Lo que Guaidó y su pandilla han hecho con los militares pendejos que se dejaron engatusar, por recomendación del quinteto de la muerte que habita en la Casa Blanca, no tiene parangón en la política moderna. Han dejado a estos jóvenes militares, como ánimas en pena. Sin tener con que comer, ni donde dormir. Les ofrecieron villas y castillas, y están dando lástima, de un lado a otro. Le piden, en vídeos, a su "presidente" Guaidó, que les cumpla con lo prometido.
Así son ellos. La derecha radical venezolana, liderada por "Juancito alimaña" es Suma Cum Laude en mentir. No sólo han engañado a estos soldados bolsicones, sino que engañan a cada rato a sus partidarios. Tal como engañan al imperio para sacarle la mayor cantidad de dólares posible. Actúan descaradamente. No cumplen. No actúan como actúan los hombres que tienen palabras y, además, tienen bolas de sobra.
El gobierno venezolano, pienso yo, debería tenderles un puente a esos militares para que ingresen al país, y se pongan a trabajar como Dios manda. La mayoría de ellos fueron engañados, tal como hicieron con los del 30-A. A esos soldados deberían abrirles las puertas del país, ya que tantos ellos como sus familiares están pasando trabajo, por culpa del usurpador, cobarde, y sin palabra. Reitero, son jóvenes y merecen una segunda oportunidad, no como militares, pero sí como ciudadanos.
Mientras tanto, los señoritos, aupadores del golpe de Estado contra Nicholas Maduro, su gobierno y al chavismo, en general, están unos, gozándose unas embajadas, y otros, disfrutando en el exterior de los millones de dólares que se han robado. Viajando en primera clase, conduciendo lujosos automóviles, comiendo en restaures élites, y bebiendo de lo lindo exquisitos licores, de las más variadas marcas. Y los militares engañados, pasando pena y comiéndose un cable.
Villahermosa, México, 17 de mayo, del 2019.