INTRODUCCIÓN
En los últimos días, hemos visto como el "ahora" líder opositor de la ultraderecha venezolana, Juan Guaidó, ha venido actuando conjuntamente con la Asamblea Nacional en desacato y conspiradora, intentando usurpar algunas funciones del Presidente legítimo, constitucional y electo con el voto popular, Nicolás Maduro.
El pueblo sigue atento y esperando que el sistema judicial actué con firmeza antes que este golpista avalado por la Casa Blanca ocasione una guerra civil en Venezuela. Incluso, la mayoría de los países del mundo han rechazado las pretensiones de injerencismo de Donald Trump en nuestra Nación.
Nadie quiere una guerra abierta en Venezuela porque ocasionaría inestabilidad en toda la región. Incluso, ya lo han dicho varios países de derecha que se atrevieron a reconocer al presidente de la Asamblea Nacional en desacato como "presidente interino". Dentro del parlamento y la sociedad política y civil de Colombia son muchas las voces que se oponen a que el Gobierno colombiano use su país para una posible intervención de EE.UU. en Venezuela.
A continuación veamos una breve caracterización de la situación de guerra que se encuentra la Venezuela actual y sus consecuencias económicas.
¡TIEMPOS DE GUERRA!
A manera de persuasión, la Casa Blanca insiste en no descartar la intervención militar. Pero los tiempos que vivimos son tiempos de guerra, porque la guerra ya se inició varios años atrás. Estados Unidos nos declaró la guerra desde que la revolución llegó al poder hace 20 años atrás y ha aplicado un método de guerra multidiverso, novedoso, un nuevo tipo de injerencia o intervención externa.
Actualmente, estamos en la fase no convencional: la "guerra por debajo", o como lo plantea la experta en la materia, Ana Esther Ceceña, de guerra irregulares, que buscan que nuestra sociedad pierda su autodeterminación, que genere una múltiple ingobernabilidad: política, económica, social, tecnológica, de servicios públicos, alimenticios, de salud, incluso, comunicacional.
¡De que estamos en guerra estamos en guerra! y eso debemos asumirlo todos los venezolanos. Porque por ejemplo, en lo económico, los indicadores nos muestran resultados de tiempos de guerra: bloqueo económico-financiero, baja producción en sectores estratégicos para la nación como el energético, empresas básicas, alimenticio y petroquímico; con un sector privado deprimido y en constante manipulación de los precios de los bienes y servicios, con una balanza de pagos deficitaria; con un sector cambiario en permanente devaluación de la moneda nacional; con un mercado laboral que sufre continuas pérdidas del poder adquisitivo a pesar de los continuos decretos gubernamentales de aumentos salariales; con un déficit fiscal con constantes incrementos en la liquidez monetaria; con un mercado de títulos bloqueado por sanciones unilaterales de EE.UU. que limitan la posibilidad de renegociar las deudas contraídas; y un mercado bancario que maneja tasas de interés negativas y restricciones (encaje legal) para la intermediación financiera (créditos al sector privado), entre otras consecuencias económicas negativas. Como resultado una economía hiperinflación y en recesión que es una de las características de una economía de guerra.
Es por eso que hay que tener mentalidad de guerra. Diseñar, planificar, ejecutar y actuar como si estuviéramos en tiempos de guerra. Y en tiempos de guerra todos deben "alistarse" y ponerse al servicio de la NACIÓN para ayudar a sobrevivir y defendernos como NACIÓN. Crear soluciones e innovaciones que nos haga cada vez menos susceptible a los ataques de los enemigos externos. Por ejemplo, en tiempos de bloqueo en el sector externo es hora de reactivar el aparato productivo, manufacturero y comercial nacional. Impulsar el emprendimiento es un factor clave para reactivar el aparato productivo. Que se reabran las fábricas y líneas de producción de calzados, textil, de aseo personal, de mantenimiento industrial, artículos de belleza, paralizadas y quebradas por la apertura comercial de los años 90.
AYUDA HUMANITARIA MANIPULADA POR PETRÓLEO
Ahora hay un show político y una insistente manipulación en torno a la supuesta necesidad de una ayuda humanitaria para los venezolanos, porque supuestamente estamos sumidos en un caos sanitario y alimenticio tipo Yémen o Siria, como si los venezolanos estuviéramos en la mendicidad.
Los opositores dicen tener listos en Colombia, Brasil y en Curazao, los cargamentos de medicinas y alimentos migajas enviados por el Grupo de Lima y la Unión Europea para que el presidente usurpador Juan Guaidó los reciba y administre con supuestas ONG´S creadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. Que ha sido la herramienta "gringa" infalible para destruir países en el mundo y lo rentable que han sido para sus "perros de la guerra".
