¿Qué no han dicho, en estos últimos años, de Nicolás Maduro Moros? Entre otras cosas: que es colombiano. Es un presidente ilegítimo. Que es un usurpador. Que no sabe leer ni escribir. Que es un "pata en el suelo". Lo comparan con Pinochet. Es decir, que es un "dictador" desde la cabeza hasta la punta de los pies. Un marginal, corrupto y pordiosero, a la vez. En fin, que es un "bruto", tal que lo comparan con un burro. Todo eso, y mucho más le han dicho al presidente de todos los venezolanos y venezolanas, sean o no chavistas, pues, él se ganó la presidencia en una contienda electoral donde sacó más de seis millones de votos, donde votaron más de 10 millones de venezolanos y venezolanas. El más cercano contendiente, sacó 2 millones y pico, y el tercero un millón y tanto.
Maduro, es "bruto", y mucho más, pero invencible. No han podido hacerlo morder el polvo, ni los de aquí, ni los de allá. Es duro de matar y, difícil de golpear. Es un peso pesado natural, pero se mueve como un peso pluma. Es la reencarnación de Ali. Por ser una presa difícil es que los cinco de la Casa Blanca no hayan qué hacer para deshacerse del hijo político de Hugo Chávez. En este orden de ideas, se esperan nuevos ataques, nuevas escaramuzas y nuevas batallas. Pero eso no atemoriza al presidente obrero. Luce tranquilo y mandando como nunca. Mientras tanto, los lacayos y traidores internos lucen opacados, cansados y derrotados.
Mucha gente dentro y fuera del país está sorprendida del aguante de Nicolás Maduro. Hay quienes piensan que tiene pacto con el diablo. Otros afirman haberlo visto por los predios de María Lionza. Los menos dicen que se hizo creyente de los "negros" paleteros de Cuba. En fin, cada quien piensa una cosa o la otra. Pero, lo cierto es que hay Maduro para rato. A Guaidó le ha dado con todo, sin siquiera nombrarlo. Sólo con sus acciones y estrategias revolucionarias han bastado para que el pretendiente haya quedado como pajarito en rama. Volteando para los lados, y sólo como el ánima sola. Ofrece y ofrece, pero nunca cumple. Maduro es duro de "matar", mientras tanto, Maduro sigue y sigue mandando y mandando, más que un jinete en la recta final, en un clásico Presidencial.
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