Nos retiramos de la OEA, por fin somos patria libre de verdad, hacemos historia allende fronteras como pueblo valiente. Descendientes orgullosos de nuestros libertadores somos referencia internacional de lucha antiimperialista en democracia Siglo XXI. Deplorable que por moda irresponsable y con estulticia, presuntos "venezolanos" y "venezolanas" merecedores de comillas en cuanto al gentilicio, fuera y dentro del territorio nacional se desentienden del enfrentamiento heroico que tenemos, debido a la multiplicación de mega canalladas contra nuestras autoridades, y contra el pueblo todo, chavista o no, ni ni o espectador indiferente, promocionadas cual medidas necesarias a fin de obligar al Presidente electo el 2018, Maduro Moros, a que se vaya porque a EE UU no le gusta el modelo soberano de gobierno venezolano socialista, antiimperialista y bolivariano.
Dejamos de ser -y el mundo lo sabe-, una nación claudicante gobernada hasta 1999 por monigotes al servicio de corporaciones gringas y europeas que nos esquilmaban el petróleo, el gas, el oro, coltán, litio, diamantes y pare usted de contar nuestras riquezas, sin contraprestación de beneficio al bravo pueblo del que habla el glorioso Himno Nacional. Las sanciones a figuras del Poder Ejecutivo legítimo hechas contra nuestro gobierno por el desgobierno instalado en la Casa Blanca en Washington, auténtica pandilla de malechores depredadores que desprestigian en la historia el término política, no consiguen apoyo mayor del concierto mundial de naciones, salvo administraciones presididas por cobardes ultraderechistas arribistas y aprovechadores.
La vida me llevó el 26 de Abril a la Catedral de Maracay, en momentos de una mini ensoberbecida reunión de oposición: fui en compañía de mi esposa y enfrente de la iglesia estaba el personajillo que preside un gobierno imaginario. Ni una cuadra de asistentes que frente al templo gritaban consignas, el insulto fue "Maduro c.... de tu m....", irrespetando al templo, mientras otros dentro del recinto se sentaban a ver fotos en sus celulares. En esas manos no va a caerá nuestro pueblo noble. La circunstancia me llevó a releer la vida de José Gregorio Hernández, quien en 1902 firmó como miliciano a la orden contra la invasión extranjera que inventó una falsa deuda externa, tratando de cobrársela al gobierno nacionalista de Cipriano Castro. La historia se repite, nos crean la falsa imagen de una dictadura pero de nuevo venceremos.