Diosdado, una revolución complaciente no es una revolución

«A veces cometemos errores de mandar a los cuadros políticos a tareas que no quieren hacer…..A la gente hay que conocerla, y que asuma las responsabilidades donde hará un mejor trabajo«, Diosdado Cabello (Caracas, 04 de septiembre. Noticias24).

Por lo que conocemos de los llamados "cuadros políticos" del madurismo, todos están a gusto siendo diputados, ministros, alcaldes y gobernadores; directores, vice ministros, asesores: eso de ser jefes les sienta bien. Sin embargo no estoy seguro de que "harían un mejor trabajo", por lo menos en favor de la revolución socialista, trabajando políticamente en la calle.

En el terreno social, donde se encuentran todo nuestros males y nuestros retos como revolucionarios (los despojados de todo, de bienes materiales y de educación, una sociedad injusta, desorganizada, inculta y mal formada), los "cuadros políticos" del PSUV-madurismo, brillan por su ausencia. De haber alguno listo para dar el mejor ejemplo de sacrificio, pero sin sacrificios, sería casi un santo. El sacrificio, según entendemos de Diosdado, se debería sortear de las exigencias de la militancia, para "que asuma las responsabilidades donde hará un mejor trabajo" ¡facilito para el flojo, para el vivo, para obediente!

¡He ahí el origen de nuestra debacle revolucionaria! Y podríamos decir que, ¡primera vez que Diosdado Cabello es honesto al reconocer un error incisivo, que no hay un solo militante que se sienta "cómodo" fuera de las ventajas materiales que recibe como burócrata! Pero que no es capaz de asumir verdaderos sacrificios, si la revolución se lo exigiera. Lo que debería significar cabalmente lo contrario a la ventaja, de conducirse como el mercenario de siempre. Que revolución es cambiar, y para cambiar hay que sacrificar lo que somos, lo que arrastramos del pasado, sobre todo donde nos sentimos más gratos, con nuestras especiales retribuciones, vicios, mala conciencia, malos hábitos y pobres ambiciones espirituales.

Esto significa muchas cosas. Primero, que el militante no tiene por qué aprender nada, estudiar, prepararse para hacer bien las tareas desconocidas y necesarias que exige la sociedad; dos, que el "cuadro" no tiene por qué esforzarse, que todo lo que haga le debe quedar a su medida moral, como connatural a sus valores o falta de valores (y lo natural es que no quiera esforzarse, acumular méritos sin sacrificios, esa es su herencia pequeñoburguesa); tres, que "el cuadro", según Diosdado, solo por el hecho de serlo y de aparentar su fidelidad a las ideas (?), viene con una conciencia especial; cuarto, que el militante debe tener como única cualidad revolucionaria la obediencia y dejar la crítica en los círculos de estudios, ¡cero crítica al gobierno! ¡Qué partido de alma tan pobre nos sugiere Diosdado Cabello!

¿Dónde se siente más necesario y útil el militante y el cuadro del PSUV, según Diosdado?: en la pasiva obediencia. Pero, debería ser en la crítica implacable, o quizás, en la escuela, formándose, aprendiendo lo que suele disimular como si lo supiera, algún oficio y trabajando en la calle sobre prácticas políticas revolucionarias, consciente de tener que ser lo más útil posible para la sociedad: se trata de un partido socialista (nacido del esfuerzo de un socialista declarado, de Chávez), no de la fracción parlamentaria de acción democrática.

Diosdado Cabello es el ejemplo más elocuente de la falta de preparación política revolucionaria, lo que lo disculpa del cinismo y la petulancia que practican otros, como Jorge Rodríguez y Maduro, que hacen alarde de su militancia o vida sindical, y de alguna cultura más bien pequeñoburguesa, poco comprometedora, para la política y para el arte (o sea, no son ni artistas ni líderes políticos verdaderos). Diosdado se da cuenta del problema, pero no reconoce el origen del mal, puesto que a él le toca directamente:

"«No puede ser que una persona sea todero para todo, que se necesita un gobernador y el cuadro diga, aquí estoy yo, un alcalde, el mismo dice yo también, Concejal, y por qué no me dicen a mí, novio de la madrina y también salta, sintámonos responsables de las tareas que asumimos», manifestó el líder de la tolda roja. (Diosdado, Caracas, 04 de septiembre. Noticias24)"

Pero ¿acaso hay otro lugar donde este "cuadro político" haga mejor su trabajo?, es una tontería; estos militantes lo mejor que saben hacer es no hacer nada y ganar mucho, aprovecharse de todo,… ¡ah!, también adular y obedecer.

El reto de Diosdado es prepararse políticamente para cambiar esta "peste política", cambiar radicalmente esta situación. Si quieres militantes revolucionarios de verdad, estos deben sacrificarse de verdad, no en la alcaldía o en la gobernación (¡Qué facilito!); ¡en la calle, estudiando, investigando, en el trabajo duro y voluntario!, ¡completamente voluntario!, cada quién debería vivir de forma ejemplar de un modesto sueldo, o de un oficio, de una profesión, no del servicio público y sus ventajas. Nuestros diputados no sirven porque cuentan con unas "dietas exorbitantes" y la oportunidad de ser candidatos a alcaldes, gobernadores, concejales, etc. Nuestros gobernadores no sirven porque salen del mismo sistema clientelar de PSUV, el cual funge de "agencia de empleo", es el reservorio más importante de burócratas, corruptos o no, a los cuales solo se le exige "lealtad" al jefe, así o tengan ni puta idea de qué se trata la revolución socialista; y que ¡jamás critiquen al gobierno!

Para cultivar tales cualidades solo se necesita: alimentar la ambición, la ignorancia y la obediencia, y obtendremos unos bonitos dirigentes, unos bonitos "cuadros políticos" a la altura de Maduro y su gobierno.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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