Para quienes vivimos del trabajo estas serán unas navidades austeras, sin negar que cada aumenta el número familias con más carencias, que son más pobres y que entraron en aquella categoría denominada: pobreza extrema.
Lo que trabajamos en lo público recibimos aguinaldos y los que por otra parte laboran al servicio del privado, ya han recibido parte de sus utilidades, indistintamente de la denominación, lo que hemos percibido lo hemos invertido en alimentos para el consumo diario. Después de un tiempo de suspenso, llego el medio petro que prometió el presidente Maduro. Este dinero en su conjunto se convirtió en un alivio para las angustias, provocadas por unas quincenas lejanas del costo de la canasta alimentaria. Esto somos la mayoría.
La minoría, entre los cuales encontraremos a los especuladores; seguro tendrán pernil, pan de jamón y las otras cosas que durante años estuvieron sobre nuestras mesas sin mucho problema. Fue un buen año para ellos, pues con mucho menos trabajo e inversión, las ganancias superaron los grises pronósticos que exhibían a principios de años. En la minoría encontraremos también, a quienes en la esfera de lo político han encontrado la forma de amasar fortunas, del tamaño de su ambición; gracias las coimas y otros modos de corromperse.
Recuerdo ahora mi niñez, en un pueblito en los Andes, donde por estas fechas esperábamos ilusionados que llegara de la bolsa con ropa usada, que nos enviaban nuestras familias de las capitales, de la cual escogeríamos lo que estrenábamos para la noche buena y el año nuevo. Lo recuerdo, porque eran navidades austeras, como las de hoy; en circunstancias diferentes. Hoy somos muchos los que remendaremos trajes y mandaremos a reparar zapatos. También somos muchos los que compartiremos, lo poco que tenemos con nuestros prójimos, próximos y lejanos.
Compartir no es suficiente, también es necesario participar en todos los niveles en la deliberación del país que necesitamos y actuar en consecuencia, de tal manera que una de las cosas que podamos tener en el futuro sea además de patria, prosperidad para todos.
En esta época de celebrar la navidad, más allá de las creencias que cada quien tenga, siempre se encuentra uno en ambientes donde se proponen deseos. Nuevamente propondré salud, pues no hay mejor manera de vivir; energías, para levantarse cada día con ganas independientemente de las circunstancias; y alegrías, a pesar de todas las adversidades. Este año agregare justicia, porque no podemos avanzar en ningún proyecto de país, sin hacernos responsable de lo que hacemos.