La revolución bolivariana y socialista II

El 2013 fue el año de los primeros frutos políticos claros cosechados de la revolución socialista bolivariana, personificados en Hugo Chávez y el Plan de la Patria. Hasta el 2013 los tiempos fueron confusos. Por ejemplo, en ese pedazo fue denunciada la autogestión y el control obrero (Un grano de maíz, Toby Valderrama) y descubierta su trama por Chávez. Una fórmula para corromper la "propiedad social" por un grupo de sindicalistas y políticos pícaros, disfrazándola de socialismo obrero para apropiarse de las empresas del Estado. Su objetivo real fue debilitar al Estado socialista, beneficiar a dirigentes obreros crapulosos entregándoles las empresas de la CVG y las recientes empresas socialistas creadas por Chávez, pasando por encima de la sociedad, empresas que debían ser de propiedad social cederlas a obreros aburguesados y políticos corruptos. En aquellos días Chávez corregiría el entuerto político y al tiempo aclararía su pensamiento respecto al papel del Estado en la revolución; empezó afirmando su jefatura y autoridad, y declarando el control absoluto del Estado sobre las empresas de la corporación y las empresas socialistas –aquel día en que un grupo de trabajadores de la CVG cortaron el audio de su programa Aló presidente, para hacerle presión –: ¡fuera del socialismo la llamada "autogestión" y el demagógico "control obrero", se acabó el festín de los sindicalistas!... Episodios como este, protagonizado y maquinado por Rodolfo Sanz, pasan desapercibidos para los calumniadores de Chávez y del socialismo; y es que los socialistas "estacionarios" pierden fácilmente la memoria.

El Plan de la Patria señala la madurez política de la revolución, recoge la experiencia acumulada por Chávez en doce años (o más) de una lucha llevada con consciencia por la revolución bolivariana y luego bolivariana y socialista, precisando el discurso político y las ideas, que luego serían sintetizadas en un plan socialista original, juicioso, el cual aún reclama la acción política decidida de los revolucionarios chavistas verdaderos, hacia lo que el gran líder llamó "el punto de no retorno" al capitalismo. Muerto Chávez, la derecha interna, los reformistas "pragmáticos" tuvieron que tocar su esencia, falsificarlo a fondo, en su sentido y en su forma, en su lógica, para poderlo trocar en lo que sería la base programática de su traición al socialismo, el plan falsificado, adulterado con mandatos liberales, convertido en ley, contrariando la misma Constitución bolivariana...

La revolución se abandonó justo en un punto que fue de suma claridad política para el líder, de inflexión hacia una radicalización liderada por él, Chávez, cabeza principal de la revolución... Hoy leemos en las noticias que "La comisión de economía diversificada y productiva de la ANC –un homúnculo del reformismo madurista –plantea la subasta pública de bienes ("confiscación", así dice el diputado en cuestión) que pertenezcan a los actores políticos vinculados con la solicitud de sanciones económicas contra el Estado venezolano", es decir, los mismos conjurados de siempre. En el contexto de 2013, en el año del golpe de timón, "confiscar bienes a los conspiradores" – ¡una notica así! -, hubiera sido inspiradora. Sin embargo hoy es claramente un gesto contradictorio, puro pataleo de muerto, una muestra de desespero y confusión. ¿Por qué en vez de confiscar a los mensajeros del capitalismo y el imperio no se incautan directamente los bienes de los verdaderos conspiradores, de las empresas y empresarios que atentan todos los días contra la vida de los venezolanos y roban al Estado? Hay muchas y muchos; les podemos dar algunos ejemplos: empresas Polar, la red de supermercados Excélsior Gama y Central Madeirense, Farma Todo, Locatel, la farmacéutica Roche, Cargil y Colgate, Nestlé, FarmaAhorro – ¡y no hablemos de la banca privada! –… Sería de más provecho confiscar estas empresas que quitarle los bienes particulares a los comisionados por estos capitalistas; sería más útil, desde el punto de vista del mensaje que se transmite, al verdadero enemigo del socialismo, que es el capitalismo, y al pueblo chavista, el cual necesita entender este galimatías de una socialismo que protege a los explotadores y los especuladores, sin disimulos; sería de más provecho tener el control sobre estos actores económicos, de estos medios de producción y distribución de bienes, requeridos hoy urgentemente por toda la población a que trabajen a su favor.

Diosdado Cabello piensa (eso dice) que si encarcelan a Guaidó provocarían una excusa a la violencia, a la intervención militar, que por eso no lo hacen, por más nada. Lo mismo parece que les pasa si confiscan a las Empresas Polar y las otras que están bajo la custodia del gobierno de Maduro; provocarían a la barracuda del norte, y el gobierno "no piensa caer en esa provocación", parecieran no darse cuenta desde allá arriba que, precisamente, por mostrar tanto miedo y perplejidad es que la barracuda los muerde ahora. ¡Qué clase de revolución es esta, que protege y le da el poder al capitalismo para no perder el poder!, O, ¡Qué clase de poder político es ese que no puede!

El gobierno de utilería pisa un país desmantelado, sin la fuerza política y social suficiente para ejecutar confiscaciones y enfrentar conspiraciones. Empezando por la industria petrolera. Maduro acabó con su fuerza y poder "entregando sus armas" al enemigo, dándoles el gas y el petróleo, como si a propósito quisiera depender, hasta el fin de los tiempos, de la voracidad capitalista: ¿esto es lo que hay detrás del Maduro cuando grita emocionado, cada vez que se lo indica la prudencia, "Independencia y patria socialista"? ¿O es que él cree de verdad que las trasnacionales nos van a desarrollar una industria petroquímica y química "nacional"…, y de gratis, transferir tecnología y más, es decir, van hacer la revolución socialista por nosotros…, porque ellos son muy agradecidos, democráticos y buenos? (Pensar en todo esto irrita bastante)

Las contradicciones del gobierno de utilería y la ANC, también de cartón, son, cada vez,… ¡groseras de más!, ¡rayan en lo caricaturesco!...

A pesar de toda esta tragicomedia, está pendiente la segunda parte de la revolución chavista, poner en práctica el Plan de la Patria para tratar de alcanzar el punto de no retorno al capitalismo. Tarea pendiente. Hoy se entrevé una regresión como de cinco generaciones, un regreso material, social y político a tiempos de cuando la Shell y Exxon nombraban los ministros de fomento y hacienda, cuando cada banco emitía sus billetes, allá, cuando Juan Vicente Gómez escupía en el piso…, sospecho que lo único inteligente que queda hoy en el gobierno y en la oposición son los teléfonos… La nota distintiva es que ahora nos transamos en dólares, el "dólar socialista" es nuestra moneda corriente (o dolor socialista, que es otra vaina), ¡tal y como lo habría querido Chávez! (es una ironía)

Mientras pasa esta pesadilla habrá tiempo para reconstruir lo hecho y deshecho, reorganizarlo todo en nuestras mentes; hacer control de daños, aprender de las experiencias malas y positivas, escoger las mejores semillas, reflexionar y escribir: la herencia, el legado a nuestros hijos, para que regresen en nuestro nombre, más fuertes y preparados. Ojalá Maduro viva lo suficiente para que vea su reguero y coseche de su fama…



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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