Una pregunta recorrió el mundo de lo fantasioso. Todo el mundo, como locos, se preguntaba, hasta hace pocas horas, ¿dónde está la periodista Amanda Umek? Alguien dijo que estaba tratando de entrevistar al ex diputado Juan Guaidó para consultarle sobre la decisión de la ANC de allanarle, en concordancia con un fallo del TSJ, su inmunidad parlamentaria. Pero esa pista fue descartada por los "sabuesos" del periodismo venezolano, ya que Guaidó no concede entrevista por temor a "meter la pata". Otro vocero, de los tantos que abundan en las redes, afirmó haberla visto en una concentración relámpago convocada por el ex diputado, pero resultó falsa la información, ya que nadie quiere aparecer al lado de quien vivió un sueño de ensueño, como diría un trabalenguas de un personaje cursi del creador de culebrones Leonardo Padrón, el nuevo intelectual que le está serruchando la imagen de Arturo Uslar Pietri, y que aspiraba que Guaidó lo nombrara ministro de la Cultura, cuando esté estuviera sentado en su oficina en Miraflores, y, desde allí, lanzar su aspiración al mundo a ser elegido como ganador del Premio Nobel de Literatura.
Pero, la búsqueda de Amanda Umek, siguió y siguió. Las redes casi revientan, nacional e internacionalmente. Nadie sabía nada de ella, ni siquiera su esposo. Una fuente, digna de todo crédito, señaló que Amanda estaba concentrada en escribir las memorias de Juan Guaidó, y, por lo tanto, estaba de incógnita en un lugar seguro donde nadie podría molestarla. Se especuló que ese lugar podría haber sido el salón donde se reúnen, cada vez que desean politiquear, los curas integrantes de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV). Esta versión fue desmentida, a su tiempo, por uno de los curas "papaupa" de la CEV. Esto fue lo que dijo: "No es cierto que la periodista Amanda Umek se encuentre en nuestras instalaciones. Le tenemos una oficina lista, si ella quisiera venir a nosotros, pero aquí y ahora, no tenemos el privilegio de tenerla entre nosotros. Le hemos pedido al Papa que interceda para que esta fablistana sea liberada, si fuera el caso de que estuviera secuestrada, como dicen, por una mano peluda y perversa, ligada a los altos poderes del régimen".
¿Dónde estaba Amanda Umek? Nadie lo sabía. Se había esfumado, de la noche a la mañana, sin dejar huella, y, ni siquiera una carta para sus lectores, o para su esposo. ¿Qué había pasado con esta periodista? Se comentó, en los pasillos de la política nacional, que pudiera haber estar implicada en cuestiones de espionaje. Es decir, que la joven pudiera estar espiando para Trump y su equipo de locos criminales que lo rodean. Otras voces aseguraron que se había marchado a Cuba, después de haber sido descubierta. Pero la más caliente de las especulaciones es la que tiene que ver con lo que dijo en un programa de televisión el famosísimo actor venezolano, Franklin Virgüez, desde Miami. "Échenme a esa "bichita" para acá… Aquí la espero para ensañarle las calles de Miami, y llevarla a comer arepas criollas exiliadas, y tomarnos un roncito añejado y turbio, como la mente mía… ja,ja,ja… Aquí te espero, por estas calles, Amanda Umek, o como te llames".
Última hora, última hora: se especula que la periodista Amanda Umek, es protagonista de un show mal montado, pero que al fin le ha dado sus frutos. Nadie la ha secuestrado, como se dijo. E inclusive, se acusó a Roberto Messuti de ser el autor de su desaparición. Es decir, se afirmó, en un momento, a nivel nacional e internacional, que el señor Messuti, la tenía escondida en una habitación en la Casa del Artista, de la cual es su presidente… Esas bolas volaron, sin tener alas. Pero, lo cierto es que nadie le ha tocado un pelo. Se encuentra sana y salva, comiendo tacos mexicanos, en el mismísimo país donde gobierna Andrés Manuel López Obrador, conocido en los bajos fondos de la alta política de México, como AMLO. Todo se ha aclarado, como por arte de magia. La joven señora se había escapado sin decírselo a su marido, con la intención de refugiarse en los Estados Unidos, impulsada por la persecución política a que era sometida por la dictadura, y, luego, esperar, la llegada de su esposo, para junticos, agarrados de la mano, como dice el Puma, pasear por los centros comerciales de Miami. Y así termino la "culebra" que la periodista escribió con ayuda del escritor de los escritores, Leonardo Padrón. Muy pronto, en una conocida canal, se podrá ver el culebrón… ¿Dónde estaba Amanda Umek?