Todo parece indicar que el "poder magnético" de Juan Guaidó se desinfla aceleradamente. Por ejemplo: convocó a marchas en todo el país, incluyendo, como es lógico, Caracas, y aquello parecía un peladero de chivo. Yo vivo en el estado Bolívar y aquí, con toda la sinceridad que me caracteriza, no se movió ni el viento. A través de los medios de comunicación aprecié lo mismo en el resto del país. Apenas grupo de bochincheros, y unas escuálidas caravanas de carros se percibió en algunos lugares. ¿Qué significa eso? Significa que el señorito payaso no tiene ningún poder de convocatoria. Esta vez ni Trump ni su camarilla criminal que lo secunda convocaron a marchas desde la Casa Blanca. Por lo tanto, dejaron solo al mediocre autoproclamado.
Se observa, notoriamente, que el grupo de Lima y Europa están viendo los toros desde la barrera, sin meterse mucho al ruedo, ya que el "muchacho" de mandado no ha sido capaz de cumplir con lo encomendado, y, con lo que él, como un Superman cualquiera, ofreció. La información aparecida en el "The New York Time", en donde se muestra con fotos inéditas que, las dos gandolas con "ayuda humanitaria", fueron incendiadas por los mismos guarimberos que actuaba en Cúcuta, usando para ellos bombas molotov. Esa versión de un diario tan importante e influyente, ha sido un duro golpe para Iván Duque, Luis Almagro, entre otras eminencias, que, apresuradamente dijeron en videos, que circulan por las redes, que el dictador Mauro había cometido ese criminal acto, por lo que debía ser enjuiciado.
Pero el diario neoyorquino se ha encargado de desnudarlos, y, de paso, propinarles ese cochazo. ¿Y ahora qué? Este guarimbero de profesión podría volver a sus andanzas del 2017, para tratar de recuperar el camino que ha perdido ante Trump, Mike Pompeo, Mike Pence, Bolton y Abram, entre otros personajes oscuros, perversos y criminales. Pero si escoge ese camino, le auguro otro fracaso. En este mismo sentido, debo decir que Nicolás Maduro, el presidente obrero, está muy cerca de asestarle otro duro golpe, no sólo a la derecha visceral que aún vive en el país, sino al mismísimo dueño del circo: Donald Trump. Está en el ambiente otra victoria del hombre que manda en Miraflores, que, con paciencia, pero con energía inusitada y pulso firme, ha conducido este perverso y criminal acto de sabotaje a nuestro sistema eléctrico. Pero el llamado que él hace para mantenernos alertas es válido, ya que un tigre herido es más peligroso, y puede hacer cualquier cosa… Adiós Guaidó, tus días de gloria se están desinflando, y lo que te viene no es cuento… ¡LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA!