Estimados Diosdado Cabello Rondón y constituyentes.
Les escribo esta Carta Publica muy alarmado, preocupado ante las terribles escenas de linchamientos públicos de seres humanos, acaecidos esta vez tras los sucesos del golpe de Estado intentado por la ultraderecha venezolana los cuales se vivieron el 30 de abril del 2019.
Borroneo estas líneas en defensa de un hombre el cual ni su apellido se sabe aún, un ser humano perseguido, acorralado, acusado por ser chavista, quien luego de ser golpeado bestialmente buscó desesperado refugio en la Arepera Los Pilones ubicada en Altamira, y estando agonizante fue entregado premeditadamente por los dueños de ese establecimiento de comida rápida al grupo de fascista que lo perseguían los cuales sin ningún empacho procedieron a asesinarlo bajo la conocida forma del linchamiento.
Fue asesinado por el sumo del fascismo venezolano lo más graneado de las turbas totalitarias que operan luego de aprovecharse tras cada hecho de conmoción que viva la nación y con los cuales se generan sucesos muy violentos. Son los creadores entre otras cosas retorcidas como la guarimba.
Todo, mientras el Sebin participa en una rara operación de golpe de Estado y nadie sabe aún el paradero de su exdirector o el DGCIM pareciera no darse por enterado de la actuación de estos grupos violentos, y un buen número de funcionarios de otros cuerpos policiales se hacen expertos en otras cosas, menos en darle captura a estas bandas de fascistas.
Sera que tenemos que llegar a la conclusión que en nuestro país nadie estará en capacidad de darle seguimiento y captura a estas peligrosísimas bandas que aparecen, actúan y desaparecen luego de suscitarse violentos episodios los cuales van marcando de una manera muy fea a nuestra sociedad. Esto podría llamarse inteligencia de Estado; pienso que tal vez no.
Diosdado, aquí la impunidad nació hace más de un siglo con la imposición de un Estado inmoderado y esta se extendió hasta sucesivos gobiernos. En muchas de estas arbitrariedades entraron al antojo decisiones que pasaron la barrera del abuso, del absurdo, algunas de ellas impredecibles e incomprensibles, pero hay quedaban. Así comenzamos para posteriormente seguir en asuntos a los cuales no ha sabido dársele un buen parao, así fuimos quedando atrapados en un sonsonete; "esa es nuestra política", aunque todos saben que abusar del pueblo no es nada político.
Claro los linchamientos en nuestro país no es un tema nuevo. Para revivirlos últimamente se hablan de los muy violentos hechos acaecidos tras el derrocamiento de Marcos Evangelista Pérez Jiménez quien fuera derrocado el 23 de enero de 1958. Se linchó a mucha gente, esbirros de la Seguridad Nacional fueron perseguidos y desollados vivos y ese es el ejemplo que hoy se escenifica muy al detalle por parte de los agazapados políticos de la derecha criolla; ese es el germen, de ahí se quiere implementar la práctica del linchamiento. A esto se le ha dado buen centimetraje por parte de las redes "sociales".
Luego al asumir el poder los adecos y copeyanos los linchamientos eran "privados", ahora son públicos Vimos Los pozos de la muerte comandados personalmente por el Comisario Fischer Godoy, eso fue en el estado Zulia a inicios de la década de los 80. Aquella aberración consistía en lanzar seres humanos aún vivos después de haber enfrentado feroces torturas y desde arriba rematarlos a punta de disparos de varios calibres. Eran unos pozos con varios metros de profundidad, hoyos, huecos abandonados después de trabajos de la industria petrolera los cuales quedaban descubiertos. Allí se llegó hasta a asesinar a un hombre que intentó levantarse la mujer de uno de esos policías asesinos.
Constituyentes, escuchen los siguientes dolorosos casos que nos han marcado impunemente desde el pasado; recuerdo a dos únicos valientes hombres que denunciaron los terribles crímenes de Los pozos de la muerte; Luis Homez y a un periodista que personalmente conocí estando preso por denunciar a militares y policías corruptos y sobre todo asesinos, allá en los tiempos de la cuarta república. Permaneció preso en silencio sin nadie saberlo en el Departamento de procesados militares ubicado en la Centro Penitenciario de Occidente, Santa Ana, Municipio Córdoba del estado Táchira. Fue conocido como el Periodista de la verdad, Rafael Finol Meléndez.
Luego como si se tratase de asesinar a seres humanos la cosa se llevó a las pantallas, así recordamos muchas películas venezolanas como Macu, una porquería del cine nacional que recibió dinero, ganancias y premios, fue llamado: "un caso de la vida real" llevado a todos los medios donde se pudo trasmitir, catalogada como un gran guion cinematográfico de gran altura y nivel. Todas esas cosas fueron creando una falsa cultura en la población y también en los cuerpos de seguridad del Estado.
La impunidad ha dado para todo, hasta para crear películas horrorosas y todos esos abusos en Venezuela nos crearon una "cultura" y de allí saltamos a las arbitrariedades, así igualito como existe el machismo o la xenofobia.
Por eso estos casos estallan ante el razonamiento de todos. Si, excesos como los que cometiera aquel general homicida apodado El cuervo el cual torturó y asesinó a varios de sus seguidores, ahí mismito de la Plaza Altamira cuando declarados en rebeldía en el año 2002 intentaban tumbar el gobierno, y luego de apresado prontamente fue dejado en libertad. Esto ha dado ejemplos y muy malos para nuestra sociedad. Por eso los grupos de fascistas operan descaradamente porque saben que aquí se puede burlar fácilmente el sistema de justicia y en la sociedad esta aceptado, es decir es normal.
Antes de ser detenido ese mismo general que les relato tuvo el tupe de irse a Colombia y desde allí operar con militares de aquel país no sin antes realizar acciones en contra de nuestra patria y dar información militar muy clave a nuestros enemigos. Por eso tras ser capturado en el Zulia al poco tiempo fue liberado.
En Venezuela la impunidad es un fenómeno antropológico, sociológico, politológico y por supuesto jurídico, casi institucional. Como se abandonaron los verdaderos tratamientos de castigo entonces se convirtió en un espiral muy violento. Convirtiéndose ahora en una verdadera bofetada en contra del actual modelo constitucional y por supuesto el que las paga es el pueblo.
La impunidad es una institución. Hay leyes y muy duras, fenomenales, nuestro Código Orgánico Procesal Penal es una maravilla, la Ley antiterrorismo, pero nada de esto se aplica con firmeza en contra de estos grupos de fascistas.
Los tribunales, defensoría, fiscalía buscan la forma de darle la vuelta y así muchos van quedando en libertad con los famosos beneficios mientras otros casos ya son olvidados. Todo esto a nuestra sociedad le causa un daño histórico el cual se extiende hasta su presente y pasa lamentablemente hacia nuestro futuro.
Por ejemplo, en que cárcel están los asesinos de Orlando Figueras, aquel joven que fue incendiado vivo, salvajemente torturado, perseguido, acorralado. Alguien recuerda la agonía que hoy debe estar sufriendo su Madre.
Orlando Figueras agonizó por varios días en un hospital y delirando gritaba, suplicaba llamando a su vieja Madre implorándole que no lo dejara solo, entró en un terrible estado de pánico, decía que venían a buscarlo de nuevo.
Como eso tan horrendo, tan criminal, tan bestial, no encuentro termino para definirlo pudo suceder en nuestro país y que todo haya quedado impune. Donde están los asesinos de aquella criatura, que han hecho los cuerpos de inteligencia, por favor, acaso puede haber explicación para un crimen tan horrendo y atroz como este.
Diosdado, usted es el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, organismo plenipotenciario, soberanismo, único, poseedor de todos los poderes supra y constitucionales del país. Cuando sucedió lo del ser humano que llevó por nombre Orlando Figueras ustedes nos prometieron que iban a aprobar leyes en contra de esos crímenes y hablaron que las penas superarían los 40 y hasta 50 años. Bueno hermano y donde están esas leyes que no se las han aplicado a estos esperpentos de genocidas, fascistas.
Por eso aquí ellos —los fascistas— hacen lo que se les antoja. Por eso asesinan, colocan bombas, ponen alcabalas, persiguen, incendian casas de revolucionarios, les queman sus vehículos, atentan contra sus hijos, violan, apuñalan, hieren, tirotean y linchan en plazas públicas a los chavistas, peor que en aquellos tiempos de los romanos.
No hay diferencia alguna entre los fascistas venezolanos y los militares fascistas de Chile cuando en 1986 en una protesta capturaron y rociaron con gasolina a Carmen Gloria Quintana y a Rodrigo Rojas de Negri y los incendiaron vivos, ella sobrevivió, mientras que Rodrigo moría a los cuatro días.
Nosotros anhelamos, reclamamos y queremos una sociedad linda, humana, hermosa, igualitaria, solidaria, amorosa, bolivariana, revolucionaria, justa, que nos proteja —y a esto podemos seguir llenándola de adjetivos— pero tenemos necesariamente que aplicar la ley. La ley es lo que aplican los países amigos de nuestra revolución cuando los abusivos se comen la luz, veamos los casos de Cuba aplicando justicia y La Federación Rusa, más Turquía e Irán, entre otros.
No queremos los machetazos en los cuellos de inocentes como recientemente —abril 2019— acabamos de verlo en un reinado tan asesino como el de Arabia Saudita —nuestro socio en la OPEP— quienes en plazas públicas y de manera simultanea decapitaron a más de una treintena de seres humanos. Igual los vimos en el año 2018 como degollaban a 151 ciudadanos por oponerse a su asqueroso régimen. Pero no, eso no es lo que pedimos.
Este país, nuestra sociedad, nuestro pueblo reclama vivir en una verdadera sociedad de ciudadanos, que nuestras instituciones sean garantes de ciudadanía, queremos justicia, penas duras, sin reducciones por aceptar hechos, sin beneficio para este grupete de homicidas que en cada manifestación golpean hasta la muerte a seres humanos cuando no los incendian vivos después de torturarlos salvajemente. Mañana van a coger una soga y guindarán del cuello a quien ellos acusen por el solo hecho de ser chavista y lo van a dejar guindando en cualquier poste, semáforo o árbol. Pienso que no sería necesario que el país llegara hasta allá.
Por no haber justicia en México los carteles del narcotráfico guindas de sus cuellos a sus adversarios exhibiéndolos debajo de elevados. Un poco más lejos y por descuido de su gobierno en Siria se llegó a la penetración de tantos mercenarios que llevó al país a una cruenta guerra comandada por un califato de homicidas. O el caso de Libia donde Al—Qaeda y AL—Nusra han esclavizado a los seguidores del coronel Gadafi.
Acaso aquí tenemos que llegar a algo parecido después de ver la triste experiencia sucedida en aquellos países por no detener a este tipo de homicidas. Tenemos leyes, cuerpos de seguridad entrenados, tecnología, satélites, logística, dotación, buen asesoramiento. Entonces que nos falta para detener a estos fascistas.
Por esos abusos hay casos que ya se manifiestan de manera soterrada y aceptable en nuestra sociedad, hechos que ocurren ante la mirada y asesoramiento de nuestros cuerpos de seguridad quienes a viva voz han enseñado a la población que si llegan a meter presos a los malandros la Fiscalía y jueces los dejan en libertad, así que es mejor que la gente los mate en plena calle a la luz del día en presencia de quien este pasando y aquí no ha pasado nada.
El modus operandi cuando "vecinos o comerciantes" agarran a cualquier malandro robando es asesinarlo a patadas y coñazos, la policía llega y no hace nada, es más les enseñó a estos "ciudadanos" que si lo asesinan entre los que llaman una poblada pues allí la justicia no encontrará a ningún culpable, esto cuando no se lo entregan a los mismos policías quienes van y le dan otra zaparapanda de coñazos y patadas o lo matan y lo tiran por ahí en cualquier rastrojo.
Por eso hemos llegado a la aberración de identificar sitios donde lanzan personas asesinadas y todo el mundo sabe que es un aliviadero donde los cuerpos policiales arrojan a delincuentes y eso es aplaudido, aceptado. Que estamos creando en esta revolución, más impunidad. Esto debe ser impermitible.
Por eso las principales garantías para estas hordas de fascistas es la impunidad que existe. Esto no es obra de malandros. Malandro que tenga una pistola anda atracando, robando celulares para darse "buena vida" y comprar drogas. Los que dirigen el linchamiento de chavistas son hombres y mujeres muy bien acomodados en lo económico, —ese es su perfil— y saben arengar a sus masas de seguidores, quienes se incorporan en el disfraz de homicidas para cometer estos brutales hechos para luego colocarse sus corbatas y trajes para trabajar en sus oficinas. Todo esto deben saberlo en los organismos de inteligencia, pero algo pasa que no actúan.
Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, camarada, hermano, compatriota por favor actúe, apruebe para la defensa del pueblo las leyes que habían sido anunciadas las cuales a la fecha llevan casi dos años de espera.
