El impacto de la derrota imperialista que sufriera el gobierno de los EEUU, producto del ciber ataque terrorista, dirigido por John Bolton y la NSA, contra la nación y pueblo venezolano, no pudo ser más elocuente. De inmediato, la Administración Trump, redirigió sus amenazas de invasión militar contra el pueblo nicaragüense, su Gobierno y Fuerza Armada, en reconocimiento de que en Venezuela ¡No pasarán! Nuestra mayor solidaridad con Nicaragua.
Colateralmente, la transnacional de las comunicaciones: Twitter, inducía un apagón de las cuentas revolucionarias, bloqueándolas por miles e impidiéndoles su restablecimiento por más de quince días. Por otro lado, la godarria comercial-importadora, reiniciaba su guerra económica contra el pueblo, reimpulsando los precios de todos sus productos al alza, abusiva y desproporcionada; en un ambiente económico, en que el Estado Bolivariano ha abandonado sus atribuciones constitucionales de regulación de los precios y en que la ley del mal llamado "mercado" es ahora quien manda, siempre en favor del Capital y en desmedro del factor Trabajo. Otros efectos colaterales dañinos, ocurrieron contra un sector de la población venezolana y tienen que ver, con la desarticulación cerebral que manifiestan los simpatizantes de Donald Trump, en territorio venezolano. Quienes, han quedado como el cerebro de la operadora nacional, Movilnet: ¡No saldo, no recarga, no buena comunicación! Algunos de ellos, nos escriben, intentamos darles respuestas a sus expectativas, pero –sin duda- se trata de situaciones que deben ser tratadas por la psiquiatría, en el diván. Odios, temores, incredulidad, en fin, se trata de un tema que ha colocado el camarada Erik Rodríguez sobre el tapete, la doxafobia; término, que si bien no aparece registrado en el DRAE, entendemos que Erick, con dicho término, intenta definir aquellos casos de opositores que tienen aversión, por no decir miedo, a conocer la verdad, al razonamiento correcto de lo que ocurre en Venezuela. Fake news, han distorsionado su visión de la realidad venezolana, creándoles otra ficticia. The New York Times, les dio en el mero centro de sus razonamientos, al exponerles que el verdadero causante de la quema de la supuesta "ayuda humanitaria", fueron ellos mismos. Después, los remató CNN, quien les desmontó una supuesta verdad, que les había inoculado la mediática derechista, de que el magnicidio no ocurrió y que tan solo fue un show del Hno. Nicolás Maduro, para levantar puntos de aprobación popular. Pues, no fue así, como bien queda demostrado en el reportaje de CNN. Algunos camaradas, ven con cierta desconfianza los propósitos del Times y CNN, de expresar la verdad de algunos sucesos ocurridos en Venezuela, obvian el hecho de que los propietarios de ambos medios de comunicación, son de marcada orientación política a favor del partido Demócrata, y ya la campaña electoral para las presidenciales 2019 arrancó, y los eventuales candidatos, ya están en la etapa de recolección de fondos para sus campañas, y tanto el Times, como CNN, juegan en ese circo contra Trump.
