Como lo dijera hace algún tiempo un reconocido comentarista deportivo: sin que me quede nada por dentro pienso que el cementerio es el lugar propicio y lógico donde han de ir ha parar todos aquellos que, como verdaderos cadáveres, han perdido la existencia o la capacidad de creer y poder construir un presente diferente a lo asqueado que se nos tornó el pasado. Hablo precisa y exclusivamente de todos aquellos que, bajo la rutina diaria de solo cuidar los intereses de sus negociaciones, hoy más que nunca pretenden acercarnos y anclarnos a las prácticas mezquinas y corruptas de la Cuarta República. Aquellos que sólo ven la grandeza y la suma de felicidad posible para el pueblo a partir del fetichismo de sus colores y nomenclaturas políticas.
Con hechos claros y sumamente justificados, hoy evidenciamos una verdadera voluntad por remediar lo que tanto nos sumerge en las contradicciones que han acabado en el pasado con cuanta primavera comienza a germinar en la esperanza de quienes ya comienzan a reconocerse como suficientes para construir un mañana de ciudadanía, de verdaderamente remediar, de una vez por todas, la única razón por no haber obtenido los diez millones en el recién pasado 3D. Hoy pienso que tanto el Pueblo como el Presidente han tomado conciencia que la política es algo demasiado serio e importante para dejarla en manos de los que la han aprehendido en el pasado.
Con las recientes y decididas palabras del Presidente a más de uno lo veo pretender remojar sus barbas en la revolución. Todos hablan de la necesidad por abordar de manera seria la corrupción pero a ninguno le he visto poner a disposición sus cuentas bancarias para constatar la forma de vida que llevan. Otros, desvergonzados y más rebuznantes que los primates, desde sus tartamudillos programas televisivos (en el Zulia) y utilizando el haber estado al frente del Padrón Electoral (en el Comando Miranda), ya comienzan a engatusar a todo crédulo de los cambios en la necesidad de conformar el censo para la venidera conformación del Partido Socialista Unido de Venezuela, OJO, en esto no está la trampa, sólo que, según, la posibilidad de convocatoria y la masificación de las firmas les garantizará el reconocimiento de su capacidad y liderazgo.
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