Si estas leyes no se sancionan no podremos romper con los hilos conductores que anclan este tipo de crímenes y que andan asolando a nuestra nación desde hace más de un siglo y sobre todo muy marcado ahora en nuestra revolución. Si ustedes sancionan esas leyes romperíamos el camino histórico del mayor agazapamiento de la impunida y el delito del último siglo. De lo contrario los actos en contra del pueblo chavista cada vez serán más monstruosos y no tendremos con que afrontarlos.
Bueno hasta aquí mi pedimento. Po ahí dicen escriba que algo queda, aunque igual sé que una golondrina no hace verano, pero es mi deber decirlo, ya muchos lo han repetido y mucho más claro de como aquí lo relato.
Ahora narraré apenas algunos casos "aceptados" por el necio siglo pasado el cual ha sido inundado de impunidad, pero insisto que la ANC puede iniciar la destrucción de ese período de arbitrariedades. Para que en este floreciente tiempo no pase ahora a las manos de criminales que conviven dañando los valores de nuestra sociedad.
El fascismo se esconde abiertamente en esas repugnantes ideas las cuales no solo fueron cosa de alemanes y españoles quienes lo practicaron muy bien y con su política exterior aún lo mantienen, ese criminal mal se arropa muy bien en nuestra inocente sociedad quienes no se imaginan con quienes conviven.
Recordemos los últimos años de la cuanta república en la década de 1990 cuando vivíamos tragedias de torturas, crímenes y asesinatos donde estuvieron involucrados todos los cuerpos de seguridad del Estado. Sobre todo, en contra del movimiento revolucionario y estudiantil que hizo efervescencia en el país.
Diosdado y constituyentes me atreverían a decir que uno de los primeros desaparecidos en Venezuela de este siglo pasado de impunidad fue el colombiano Luis Augusto Malavé, líder de un paro petrolero, dirigió la huelga de 1922 en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, pero fue entregado por la petrolera Venezuela Oil Concessions V.O.C. a los esbirros de Juan Vicente Gómez, nunca más se supo de él. Igualito como lo acaban de hacer los dueños de la arepera Los Pilones ubicada en Altamira
Salvador de la Plaza decía; las empresas imperialistas crearon los campos petroleros, debidamente cercados, y los convirtieron en pequeños estados autónomos dentro del Estado, regidos por reglamentos y cuerpos de policías propios que tenían por finalidad asegurar la más exhaustiva explotación de los trabajadores venezolanos. El libre comercio de estos «campos» y la entrada de ellos a quienes no portaban la ficha de enrolamiento de la compañía respectiva estaban prohibidos, así como también el tránsito por las carreteras construidas por las compañías para comunicar entre sí a los campos petroleros o con los campos más cercanos.
Posteriormente en 1925 el primer sindicato petrolero fue vetado por Juan Vicente Gómez. En plena muerte de Gómez en diciembre de 1935 hasta enero de 1936 estalla la primera gran huelga petrolera en Venezuela la cual fue duramente reprimida por Eleazar López Contreras
Allí 10.000 obreros se paralizaron por 47 días. Se fueron a la huelga porque las empresas se negaron a eliminar las alambradas, dedicaron su lucha a los primeros cincuenta años de los mártires de Chicago.
Allí participaron los líderes Valmore Rodríguez, Juan Bautista Fuenmayor, José Antonio Mayobre, Manuel Taborda, Jesús Farías, Luis Emilio Arrieta, Max García, Olga Luzardo y María Teresa Contreras, todos expulsados de los campos petroleros.
Luego vinieron los asesinatos de Estado el 14 de junio de 1936 cuando se desarrollaba la asamblea del sindicato de los petroleros de Mene Grande efectuada en el cine San Felipe. Los trabajadores habían decretado un paro en apoyo a la generación de 1928. Allí caen abatidos los luchadores Pedro Pérez, Jesús García, José Osmar Pérez, Jesús Oropeza, José del Carmen Mendoza.
De aquella lucha solo consiguieron un Bolívar de aumento, el 22 enero de 1937 el presidente decreta reanudación de trabajo, el resto de las reclamaciones fueron desatendidas, hubo apresamiento y expulsión de más de 30 trabajadores.
En Venezuela no tenemos otro camino que encarcelar a estos grupos de fascistas, hagámoslo aún estamos a tiempo y nada nos cuesta ponerle voluntad a esta degeneración de un grupo que en nada tendrá que envidiarles a los mercenarios del llamado califato islámico que opera en el Golfo Pérsico.
Aprendamos que luego esto será más duro…
2 de mayo del 2019