"Vivir es fácil con los ojos cerrados, sin querer entender lo que vez"
Los Beatles en español (Strawberry fields forever)
Hoy todos los caminos conducen a Cúcuta… y al igual que el 8 de enero de 1813, el 23 de febrero del 2019 se reedita la Campaña Admirable, ayer para liberarnos del yugo español y ahora para quitarnos el narco régimen impuesto por Chávez – Maduro – Los Castro, la consiga sigue siendo la misma de Bolívar en su Manifiesto de Cartagena: "…corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las mazmorras, siempre esperando su salvación de vosotros; no burléis su confianza; no seáis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar la vida al moribundo, soltura al oprimido, y libertad a todos"(1) ¿o acaso no es la libertad plena para todos los presos políticos, la ayuda de medicinas para los enfermos y comida para un pueblo hambriento lo que queremos la gran mayoría de los venezolanos?, entonces ¿Por qué cerrar las puertas y apagar las luces a fin de simular que aquí todo marcha bien y lo menos que necesitamos es la Ayuda Humanitaria? Los grandes cambios vienen acompañados de una fuerte sacudida. No es el fin de Venezuela, es el inicio de la Venezuela que viene, de la Venezuela que todos nos merecemos.
Este gobierno pendenciero que muere de agonía en su hora menguada y que durante 20 años se caracterizó por pretender duplicar y cambiarle el nombre a todo, en pocas palabras por dejarnos sin memoria, hasta de Bolívar quisieron apropiarse y en lo único que demostraron eficiencia fue en su clara ambición de expoliar los bolívares de todos los venezolanos, demostrando que más que bolivarianos fueron unos vulgares bolivareros, su lema "ser rico es malo" debió ser ¡sólo nosotros podemos ser ricos! y al contrario de quienes "dieron su vida para darnos Patria" fueron más unos soeces tránsfugas que "dieron o vendieron la Patria para darse vida", la mejor vida o vida de la buena. Por eso no hay vuelta atrás ni perdón posible con sendos apátridas. Su condena es que vivan la misma miseria a que llevaron a Venezuela. No porque corran hacia adelante saldrán ilesos, después tendrán que escurrirse hacia atrás, huir y vivir como las ratas que son.
Así como crearon asamblea nacional, universidades, sindicatos, transportes, medios de comunicación, tribunales, cuerpos de seguridad, colectivos, bancos, academias, abastos, servicios de salud y cuanto de les antojo de manera paralela hasta pretender un país de maletín, hoy quieren montar su concierto de despedida o el inicio de la última batalla, un concierto donde no asistirán ni sus artistas tarifados, a pesar que les ofrezcan villas y castillos, que repartan 20 mil cajas de Clap, medicinas, bonos sin patria y todo tipo de dadivas a un pueblo que se cansó de vivir "con los ojos cerrados" y aunque tarde entendió que todo no fue más que una farsa del profeta del desastre y de la birria de sucesor que nos dejó.
Mientras esto ocurre de la frontera del lado venezolano, trescientos metros más allá del lado colombiano todo es alegría y esperanza, las mejores voces del mundo están comprometidas para mañana de manera gratuita manifestar su apoyo irrestricto a la libertad de Venezuela, con la muestra más grande de repudio nunca jamás vista en el mundo a un desgobierno que "sin querer entender lo que ve…" se exalta y se hace el mártir ante una supuesta invasión, cuando son ellos los indignos que entregaron el país a los rusos, chinos, cubanos, iraníes, colectivos y guerrilleros. Con gran acierto afirmó Nelson Mandela: "Sabemos que el fin de un dictador está cerca cuando lo único que le queda en la calle son los militares", que obligados serán los que escuchen el concierto de la despedida porque con mil ancianos no será posible la última batalla.
El tema de mañana: El Concierto de la dignidad, coalición, ayuda y libertad.
(*) nesabad@hotmail.com y @nesabad
Nota:
- Escritos del Libertador. Caracas. Sociedad Bolivariana de Venezuela.Editorial Arte. 1968. T. IV. Doc. 112, p. 125.