Todo el mundo sabe que lo que pretenden hacer no es una "ayuda humanitaria" en el sentido estricto y legal internacional. Porque todos saben que es la Cruz Roja Internacional, seguido por Acnur y Médicos Sin Fronteras las organizaciones reconocidas a nivel mundial para tramitar proyectos de ayudas humanitarias ante la ONU, y no ante el Grupo de Lima ni algunos países aliados de la Unión Europea.
Como vemos, sus acciones siguen siendo ilegales. Incluso, el pasado 30 de enero de este año, el mismo Secretario General de la ONU, Antonio Guerres, le respondió a Juan Guaidó que cualquier ayuda humanitaria debe ser aprobada por los países de la ONU, pero dicha aprobación debe tener el consentimiento y la colaboración del que manda en Miraflores que es Nicolás Maduro y no del usurpador impuesto por el Imperio del Norte.
La experiencia de las ayudas humanitarias del enemigo de la NACIÓN, del que nos ataca, que nos declaró la guerra, nos debe llevar a no confiar ni un poquito en la derecha interna que los avala. Porque son un manipuladores de oficio, porque los venezolanos que queremos paz sabemos de lo que son capaces de hacer los líderes del partido Voluntad Popular por ambiciones de poder. Son capaces de vender su alma hasta al Diablo con tal de derrotar a la revolución bolivariana.
Porque son capaces de generar miseria, hambre, zozobra colectiva, terrorismo y hasta una guerra civil como bien lo ha declarado el delincuente usurpador de "WhiteDog" el "perro blanco" del imperio. Para llegar al poder han ofrecido entregarle la mitad del petróleo de todos los venezolanos a los "perros de la guerra" estadounidenses. Porque así ya lo han dicho de manera abierta, lo que quieren es nuestro petróleo.
Recordemos que John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, anunció la imposición de las sanciones contra Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), que comprende el congelamiento de unos 7.000 millones de dólares en activos de industria de todos los venezolanos; y también dijo que "esta situación cambiaría si las petroleras estadounidenses pudieran acceder a los pozos de crudo venezolanos después que caiga el gobierno de Maduro".
Como vemos, ya la Casa Blanca tiene sus cartas echadas, ahora hablan de una supuesta ayuda humanitaria, como si la crisis económica y política no la hubieses generado ellos mismos.
¡Porque sí!, el pueblo sabe, que los dirigente de Voluntad Popular son terroristas apoyados por el gobierno belicista y desesperado por el petróleo nuestro.
Porque todos los venezolanos ya vivimos lo que ellos fueron capaces de hacer: desde quemar personas vivas, hasta destruir ambulatorios llenos de equipos médicos, incendiar galpones llenos de medicinas; promover los saqueos a comercios y centros comerciales; de aliarse con las mafias cambiaria de Cúcuta y Florida para manipular los precios; de avalar que el gobierno de Trump nos robe cerca de 18.000 millones de dólares entre activos y dinero depositados en nuestras cuentas en el exterior; de comprar a militares y funcionarios traidores a la revolución; hasta incluso, intentaron matar al presidente Nicolás Maduro y al alto mando militar ocurrió el pasado 5 de agosto de 2018.
NUEVAMENTE LOS GREMIOS EMPRESARIALES APARECEN EN LA ESCENA CONSPIRATIVA
Nunca los líderes de la revolución bolivariana han negado que hemos vivido un clima de insatisfacción social producto de la hiperinflación inducida. Pero ¿quiénes han inducido esa hiperinflación? Seamos consciente de eso: nada más y nada menos que los gremios empresariales que ya hoy, abiertamente, han desconocido al gobierno de Nicolás Maduro y se pusieron del lado del golpismo y el intervencionismo reconociendo de manera pública a Juan Guaidó.
¡Eso es algo que se veía venir! Nosotros mismo lo alertamos muchas veces: que Fedecámaras, Consecomercio, Venamchamp, Fedenaga, Fedeagro, la Cámara Venezolana de Farmacias estaban detrás de la guerra económica en alianza con los manipuladores del dólar paralelo desde Cúcuta y Florida.
Que el incremento de los precios de los bienes y servicios de primera necesidad, casi a diario, era para asfixiar al pueblo humilde, al trabajador, al de a pie, al micro empresario, con el fin de generar una crisis económica hiperinflacionaria y recesiva que es lo que el presidente usurpador y traidor a la Patria llama "crisis humanitaria".
¡Eso lo sabemos muy bien los venezolanos! Y el pueblo consciente, sabe que detrás de la supuesta e hipócrita ayuda humanitaria los que vienen son mercenarios y desestabilizadores de oficio para generar una guerra civil que justifique la intervención militar norteamericana.
Finalmente, si permitimos que Estados Unidos y la oposición venezolana logren un adelanto de las presidenciales se estaría generando un mal precedente para las democracias de los países ricos en materias primas. Estaríamos en un proceso involutivo, retrotrayéndonos a tiempos de las monarquías absolutistas o emperadores, donde designaban a sus representantes en las distintas colonias para administrar los recursos a ser expoliados y saqueados.
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