En un país como el nuestro la seguridad nacional no es excusa para actuar en las sombras. Hoy en Venezuela, son pocos los casos en que la seguridad nacional dependa de un "secreto", de acciones encubiertas u ocultas, "secretos de Estado"; quizás en situaciones de guerra. Pero nuestra seguridad nacional más bien depende en este momento de la confianza que tenga el país en sus líderes, si no todo será tensión o caos, como ahora. Actuar con claridad, de cara a la gente es una cualidad de primer orden en el socialismo. Por eso decimos a los extraviados que esto que practica Maduro no es socialismo, que no confundan la desesperación de Maduro de aferrarse en el poder con el socialismo.
Si hay un aprendizaje proveniente de los primeros años de la revolución rusa es ese, el fin los "secretos diplomáticos". Las conversaciones del nuevo gobierno revolucionario con los alemanes, franceses e ingleses fueron publicadas para que los involucrados directamente en la guerra, los soldados, los obreros, las mujeres y los niños se enteraran y decidieran junto a sus líderes, a través de los soviets, sobre asuntos que atañían a sus propias vidas. Ese es un cuento viejo, pero es muy aleccionador para los falsos socialistas que nos gobiernan ¿Por qué el gobernó de Maduro tiene que ser tan misterioso y oscuro? ¿Seguridad nacional o seguridad personal?
Jorge Rodríguez y Maduro han confesado, como si fuera lo más normal del mundo, que han hecho "conversaciones secretas" con la oposición. Todo lo que se ha derivado de los "diálogos" con la oposición, y "acuerdos" con los empresarios, ha sido "secreto" o silenciado ("silencio de eso no se habla") cuando uno se enteró ya el daño estaba hecho.
Es el caso de la explotación del Arco Minero la cual se decidió ejecutivamente entre gobierno e "inversionista" sin ningún tipo de consulta, a espaldas del país, en especial, a espaldas del pueblo pemón. Es decir, un asunto tan importante para el país y para toda una comunidad indígena, que involucra el futuro de todos los pobladores de aquí y quizás de más allá, se hizo tras bastidores; ni siquiera fue discutido en la Asamblea Nacional, aunque esto sea una formalidad casi inútil. Sin embargo el caso del Arco Minero era como para convocar un referéndum.
Igual pasó con las conversaciones en Santo Domingo en la casa de Gustavo Cisneros, y en los demás intentos de "diálogos", los cuales no han sido otra cosa que negociaciones por repartirse cuotas de poder, negociar presos y participaciones en los negocios petroleros (los hijos de Ramos Alloup, Oswaldo Cisneros, por ejemplo), o en el Arco Minero (Gustavo Cisneros, por ejemplo), la libertad de Antonio Ledezma, etc. Lo mismo pasa ahora en Oslo, hoy se toman decisiones que involucran el destino de todo un país de espaldas al país.
Es obvio que Maduro y los "cuatro fantásticos" – socialistas de la boca hacia afuera –, en nombre de una falsa democracia participativa y protagónica, de una Asamblea Nacional Constituyente, anquilosada como una satrapía, en nombre del "socialismo" pero cagándose sobre él, están decidiendo en Oslo el destino de todos, negociándolo con los tiranos y oportunistas ladrones de siempre, en nombre de la libertad de empresa y de la "democracia representativa".
Maduro y los otros pícaros, acuerdan sobre nuestro destino, de la misma manera como decidieron las potencias capitalistas aliadas, por debajo de cuerdas y manipulando a sus pueblos, la vida de millones de seres humanos en las guerras mundiales, para tener el control de los mercados mundiales, por "billete" y territorios, usando a los pendejos como carne de cañón – como el destino de Libia, de Palestina, de Irak, de Sira, y sus pueblos, lo deciden en la OTAN, en Bilderberg, el grupo de los 20, o de los ocho, etc.; o en acuerdos secretos entre las potencias del mundo – El de Maduro es el mismo estilo (salvando el tamaño de las diferencias); es lo mismo, pero en chiquito –Arreaza se debe sentir el Arthur Chamberlain del caribe–.
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Otro aspecto del "silencio de Estado", son los métodos policiales para el control de las personas, este sería un capítulo aparte que toca la cara fascista de la desesperación. Solo adelantamos esta nota sobre el "silencio de Estado". En Twiter, "Javier I Mayorca publica: Desde Fuerte Tiuna. Informan que planean hacer una imputación suave (homicidio causal) y con la posibilidad de cautelar a los agentes detenidos por la muerte del capitán… Omitirán lo relativo a torturas, que violan pactos internacionales"… De ser esto cierto, confirmaría que la autoría intelectual de este homicidio se encuentra en Miraflores. Después de que estos dos policías le hacen el trabajo sucio a sus jefes, estos no lo van a condenar a un pocotón de años de prisión; quid pro quo. Aunque es posible que más adelante mueran en un accidente o se ahorquen por remordimiento de conciencia. En casos como estos cuando se sabe mucho, saber mucho no resulta bueno para la salud. La muerte del Capitán Rafael Acosta es un síntoma, lo que se ve del iceberg, uno de los secretos mejor guardados a través del silencio, pero también es un mensaje para quienes pretendan confrontar la autoridad del "salón de la justicia", ¡Qué difícil es vivir con miedo! ¡Pero el miedo no es libre, el miedo es la peor de las cárceles!