Uno de los daños cerebrales que más nos ha impresionado, tiene que ver con el hecho de que muchos oposicionistas, niegan toda posibilidad de un ataque cibernético y se aferran a la tesis del incendio de vegetación como el causante. Galileo Galilei, fue un hombre de ciencia, que gracias a sus observaciones del movimiento de los astros, llegó a concluir que la Tierra giraba alrededor del Sol y no al revés, como consideraba la iglesia católica romana, que colocaba a la Tierra como el centro del universo. Religión y ciencia, tuvieron su primera confrontación, y de la misma devino el pase a juicio de ese genio de nuestra historia universal. Galileo, publicó sus teorías, que fueron consideradas como desafiantes por el Papa Urbano VIII, quien le emplaza a presentarse en Roma, a donde llega en 1633. Es juzgado por el tribunal de la Santa Inquisición y persuadido, so pena de tortura, a desestimar sus teorías. Galilei, reconoce que se excedió en sus planteamientos y se le condena a confinamiento vitalicio. No obstante, según algunos historiadores, Giuseppe Baretti entre ellos, señala que entre dientes, Galileo expresó en voz baja, antes de retirarse de la presencia de los jueces, en latín: "eppur si mouve", "y sin embargo se mueve". ¡La cibernética existe, y es real! Cada vez, que encendemos una computadora o activamos nuestro celular, entramos en los linderos de ese nuevo mundo de la virtualidad, el ciberespacio, que es tan real como los dedos que utilizamos para teclear. Al marxismo, le debemos haber demostrado el vínculo indisoluble entre el conocimiento y la práctica: "El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica, donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento, aislado de la práctica, es un problema puramente escolástico" (Marx, "Tesis sobre Feuerbach", en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II, p. 376, Ed. esp., Moscú, 1952). Es, en la práctica, y no en los reportajes del Times o CNN, en donde encontraremos la comprobación definitiva de la verdad. La tecnología, es una realidad de la cual hacemos uso todos los días. Es inadmisible, negar su existencia y peor aún, su exponencial desarrollo.
El 20 de septiembre de 2018, el Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, anunció que el Presidente Donald Trump firmó el Plan de la Nueva Estrategia Cibernética Nacional de EEUU, que autoriza a la Administración a ejecutar ciberataques ofensivos, rompiendo con la tradicional respuesta de que los mismos solo eran posible, sí eran atacados los EEUU, previamente. En rueda de prensa, Bolton, informaba: "Vamos a hacer muchas cosas de modo ofensivo y creo que nuestros adversarios tienen que saberlo". Trump, derogó la "directiva presidencial 20", documento confidencial firmado por el presidente Obama, hecho público en 2013, por Edward Snowden, ex analista de la NSA, quien develó 1,7 millones de archivos sobre los programas de espionaje de EEUU. La directiva derogada, obligaba al Pentágono y las agencias de inteligencia a obtener el visto bueno de otros departamentos de la Administración, antes de ejecutar un ataque cibernético.
Mediante esta nueva directiva, se legalizan y no requieren autorización, los hackeos y ciberataques a otras naciones y organizaciones que EEUU declare como inamistosos a sus intereses; extendiendo, dichas acciones, a todo el espacio de la web. Ataques de DDoS, introducción de malware, spyware, troyanos, gusanos, ataques a sitios vulnerables, calificados como "enemigos" de los intereses de EEUU, son los menos que podemos esperar del Pentágono. Países, que hayan realizado importantes desarrollos tecnológicos en informática, ciberseguridad, es factible que repelen sus ataques; no así, quienes se han restringido a comprar tecnología foránea, a la dependencia tecnológica. La guerra, llega así al llamado ciberespacio. "La Fuerza Conjunta será capaz de emplear operaciones en el ciberespacio en todo el espectro del conflicto, desde las operaciones diarias hasta la guerra, para promover los intereses de los Estados Unidos", señala la directiva de la Nueva Estrategia Cibernética Nacional de EEUU. Lo que antes era ficción, ya es hoy una realidad. Los ataques cibernéticos, como expresión de la ciberguerra, se refieren al desplazamiento del conflicto bélico a un escenario en que el ciberespacio y las tecnologías de la información, se convierten en escenarios principales en lugar del campo de batalla convencional. En la batalla, se procura alterar la información y los sistemas informáticos del oponente, a la vez que se protegen los propios. El Pentágono, considera los ataques cibernéticos como actos de guerra: "Si tú apagas nuestra red eléctrica, puede que nosotros metamos un misil por tu chimenea", dice una fuente militar estadounidense, anónima.
