En el acto solemne donde toda la Fuerza Armada Venezolana le juró lealtad y obediencia al presidente de la República Bolivariana de Venezuela: Nicolas Maduro Moro y le hizo entrega de la Espada de los Libertadores, no fue un simple acto protocolar. Esa Lealtad, Obediencia y Espada es para que la use en el combate y vencer a los enemigos de la Patria en la guerra no convencional que sufre el pueblo venezolano.
Usted Presidente Maduro, ha recibido todos los poderes y respaldos que mandatario alguno en el mundo pudiera soñar. No tiene ninguna fuerza que se le oponga para tomar las decisiones y puede dar las ordenes que quiera y todos los poderes le obedecerán. ¿Mas poder? Ni los emperadores, ni Reyes han gozado de tanto poder. Podria perder la guerra por tomar decisiones equivocadas, pero no por no tener el poder de tomarlas. ¿Será por eso que tus enemigos te acusan de ser un dictador?
Las Espadas que utilizaron Bolívar y Urdaneta en los combates y batallas sucedidos durante nuestra guerra de independencia contra el imperio español, cortaron cabezas y miembros superiores de los soldados y oficiales que se le oponían, era una guerra a muerte cuerpo a cuerpo y ninguno de los bandos sufría de problemas de conciencia por las muertes que ocasionaba al otro bando enemigo. Era: Ustedes o Nosotros. No había la posibilidad de la coexistencia pacífica, ni diálogos, ni de intermediación. Fue una GUERRA A MUERTE DECLARADA y las armas decidían quien ganaba y quien perdía. Miles de cuerpos quedaron regados y sin cristiana sepultura en los lugares dónde se libraban los combates. Mas de la mitad de la población pereció y los que quedaron vivos estaban conscientes que sus vidas dependían del valor y armas que tuvieran para enfrentar al enemigo.
En la guerra de independencia, las batallas que perdimos fueron ocasionadas por rencillas internas y por estar divididos los patriotas. Mientras estuvimos unidos, no perdimos ninguna. Cuando al General Bolívar se le otorgaron todos los poderes y logró la Unidad de Mando fuimos de victoria en victoria hasta sacar del continente a los emisarios de la corona española. Algo parecido ocurrió con el presidente Nicolas Maduro este `10 de enero del 2018: Recibió todo el poder y se le otorgaron todos los privilegios y armas para que salvara a la Nación de la barbarie del capitalismo neoliberal.
Ya el presidente no tiene por qué estar haciendo llamados angustiosos al pueblo para que lo ayuden o apoyen para combatir al enemigo. No tiene que pedirle permiso a nadie para tomar una decisión y exigir que se ejecute de inmediato. Ya no tiene que hacer el papel de PROTECTOR, sino el de DEFENSOR. Tiene que tomar la Espada en sus manos y salir él al frente de su ejército para defender al pueblo de sus enemigos que son: LOS HAMBREADORES, LOS CORRUPTOS, LA DESIDIA,
LA INEFICIENCIA.
Ya Nicolas Maduro será responsable de las bajas que nos ocasionen los enemigos; cada niño o anciano que muera por desnutrición o falta de medicinas o atención médica, serán bajas que debemos contabilizar de patriotas, ocasionadas por impericia de nuestro ejército que no supo o pudo defenderlos adecuadamente. Ya a Nicolas Maduro se le acabaron los chivos expiatorios. Ahora si podemos echarles la culpa a dos actores, de todo lo que aquí en adelante ocurra en el país: A Nicolas Maduro por lo que haga o deje de hacer y a Nosotros por haberle dado el Poder que maneja. Llegó el tiempo de desenvainar la Espada y empezar a cortar cabezas. Durante la Revolución Francesa inventaron la guillotina, aquí solamente hay que cortarles el suministro de recursos económicos y poder político que manejan y ellos mismos se harán el haraquiri.