Gualberto Ibarreto y el odio

"Eres de los artistas más grandes de Venezuela. Grande entre los grandes". Estas palabras corresponden a la hija de Simón Díaz, dichas luego de saber que a nuestro querido Gualberto Ibarreto le han prohibido la entrada a Tenerife, como consecuencia, entre otras cosas, de la posición cobarde y ruin del señor Pedro Sánchez, quien pareciera ser peor que Asnal o el mismísimo Rajoy, y, como es lógico, producto de algunos venezolanos y venezolanas, cargados de odio contra el gobierno que lidera Nicolás Maduro, que se han encargado de esparcir por el mundo ese veneno visceral que salpica y daña a toda clase de gente, inclusive a personas ilustres, como lo es nuestro cantor oriental. Ya Colombia lo había hecho con Omar Enrrique, al prohibírsele actuar artísticamente en ese país.

Señores opositores: el odio es una forma extrema que conlleva a hechos bochornosos como lo estamos viendo con nuestros artistas. Leí en libro de Ramiro Calle: "El odio puede cronificarse. Hay quienes odian a una sola persona y los hay que odian a varias, pero también hay gente que odia al mundo entero o a la vida; es decir que, en el fondo, sin darse cuenta, se odian a sí mismos. El odio roba la paz, el contento y la satisfacción, cobrándose un diezmo muy elevado. Si se presenta la ocasión, se puede convertir en crueldad manifiesta, venganza y malos tratos; si no, envenena a la persona y consume lo mejor de ella".

Lo que han hecho contra Omar Enrique y con nuestra gloria Gualberto Ibarreto, no tiene nombre. Lo harán, en los días venideros, no sólo con artistas sino con personas común y corriente, por tan solo estar relacionado con el gobierno, o por ser chavista de pura cepa. Señores: ¿Hasta cuándo le hacen daño a su país, Venezuela y a su gente? ¿Hasta cuándo siembran tanto odio? Si estas suceden en estos momentos, nada más imagínense ¿que sucedería en una guerra civil, a la que nos quieten llevar mentes perversas como la del señor Juan Guaidó? Por favor, paren ese locura. Minimicen esa rabia y canalícenla hacia una búsqueda de la paz. Una paz que nos permita ser la gente buena, generosa y solidaria que siempre hemos sido… ¡Viva la paz! ¡Muera el odio! ¡Viva Venezuela!

LA ÑAPA:

¿Han visto ustedes, por casualidad, los mensajes de los actores Franklin Virguez y Orlando Urdaneta, desde Miami? ¿Han visto en sus rostros el reflejo del odio visceral que los consume? ¿Vieron, por casualidad, un video donde una joven mujer venezolana clama porque los marines vengan y nos dejen muchos gringuitos? Es el colmo de los colmos del odio almacenado en mentes desquiciadas como estas, y como muchas que están siendo objetivos fáciles de la operación psicología del imperio, a través de los lacayos como el procónsul, autoproclamado en una plaza.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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