Falta poco para el día 3 de diciembre de 2006. Hugo Chávez llega a esta fecha en una situación bastante favorable, se pudiera decir que no hubo un momento en que fuera candidato, que se encontrara en la situación en que se encuentra hoy, donde las obras realizadas son mayores al tiempo que dispone para inaugurarlas. Han transcurrido cerca de 8 años de revolución, ya el pueblo sabe de qué se trata todo esto. Las mentiras de los medios de comunicación no hacen el mismo efecto que en otrora. El Pueblo ha entendido que la situación de la que venimos no era nada fácil de superar, que estamos en plena estructuración de nuestro país. Y más que esto, estamos transformando la visión burguesa y excluyente de nuestro Estado.
Ya el pueblo se ha hecho inmune, al odio que lograban despertar de forma masiva los medios de comunicación de la oposición, en ellos. Ya no es posible que generen los niveles de confrontación que generaban en el país. El pueblo ya no les cree que sea Chávez quien genere la confrontación. Sobre todo por el hecho de que cuando fue vencido el paro petrolero de orientación imperialista, las relaciones familiares y sociales en nuestro país, llegaron a un clima de sosiego. Cuando los medios dejaron de vender su odio y el ambiente de confrontación por sus pantallas, el pueblo se reencontró. En otras palabras; a pesar de la continuidad de la persona a quien ellos responsabilizaban de dicha confrontación, el clima que reinaba en aquellos momentos fue superado.
Todas las encuestas serias del país, dan por descontada una victoria aplastante del Líder de la revolución. Dos encuestadoras de prestigio, Norteamericanas, le dan una ventaja sobre su más cercano seguidor de más de 20 puntos. Estudios hechos por mercados financieros internacionales, dicen que si Chávez perdiera, seria una gran sorpresa.
A pesar de que todo el mundo sabe de la ventaja de que goza el actual presidente, el comando de Rosales, sus asesores de la CIA y los medios de comunicación opositores, mantienen una campaña por mostrar una situación diferente. Vienen utilizando encuestas fabricadas al dedillo, encuestas que son producto de su inventiva, las cuales muestran al señor de las rosaladas por encima de Hugo Chávez. Con esas encuestas carentes de toda seriedad mantienen su campaña, expresan que en menos de un mes Rosales superó los 30 puntos de ventaja que le llevaba Chávez.
Pero la situación no se queda allí, sino que vienen llamando a sus seguidores a reclamar en la calle el triunfo de su pupilo. Y de hecho vienen hablando desde ya de un fraude. El señor Rafael “agente de la CIA” Poleo, dejó entrever claramente, qué es lo que se proponen. Al igual que lo han hecho otros, dijo; que más importante que el día 3 de diciembre, son los días sucesivos, le decía a sus seguidores que tenían que estar en la calle el 4 el 5 el 6, desconociendo la victoria indiscutible del Presidente. Al parecer vienen planeando otro 11 de abril, nosotros ante eso tenemos que preparar nuestro 13 de abril, dejando a un lado las contemplaciones y siendo más fulminantes.
A ellos no les importa que las preferencias del Pueblo apunten hacia el Presidente, no les importa el haber prosperado durante el actual gobierno, no les interesa lo que puedan reflejar las encuestas serias del país y del mundo. Ellos tienen una orientación y no es otra que la toma del poder, de la forma que sea. Prueba es que a pesar de que están destrozados electoralmente, llaman a desestabilizar al país y a montar sus guarimbas.
Está claro que ellos no van a cambiar, han hecho con este país lo que les viene en gana. Pero como no se les ha dado respuestas contundentes persisten en su manía. Esta realidad y la realidad de Bolivia, nos permite entender gran parte de las teorías creadas por Marx, nos permite pasar del idealismo a la realidad. Y esa realidad nos va ubicar en el qué hacer.
Gente seria de este país, viene planteando que hay 200.000 paramilitares en nuestra nación, que solo esperan el momento de actuar. Al parecer se está conformando una contra similar a la de Nicaragua. Es necesario que bajemos de las nubes y radicalicemos este proceso revolucionario. Porque va ser más difícil cuando ellos nos tomen por sorpresa. Se va complicar cuando ellos mejoren su posición. Debemos tener claro que la revolución la hacen los revolucionarios, no las instituciones y mucho menos cuando éstas son producto de la sociedad de la cuarta. Las fuerzas armadas son institucionalistas y en revolución eso no existen. O se es revolucionario o se es institucionalista, porque esto último, es un velo que oculta deslealtades y traiciones. Por ello debemos definir si lo nuestro, es un gobierno más o es una revolución.
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