El crimen no paga

Una frase que en mis años mozos vi escrita en la cornisa de la pared frontal de la cárcel de San Fernando de Apure motiva este artículo porque indudablemente es una acción terrorista, criminal la que se ejecuta en nuestro país en los actuales momentos.

Ha sido ampliamente demostrada la autoría del gobierno de los Estados Unidos por la propia confesión y participación directa de las sus más altas autoridades en este golpe de estado en desarrollo. El Sr. Abrams, mandadero de Donald Trump y otros lacayos de su imperio estuvieron presentes en Colombia dirigiéndolas personalmente y en apoyo directo al payaso Juan Guaidó.

Sin embargo muchos opositores están obnubilados por una mezcla de sin razón y odio. Ni siquiera pasa por sus cabezas que estamos en plena acción bélica; que apenas estamos superando una de sus facetas con el apagón cibernético combinado con la guerra mediática la cual se desvive por convencernos que el incidente fue producto de nuestra ineficiencia, ignorando a priori que hasta medios de reconocida enemistad con nuestro proceso revolucionario tales como The New York Times, CNN y la revista Forbes, no han tenido más remedio, ante las evidencias irrefutables, que publicar la verdad de los hechos.

Ocurre también que desde las redes sociales, con una insensatez que raya en la locura, se lee que venezolanos siguen abogando por la intervención disfrazada de ayuda humanitaria. Para entender esta posición uno llega a la conclusión de que estos redescribientes si vale el término, no viven ni tienen familias en Venezuela, son como carroñeros que desde el norte u otros países, esperan con paciencia sin importarles la sangre venezolana que se derrame, que caiga el gobierno y que como en otrora ocurrió con los falsos demócratas que regresaron al país después de la caída de Pérez Jiménez, ellos vendrán convertidos en héroes o heroínas, a cosechar y usufructuar de nuevo los privilegios que la revolución para bienestar del pueblo, les arrebató.

Se les olvida a estos compatriotas o se niegan a ver muchas cosas: en primer lugar que este pueblo después de la augusta presencia de nuestro inmortal Hugo Chávez, no es el mismo; que frases como "no volverán, somos Venezuela, leales siempre traidores nunca" no son slogans sino propósitos de vida acendrados en nuestro espíritu patriótico; que abrimos los ojos y no los volveremos a cerrar excepto para dormir y seguir soñando en construir la nueva patria donde reine la justicia, la equidad y el bien común; que los logros de la revolución no son negociables y que están plasmados en nuestra Constitución y en el Plan de la Patria, por lo que para escamoteárnoslos a la usanza de lo que han hecho y están haciendo en Argentina, Brasil, Chile o Ecuador, tendrán que vérselas con este bravo pueblo que desde tiempos inmemoriales, ha luchado por ellos es, por legado de Simón Bolívar, antimperialista; finalmente olvidan que con su actitud complaciente con el imperio y sus lacayos internacionales y criollos, están apoyando acciones criminales, desestabilizadoras; que por esos crímenes más temprano que tarde tendrán que rendir cuentas, porque la justicia tarda pero llega.

 

 



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Porfirio de J. Hernández P

Ing. Agronomo. Prof. universitario (jubilado). Militante PSUV

 porfiriojhernandezp@gmail.com

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