Jamás, óigase bien, jamás hemos visto algo tan burdo e impensado, como lo que estamos presenciando. Un títere, que recibe órdenes desde la Casa Blanca, a cada momento, sin tapujo alguno lanza un ultimátum a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) desde lo interno del propio territorio venezolano. En otras palabras, en mi país, por cosas del destino, hay dos personas dando órdenes: una legítima y otra ilegítima. Pero el caso es que existen, en la práctica, y los organismos internacionales avalan todo cuanto hace el señor autoproclamado… Que cosa, ¿no? Esto es para que sea registrado en el "Record Ginés".
En efecto, el señor que se cree un virrey, y que lo dejan que se crea, ha dado un ultimátum a la FANB… "Tienen 8 días para que acepten dejar pasar la ayuda humanitaria". ¿Qué significa eso? Significa que si no cumplen la orden del procónsul, tendrán, nuestros militares que atenerse a las consecuencias. Por algo, esta orden, se imparte por Twitter, estando el señor Marcos Rubio, flamante Senador de los Estados Unidos, mercenario del fascismo, y lo más rancio de la derecha estadounidense, disque supervisando, en Cúcuta, los insumos que en calidad de ayuda humanitaria deben ingresar al país el próximo 23 del presente mes, por la frontera entre Venezuela y Colombia.
La osadía de este mequetrefe no tiene nombre. Amenaza a nuestra FANB en las propias narices de lo más encopetado de nuestras instituciones. ¿Y qué pasa? Pasa que o pasa nada. El señorito sigue haciendo de las suyas, mientras nuestro sistema judicial analiza, investiga y piensa en qué se va hacer, si es que se llegara a hacer algo. Señores: se ha llegado a un nivel de ataques contra la nación, jamás soñados por alguien. Nunca se ofendió a nuestros militares como se está haciendo en estos momentos, mientras se deshoja la margarita, con una inusitada paciencia que acogota al más pintado. Ojalá, repito, ojalá, no sea tarde cuando se decida poner en su sitio a este apátrida… ¡Se arrecha uno!