I
Me referido, en otras oportunidades, a este personaje, líder indiscutible dentro del chavismo. Lo hago una vez más. Sin complejos, sin mandatos, sin el temor al que dirán. Soy libre. Totalmente libre, a nivel mental. No tengo complejo alguno que me impida escribir lo que me salga desde muy dentro, sea bueno para unos o malo para otros. No estoy amarrado a un paquete de harina precocida, a un paquete de pasta, o a un bono. Gracias a Dios, soy rebelde desde niño, pero libre como el viento. Cada quien tiene el derecho de disentir del otro, pero con el debido respeto. Escribo sin pensar en lo que va a pensar aquel o aquella. Sólo obedezco a mis ideas, sustentadas sobre principios inviolables, y sobre una dignidad revolucionaria a toda prueba, como corresponde al legado de aquellos jóvenes que, en la década de los 60, enarbolas las banderas de la independencia, la soberanía y el derecho a ser libres por siempre.
II
Diosdado Cabello, le cae mal a muchos. Pero muchos más lo aclaman. No toleran su lenguaje directo, claro y preciso. No toleran ni le perdonan la autenticidad y el modo original de hacer política. Y menos perdonan que sea el motor principal que mueve de un lado al otro, al PSUV. Pero, por sobre todas las cosas, no le perdonan su apego incondicional al legado de quien fue su mentor: Hugo Chávez Frías. Diosdado Cabello, no sólo se ha declarado chavista hasta los tuétanos de sus huesos, sino que a través de su programa semanal, en el canal 8, difunde con acierto videos donde la voz del Comandante eterno, creador de este proceso, se oye potente, diáfana y concientizadora, diciendo cosas que parecieran decirse en el momento que estamos viviendo. Las palabras salidas con potencia de su alma bolivariana, son profundamente visionarias, hasta el punto que dibujan, con precisión, la conducta de la derecha nacional e internacional que, en este momento, agrede a nuestra patria. Es la esencia misma de un verdadero líder que, aún después de muerto, su voz se levanta y truena a los cuatro vientos, llevando un mensaje de aliento y de esperanza a quienes oyen, y a quienes ven lo que está pasando en el suelo patrio, cuando unos pocos, malparidos, pretenden vender a Venezuela al mejor postor, que no es otro que el imperio gringo.
III
Pero la acción de Diosdado no se queda allí. En difundir videos de Chávez. Esa sería una tarea muy fácil. Este hombre, autentico, como el alma sagrada de Sócrates, ha convertido al PSUV en una maquinaria perfecta. Para mí no existe un partido tan bien organizado en Latinoamérica y el mundo, que responda al minuto al llamado del líder de El Furrial, quien no descansa en viajar de un lado a otro, de estado a estado, de ciudad a ciudad para, ante aguerridas y nutridas concentraciones, alzar su voz dura, chillona y "mitinesca", para algunos, pero preclara y motivadora para otros. Es decir, para los chavistas que acuden con alegría a oír la voz ductora del hombre que el imperialismo quisiera borrar de la tierra, junto a Nicolás Maduro.
IV
La revolución bolivariana, tiene en Diosdado Cabello el primer soldado que está listo para empuñar el fúsil, si fuera necesario, para defender con el ardor patrio, este proceso, y al lado de él estamos quienes soñamos ayer con un mundo mejor para nuestra Venezuela, y nos alzamos contra un régimen entreguista y represor, como lo fue el de Rómulo Betancourt, en la década de los 60. Quedamos pocos, como sobrevivientes de aquella gloriosa época, pero nos quedan fuerzas, y nos sumamos, con nuestro montón de años en las espaldas, a los jóvenes de hoy, que junto a millones de hombres y mujeres, alzan su voz contra los intentos de invasión a pedido de los malos hijos, y alzan sus brazos, puños cerrados, como granito, para gritar: ¡Viva la patria! ¡Fuera los traidores! ¡Viva la paz!
V
Mi visión, como rebelde de siempre, nacido en tierra llanera del estado Guárico, quien viví la más encarnada pobreza, coincide con la visión de OSHO, un pensador polémico, pero auténtico, de pensamientos propios, por lo que se granjeó enemigos tanto en el campo religioso, como en el político. Fue perseguido por sus ideas y por su franqueza al exponerlas ante público que asistía a sus conferencias. OSHO, dijo: "Mi visión del nuevo hombre es la de un rebelde, la de un hombre que está buscando su ser original, su rostro original. Un hombre que está preparado para renunciar a todas las máscaras, todas las pretensiones, todas las hipocresías, y mostrarle al mundo quien es en realidad. No importa que te amen o te critiquen, te respeten, te honren o te difamen, que te coronen o te crucifiquen; porque la mayor bendición que hay en la existencia es ser tú mismo. Aunque te crucifiquen, tú seguirás estando satisfecho e inmensamente complacido".
VI
Diosdado Cabello, es un rebelde. No cabe la menor duda. Es original en su accionar públicamente. ¿Quién lo duda? Es auténtico hasta en sus huesos. ¿Acaso hay, dentro del espectro político nacional, alguien como él? Puede haberlo mejor, no tengo dudas, pero no con la autenticidad que él manifiesta. Con el fervor y ardor patrio que demuestra en cada uno de sus actos. Pero el hombre que es rebelde autentico, es odiado, calumniado, y hasta perseguido. OSHO fue perseguido por pensar como pensaba y decir lo que quería, sin tapujos. La religión no lo toleraba, pero tampoco gobiernos como el de Estados Unidos, y algunos europeos. Sócrates fue encarcelado por las autoridades de Atenas, por decir lo que pensaba y trasmitirlo a los demás en plazas públicas. Fue encarcelado. Las autoridades le ofrecieron el exilio, o cerrar su boca. Pero él se negó. Su autenticidad superaba todo tipo de amenaza. Al final, prefirió ser envenenado que ceder a sus principios. Ese fue un rebelde. Rebelde hasta la muerte…
LA ÑAPA:
Contundentemente claro y preciso estuvo el presidente Nicolás Maduro en la rueda de prensa que realizó ayer, desde el Palacio de Miraflores. Respondió sin titubeo y sin desperdicio todas las preguntas que le hicieron los periodistas internacionales. Ese señor es otro pilar fundamental del proceso. Con un estilo diferente al de Diosdado, pero con la misma firmeza frente al enemigo. Un líder a la altura de su pueblo, y en primera fila en la defensa de la patria. Mientras hombres como Diosdado Cabello y Nicolás Maduro, y mujeres como Gladys Requena y María León, entre otros y otras, militen en el PSUV, la revolución no será entregada en bandeja de plata a los traidores que, sin tapujos, piden que nos invada el imperio que encabeza, hoy día, el descerebrado Trump y los gobiernos arrastrados de la vieja Europa y de Latinoamérica. En fin, Diosdado Cabello, morirá de pie, fúsil en mano, y sin pedir cacao. Como mueren los rebeldes. Como murió Sócrates, sin callar su voz. Y junto a Diosdado, muchos venezolanos y venezolanas, podríamos morir de igual manera, si tenemos que defender la patria en el momento en que no los pida.
Puerto Ordaz, 8 de febrero del 2019.