La paz de Maduro, Lula, Evo y Pinochet

Cuando uno ve lo que se escribe y se opina a raíz de los últimos acontecimientos, pareciera que maduro es el último reducto revolucionario en el continente, y no es así. Maduro es, eso sí, el más favorecido, porque ha podido disimular su "neoliberalismo" (como lo dice él de Ecuador, Brasil, Argentina y Chile), tapar su "capitalismo salvaje" detrás de las recetas del FMI y los estallidos sociales que produjeron su aplicación en Suramérica. Pero el de maduro es, vistas a sus métodos y "recetas" refritas, el mismo "neoliberalismo" aplicado por el FMI, con algunas variantes propias, digamos folclóricas.

Se está privatizando PDVSA ante nuestras narices, con rusos y chinos a la cabeza de los compradores y una cantidad de empresas fantasmas de un oscuro capital "nacional". La CANTV, si ya no es de los chinos, es un nido de ladrones que extorsionan a los usuarios para que les paguen dólares por sus "servicios" (¿acaso esto no es libre mercado, economía liberal?..., socialismo no es). Aceites Diana, una empresa que fue socialista, la cedieron a los privados bajo el mote de "asociación estratégica", trabajadores, Estado y empresa privada, juntos (¡es obvio que la privatizaron!). De la misma forma poco a poco la empresa privada, o sea, el capitalismo, ha ido tomando el control de la poca producción a cargo del Estado, revirtiendo todo lo hecho por Chávez, tierras y confiscaciones. En la calle el país, si no está… se está dolarizando de hecho, y el gobierno dolarizándolo a través de su fórmula preferida que es el "cuento chino" del Petro –1 Petro = 60 dólares ¿pero qué negocio trabaja o trabajará con Petros? Seguirá siendo un "cuento chino" por mucho tiempo –. Sin embargo los sueldos se pagan en bolívares, beneficiando el negocio de los ricos, de los mercachifles ¡Mayor y mejor liberalismo que este no puede haber!: tú les compras en dólares y ellos te pagan en bolívares. Eso sin contar con la libre opción de vender el dólar al precio más alto del mercado, sea oficial o paralelo, no importa, y la libertadde subir los precios, cuando les viene en ganas, así suba y baje el dólar, eso no importa, no hay qué ni quién se los impida, la Constitución es para ellos una verdadera bicha, peor que una ramera. El país no nada más está dolarizado, está anarquizado, ¿qué más "neoliberalismo salvaje" que la anarquía económica?

Se trata de disimular ante el mundo que hay una país llamado Venezuela que fue secuestrado por unos malhechores que se hacen pasar por socialistas, y en nombre del socialismo tienen a la población fragmentada, desesperada, atada de manos, idiotizada, manipulada, pasando trabajo y hambre para que un grupo de arribistas, zamuros oportunistas internacionales y empresarios ladrones "criollitos", se hagan millonarios o más millonarios, vivan bien, sin necesidades y con lujos. Es por eso que hablan de "neoliberalismo" y de imperialismo, para disimular el CAPITALISMO, que es lo que hay de fondo en la ruina de nuestras naciones en conflictos y de nuestras vidas, y el éxito del sistema de opresión burgués.

Venezuela es un país que, luego de la muerte de Chávez y por el impulso y aprobación directa de Nicolás maduro, se convirtió en un paraíso para el capitalismo más lumpen, más delincuencial, más especulativo que se haya conocido (junto a CAP y Caldera II, después de J.V. Gómez), el cual, asociado a la burocracia y a la politiquería barata, lo tienen capturado como en la cueva de Alí Babá, el tesoro capturado para el enriquecimiento de unos cuantos.

Porque es obvio que ya se olvidaron del socialismo hace rato; solo queda el fantasma que aparece en los discursos de maduro en Cuba y en plaza Caracas, del pícaro El Aissami y de Aristóbulo cuando habla con las comunas en público (creo que más nadie habla de socialismo por ahí; a los otros se les tuerce la boca).

Lula y Evo.

La gente que escribe sobre Lula no le presta atención a sus discursos de "hombre libre": va seguir flechando al corazón del imperio, trabajando con los capitalistas, no va hacer una revolución así se llame de izquierda. Ya la izquierda no significa revolución, significa conciliación; eso ya se sabe y lo ha dejado claro en sus discursos.

Evo claudicó, abandonó la lucha en nombre de la paz, ahora le espera la cárcel o la muerte. Traicionó al pueblo que creyó en él, eso se paga ¿Qué dirá la gente de El Alto ahora que renuncia?

¿Pero cuál paz? ¿La paz de Pinochet?

Ahora se va Evo y "salva" a su gobierno pero abandona el compromiso y la única esperanza de liberar al pueblo aimara e indígena y a los trabajadores campesinos y obreros, de la explotación y el racismo. Ese es el discurso de la paz de la conciliación, la paz reformista, la paz boba. Lo mismo pasará con Lula, o ya está pasando con Lula, sale de la cárcel y de lo primero que habla es de paz, no de revolución, no de liberación, sino de paz, paz para los que están acostumbrados a la violencia y la muerte de los pobres.

El mismo discurso de maduro, que en nombre de la paz entregó la revolución (a Chávez, al socialismo), y sin embargo todavía la violencia es la misma, la violencia del hambre, de la pobreza y etc. Maduro, Lula, Evo, Cristina, son destinos compartidos.

El reformismo está ahí para frenar las revoluciones socialistas, Evo renuncia y a la vez ata de manos a los trabajadores e indígenas oprimidos para que no luchen en contra de los que toda la vida han ejercido la violencia contra ellos. Evo ha debido armar a su pueblo para que defendiera, no a él y su gobierno, que le acaba de dar la espalda, a la revolución. Otro Allende, pero más ingenuo. Ahora vienen los legalismos, la restauración del viejo régimen demócrata burgués y el linchamiento del pusilánime Evo.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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