Guaidó está bailando en una pata

¿A qué se debe tal celebración? ¿Acaso el diputado en desacato y autoproclama presidente interino de Venezuela se robó el dinero depositado en el Banco Central? ¿O acaso el gobierno de Trump le entrego el certificado que lo acredita como dueño y señor del territorio venezolano y sus riquezas? ¿Por qué el chico malo de la derecha internacional está como niño con juguete nuevo? ¿Por qué de esa euforia repentina? Sencillamente porque el Congreso estadounidense aprobó en el prepuesto del 2020, una pelusa: la bicoca de 400 millones de dólares que serán entregados al dirigente de la derecha radical para que siga echándole vaina al gobierno de Nicolás Maduro, y, por ende, al pueblo venezolano.

Esa "realá", como se dice en el argot popular, le alcanza para comprar conciencias como la de Henry Ramos Allup, quien a la calladita, haciéndose el loco, le está pidiendo a Dios que interceda para que su pupilo siga siendo el presidente de la Asamblea Nacional. Pues, él y su partido han venido chupando de los robos descarados que el diputado en desacato ha venido haciendo en contra del Estado, y con el apoyo del gobierno de Donald Trump, y sus títeres del continente. La dirigencia de la oposición venezolana perdió la poca vergüenza que le quedaba. Aunque pienso que nunca la tuvieron.

El modelito de cuarta categoría dispondrá, según lo aprobado en el Congreso del país que se cree dueño del mundo, de 400 millones de dólares en el 2020. Pero lo que no sabe el títere y lacayo de Guaidó, como el dueño del circo, es que aquí en Venezuela aún hay muchos cojones entre las piernas del chavismo. Tenemos cojones para regalar a montón a quien lo requiera en el contexto internacional. Así que Nicolás Maduro y su pueblo consciente, solidario y cojonudo, seguirá mandando y creciéndose, cada día, como corresponde a un revolucionario como lo es el presidente de todos los venezolanos. Por algo Hugo Chávez lo preparó y lo avaló, días antes de su triste partida, para que fuera presidente de la Venezuela Bolivariana.

El año que se avecina no será fácil para el gobierno de Maduro. Pero será menos duro que el saliente. Él y su equipo de gobierno han soportado de todo en este moribundo 2019. Pero allí ha estado la férrea decisión del chavismo de no patalear, de no rendirse, ante las adversidades creadas por los malos hijos de la patria de Bolívar y Chávez. La decisión sabia de acompañar por siempre a Maduro, quien, dicho sea de paso, ha demostrado tener las que te conté bien puestas. Ni Trump, ni los millones de dólares que destine su país para derrocar al hijo político de Chávez, ni las voces agoreras de los gobiernos lacayos, ni un huracán de tembleques deseos de esta oposición en decadencia, podrán con la fortaleza ética y moral de quien, hoy día, conduce las riendas del gobierno revolucionario… ¡Patria o muerte, venceremos!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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