Mil millones de euros para que "echen la basura debajo de la alfombra", qué forma tan sutil de orientar el gasto de lo que sea ese dinero en el presupuesto. Venezuela Bella por fuera y vacía por dentro, bella por fuera y podrida por dentro. Eso recuerda mucho a Cancún, una zona amurallada de seguridad pública y privada, en un enclave de asesinos y de pobreza; creo que por ahí vienen los tiros de Maduro.
Las ciudades de Venezuela tienen un aspecto miserable porque la sociedad venezolana vive miserablemente; por donde usted camine hay algo descompuesto, de naturaleza cívica o física, de orden público, de servicios públicos, todo es un desorden generalizado: la desidia gubernamental se siente y se huele, la indolencia de la gente, la insuficiencia de lo básico, la miseria, la descomposición de la sociedad; el alma de cada ciudad desapareció junto las ganas de vivir en ellas.
La idea aparente de Maduro es disimular la crisis debajo de una fachada de "prosperidad"; si en estos "meses de prueba", como nos dijo Diosdado Cabello que eran ("son tres meses de prueba"), no alcanzamos a ver los resultados de la "prosperidad", ahora la pintamos en las paredes. El enmascaramiento es el rasgo característico de estos mentirosos. Ellos, que siempre miran de forma "impenetrable" la superficie de las cosas y de las personas, piensan que no se les nota el esfuerzo por esconder la pobreza y el desorden, ¡pero siempre se les nota! Y también el desorden y la pobreza, porque si observamos más allá de las apariencias, de los rostros y las fachadas, y alcanzamos ver el alma, ahí jadea la miseria. Si la gente de adentro no es ciega o estúpida, la de afuera lo es menos…, es como si pusieras a hacer su cola y vestidos de pantalón y camisa a los que comen basura de los conteiner … es como una Misión Chamba Juvenil a un nivel más espiritual; no es pintar los muros de la Avenida Libertador sino maquillarnos nosotros mismos de gente bella y feliz.
¿De dónde saldría esa idea tan bizarra? ¿Será la intención de orientar los presupuestos locales a gastos relacionados con el turismo, invertir a través de privados en el disfraz de prosperidad, y disfrazar a la vez el negocio como gasto social, y rebajarles las obligaciones impositivas? ¡Así son las Zonas económicas especiales!... Maduro, cuando se trata de dólares o euros, "no da puntada sin dedal", los bolívares devaluables son para las comunas y los alcaldes, pero las divisas van siempre a manos de los privados y de los burócratas que las reparten. Es una verdadera extravagancia, considerando la situación crítica que vive el país con la industria petrolera en el piso, la producción escuálida o casi nula de alimentos y medicinas ¡1000 millones de euros en gastos cosméticos! ¡Coño, no se entiende!
Parece un robo planificado, un último "ráspalo" antes de salir del país. Estas decisiones tan locas son las que debemos pillar como dentro de un plan paralelo al otro de "recuperación y prosperidad". Un gasto tan elevado, de un día para el otro, una nueva misión "especial", creada de la noche a la mañana sin ninguna explicación presupuestaria o justificación lógica de cara a las necesidades de la población, sin saber de dónde saldrá ese dinero, quién lo va administrar, quién lo va a supervisar o controlar, adscrito a cuál organismo, es verdaderamente extraño, ¡en plena paridera!, en pleno apremio para poner a funcionar el sistema Metro de Caracas y los otros, o los hospitales (de Coche, el Clínico de Caracas ¡todos!)… es raro, "Venezuela Bella", ¡que sarcasmo! ¿Será parte de lo convenido con los empresarios y la derecha para sostener la paz del país?... ¡Muuucha plata!
Cuando Maduro dice: "juntos, todo es posible" es porque la empresa privada tiene las pezuñas de diablo metidas en estos 1.000 millones de euros. "Juntos", "desde los más ricos hasta los más pobres" (privilegios por delante), "todos juntos", pero no revueltos, cada quién en su sitio: los pobres explotados y pasando trabajo y los ricos explotando y haciéndose más ricos… ¿Y a ésto Maduro lo llama socialismo?
Maduro no es tan valiente, como dice (o cree) Julio Escalona, más bien es osado, medio atolondrado, para robarnos en nuestras propias narices y encima de eso nos grite. Ya la fase de la bailadera pasó, ahora entra la de los regaños y la gritadera, la "fase eufórica", donde, agotada la simpatía popular, hay que poner mano dura, o por lo menos dar entender que se tiene mano dura. Asume a todo gañote la dirección de PDVSA pero ahí está Quevedo, vivito y coleando. Quizá mañana aparezca en la Campiña un chino, un ruso y un "nigeriano" en el directorio de la empresa; mi imaginación se queda corta a la hora de predecir el futuro con Maduro, mañana puede pasar cualquier cosa…
Menos en la ANC, donde nunca pasa nada extraño; o con Diosdado Cabello, por ejemplo, que deje de chapaletear en el agua de su autoengaño de revolucionario, que deje de leer lo que le da la gana y le conviene en el oráculo de Chávez, ¡eso es fijo!, ¡de eso sí podemos estar seguros! Esos dos factores de poder son parte de lo que sostiene a Maduro. Otro, son los militares, ahora tan leales a Maduro como los compañeros de Ulises a la hechicera Circe...
¡1000 millones de euros!, mucha plata para maquillar la miseria.
Marcos Luna 17/01/2019