En 2015, Ucrania fue objeto de ciberataques que afectaron varias centrales eléctricas, y dejaron sin electricidad 103 ciudades en la región de Ivano-Frankivsk. Ucrania, solicitó ayuda internacional para una investigación forense y poder determinar los responsables de los ataques cibernéticos, que penetraron -sin dificultad- en infraestructuras críticas de producción y distribución de energía eléctrica. Ucrania, acusó a Rusia de haber diseñado el malware "BlackEnergy", causante de los apagones. No había, evidencias confiables para sustentar las acusaciones contra Rusia. En 2017, nuevamente, Rusia, es acusada por el Reino Unido de realizar un ciberataque a nivel global que causó miles de millones de dólares en pérdidas, en Europa, Asia y América. Vladimir Putin, desmintió la denuncia: "Esto no tiene nada que ver con Rusia", manifestó durante una visita a China. El Presidente de Rusia, se apoyaba en el gigante del software: "Microsoft lo dijo directamente, que la fuente del virus eran los servicios de inteligencia de los Estados Unidos". Recalcando, en tono jocoso: "Ahora que nos damos cuenta que un genio ha salido de su botella (…) puede revolverse contra sus progenitores", añadió. La justificación, la dio entonces, Brad Smith, director jurídico de Microsoft, quien señaló que el evento se produjo cuando la NSA, desarrolló una forma de penetrar los sistemas operativos de Windows, que acabó en manos de piratas cibernéticos. Tal parece, que una costumbre típica de la delincuencia estadounidense enquistada en la Casa Blanca, cuando de ataques cibernéticos se trata, engañar a la opinión pública internacional, gritando: "Allá va el ladrón ¡Atrápenlo! ¡Atrápenlo!", buscando con ello, distraer a las víctimas de sus propios crímenes causados.
El criminal ciberataque terrorista, perpetrado por el gobierno de los EEUU en contra del Sistema Eléctrico Nacional y que derivó en el apagón durante los días 15-20 de marzo, es contrario a lo aprobado en el Plan Nacional de Estrategia Cibernética de los EEUU, en septiembre de 2017; el cual, contempla que los ataques cibernéticos ofensivos de parte de las fuerzas armadas de ese país: "Son dirigidos a las personas que han perpetrado o se están preparando para perpetrar acciones hostiles contra nosotros en el espacio cibernético…", como lo explicó John Bolton. Causales todas, no aplicables a Venezuela. Quien, además de ser, un país que proclama la paz como un valor supremo en sus relaciones con los demás países del orbe, es constatable que las capacidades cibernéticas con que cuenta Venezuela, no tienen la fortaleza, ni las capacidades requeridas para realizar acciones ofensivas de tamaña envergadura. Bien podemos concluir, que Bolton ha violentado las premisas y obligaciones contenidas en una Ley de los Estados Unidos, teniendo su Congreso la obligación de investigar ese evento ocurrido en Venezuela, y tomar las medidas necesarias para impedir que tales acciones de ciberterrorismo, comprometan la paz en esa nación. Además, desatienden la obligación constitucional que tiene la Administración Trump, de ponderar la opinión del Congreso de los EEUU a la hora de lanzar acciones hostiles, acciones de guerra, contra terceros países. Por lo demás, considerando que la ciberguerra no tiene un teatro de operaciones definido, valga decir, todo el mundo –militares y civiles- mujeres, hombres, niños y ancianos quedan sujetos a su influencia, a sus efectos perversos, razón que convierte a sus ejecutores en criminales de guerra, y al ser sus crímenes, delitos de lesa humanidad, el Congreso estadounidense no puede, no debe abstenerse de juzgar a quienes cometen crímenes, en nombre de la democracia y la nación estadounidense…
Postcriptum: los ataques cibernéticos contra el país no han cesado. Al contrario, en el período posterior al martes 18 y días subsecuentes, se han incrementado mediante el uso de trojanos y otras herramientas de la guerra cibernética, para alterar sistemas de redes informáticas del país y, en consecuencia, servicios públicos vitales. "Malware o archivos maliciosos ejecutables para destruir, modificar o copiar datos, así como interferir con el funcionamiento de computadoras o redes de computadoras" (Fuente: https://cybermap.kaspersky.com/es/stats/#country=56&type=oas&period=w).
Caracas, 21-03-2019