunicacional, en lo social, porque el imperio además se cuida de formar sus cachorros en todos estos países, y aquí los tenemos, presentes y no podemos desestimar su fuerza, no hay enemigo pequeño, aprendimos hace mucho tiempo, la quinta columna imperialista que tenemos hoy en Venezuela a pesar de sus debilidades, sin embargo sigue siendo un gran peligro para nuestro pueblo, para nuestra Patria…" (186 Aniversario de la Batalla de Carabobo y Día del Ejército, Intervención del Comandante Presidente Hugo Chávez Frías, 24-06-2007).

En diversos escenarios y métodos de luchas, se ha librado esta nueva gesta independentista. Guerra social, guerra mediática permanente que ha dado de baja importantes medios de comunicación de la derecha, guerra política que conllevó a la destrucción de las fuerzas políticas del imperialismo en Venezuela, guerra económica librada contra el pueblo por Fedecámaras y sus filiales que ha golpeado fuertemente al pueblo venezolano pulverizándole sus ingresos, guerra armada en los años 2014 y 2017 en que las fuerzas terroristas-imperialistas sufrieron sendas derrotas. En la actualidad, la guerra se torna intensa en el terreno diplomático, en que el imperialismo ha trazado su línea política de desconocimiento de la Institucionalidad Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, tal cual se desprende de la reciente decisión de los países que integran el llamado grupo de Lima: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, 13 en total. Tutoriados por videoconferencia por el propio Mike Pompeo, emiten un comunicado en el que desconocen la institucionalidad en Venezuela, y convocan al mundo a desconocer al Presidente-Reelecto Hno. Nicolás Maduro. Una minoría de países, en relación a quienes integran la OEA, 35 en total. Destaca, la actitud digna del nuevo gobierno de Andres Manuel López Obrador de no acompañarlos, actuación que revierte la actitud colonial del México de Peña Nieto, quien en ese grupete de países o colonias gringas, mantuvo una postura de injerencismo y no respeto a la autodeterminación de los pueblos, tal cual reza la propia Carta de la OEA, art.19, "Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen".

El objetivo del imperialismo de EEUU es bien claro, tal cual lo manifiesta el decano de la diplomacia rusa, el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov: "El principio de no injerencia en los asuntos internos de los estados figura en la Carta de las Naciones Unidas. Este principio no sirve para que Rusia se sienta de alguna forma mejor o peor. Es un principio fundamental del derecho internacional. Si permitimos que se viole o que se tome a la ligera con un país que no es capaz de defenderse, se producirá una reacción en cadena. El mundo se convertiría en un caos. Esta tendencia es la que nosotros observamos en Oriente Próximo…" Buscan, consolidar en nuestra Región, lo que crearon en Oriente Medio, mediante la estrategia del "caos controlado", poder desmontar el Estado-Nación Venezuela. Fracturar el país, dividirlo en distintos pequeños países para dominarlo mejor e impedir su desarrollo económico, y hacerse de sus enormes riquezas mineras y energéticas. El "Caos controlado" es, de facto, neocolonialismo como bien lo expresan los países que integran el grupete de Lima. Asimismo, es desintegración regional como bien lo expresan hoy el Mercosur, la Unasur y la Celac, organismos regionales desarticulados y desplazados por la OEA, organización dirigida por los EEUU y que responde a sus intereses en la región. Es la respuesta del imperialismo ante una realidad que el propio Brzezinski en su artículo: "Después de América", para la revista Foreign Policy (2012), donde analiza el declive imperialista de EEUU y sus consecuencias, afirma que: "el empeoramiento de las relaciones entre una América (EEUU) en declinación y un México con problemas internos podría alcanzar niveles de escenarios amenazantes". Es, en previsión de tal escenario que el "Caos constructivo", exportado por EEUU, y plasmado en la guerra de los cárteles de la droga –sembrados y armados por la CIA estadounidense- contra la nación mexicana, iniciada en 2006, coloca a dicha nación como un Estado fallido, que obligaría a EEUU a intervenirlo hasta lograr su sumisión política, como ocurrió en efecto, en los años previos a la llegada a la presidencia de AMLO. No hizo falta la intervención militar como en Oriente Medio.

Del caos inducido por el grupete de Lima, al intentar desconocer el mandato presidencial del Hno. Presidente Nicolás Maduro, y erigirse ellos con la cualidad de reconocer o no a un determinado mandatario de la región; lo que, en resumidas cuentas, se concreta en un intento de golpe de Estado por parte de un grupito de países, quienes en desconocimiento de la voluntad popular del pueblo venezolano, intentan erigirse en la voluntad popular soberana del pueblo venezolano, usurpándola. ¡Mayor fiasco! Es como si el Alba-TCP, conjunto de países hermanados con Venezuela, decidieran –unilateralmente- desconocer al narco presidente de la república de la cocaína, Iván Duque, desconociendo el mandato que le dio el pueblo de dicha republiquita para que lo gobernase por los siguientes cuatro años. A dónde iríamos a parar, como naciones-estados, en que gobiernos soberanos fuesen tutoreados desde el exterior, y quienes no se sometan a tal tutelaje, serían desconocidos y amenazados con intervenciones militares "humanitarias" y bloqueados financieramente para impedirles acceder a alimentos, medicinas y demás bienes esenciales para su funcionalidad como nación.

Para el infortunio de nuestra patria, existen supuestos venezolanos que se han plegado a dicha política antinacional. Tal es el caso, del recién electo para usurpar las funciones de presidente de la Asamblea Nacional, actualmente en desacato. Se trata de Juan Guaidó, quien en sendo tuiter, una vez fuera electo, manifiesta su agradecimiento al Departamento de Estado de EEUU, "por brindarnos su apoyo y demostrar su solidaridad al día de hoy". Con lo cual, deja en evidencia su sometimiento a los dictados de Washington. Un militante de un partido que no es Constitucional. Un militante de una célula terrorista, inhabilitada, llamada Voluntad Popular, responsable de la muerte de cerca de 200 compatriotas por sus acciones terroristas de 2014 y 2017.

Este 10 de enero, el pueblo venezolano tiene un compromiso con la Patria. Esta batalla será por nuestra Independencia, Soberanía y Democracia Participativa y Protagónica. Es un llamado a reencontrarnos con nuestra Historia, con nuestros antepasados que dieron su vida por legarnos una Nación Soberana e Independiente. Quienes, desde 1810 a 1823 libraron unas 80 batallas dentro del territorio nacional y no dudaron en salir del territorio nacional a liberar cinco naciones: Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. El Bolivarianismo es el emblema de la rebelión anticapitalista y antiimperialista de los nuevos tiempos, y por eso nos declara el imperialismo de EEUU, como una "amenaza inusual y extraordinaria", al igual que las clases dominantes imperiales y criollas. Bolívar, en su Carta de Jamaica, se pregunta: "¿Quiénes somos?" Y se responde: "Somos un pequeño género humano", y desafiando la dominación española, se afirma en que: "El pueblo que ama su independencia, por fin la logra". ¡Venceremos!

Caracas, 07-01-2019



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Henry Escalante


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