El carnicero de la Casa Blanca y el pelele presidente interino cayeron, como un par de pendejos, ante dos bromistas rusos. Resulta que el 20 de febrero, el bocaza y mediocre payaso auto proclamado, salió corriendo a informar a los medios de comunicación que había hablado telefónicamente con el presidente de Suiza, Ueli Maurer. Se vanaglorio y se dio coñazos en el pecho, pues, a Nicolás Maduro Moros, quien manda, con un mandador en la mano, desde Miraflores, le iba a congelar sus cuentas depositas en bancos suizos. Era la promesa del presidente suizo.
Pero, este bobo, había sido “cazado” por un par de bromistas rusos que, de manera magistral lo engañaron como un niñito de pecho, haciéndole saber telefónicamente que el mandatario suizo deseaba hablar con él. El pendejo auto proclamado, no lo pensó dos veces: “Que me lo pasen”. ¿A quién le pasaron? En efecto, le pasaron al ruso Vladimir Kuznetsov y a Alexéi Stoliarov. Kusnetsov hizo el papel del presidente suizo, y, de esa manera se inició la conversación.
La “conversación” fue convertida en un reportaje que fue difundido por una televisora rusa de nombre “Rossiya24”. Se había consumado el engaño más grande para un presidente interino. Cayó por inocente, me confió alguien. Pero yo aseguro que cayó por bolsa, por pendejo, por gafo, y bobo de nacimiento. Los rusos, dicho sea de paso, también se burlador de Elliot Abrams, el todo poderoso carnicero de la Casa Blanca. Lo llamaron y le hicieron saber qué Guaidó había informado a la prensa de su conversación con el presidente Suizo. Por supuesto, Abrams se molestó. Y como se dice en criollo, se arrechó. “Les aseguro que eso no volverá a pasar, pues, le haré saber al señor Guardó que es la última vez que le permitimos “meter la pata”. El par de rusos quedaron gozando una bola y parte de la otra… y Guaidó, una vez más, cae ante sus propias limitaciones.
Por cierto, el susodicho cada día cae más y más bajo. Ya los medios internacionales no hablan del presidente interino, sino del venezolano que vivió un sueño, y cuando despertó se dio el más grande coñazo que pudo alguien haber recibido de un día para otro. Se desinflo por completo. Ya acepta que está a punto de que le pongan los hierro encima, y, que la lucha, la seguirán otros. Es decir, este carajo, sin vergüenza y traidor, ya no le quedan fuerza para seguir… Los gringos lo usaron y ahora le dan una patada por el trasero… Hasta luego… LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA.