A la muerte del Comandante Chávez; el imperialismo, que maneja información de la realidad que le transmiten sus agentes políticos en Venezuela, creyó que era la hora de poner fin a la Revolución Bolivariana y desató toda su furia contra la dirigencia revolucionaria. Recuerden, aquellas campañas que colocaban a un Nicolás enfrentado con un Diosdado, uno dueño de toda Venezuela, no dejaron un solo espacio económico cuya propiedad adjudicaran a Diosdado, mientras arremetían contra el Gobierno Constitucional de Nicolás Maduro. La guerra contra la Revolución Bolivariana, adquirió connotaciones nunca antes vista. Guerra mediática, psicológica, económica, social, cultural, política, contra la mujer venezolana, contra el negro, el niño, no hubo habitante de nuestra Nación sobre el cual no arremetiera con toda su furia el imperialismo, tanto el de EEUU como el europeo, ambos por igual. Tal capacidad de odio, sin dudas, no tiene antecedentes en la historia de la humanidad. Con ello, pretendía el imperialismo y sus agentes en territorio nacional, el oposicionismo, castigar a un pueblo que decidió cambiar su destino y optó por construir un nuevo mundo.
El pueblo chavista, consustanciado en el liderazgo de Hugo Chávez, confío en su palabra al pedirles que apoyaran al liderazgo del Hno. Nicolás Maduro, el cual iba acompañado del Hno. Diosdado Cabello, quienes el día de su despedida pública acompañaban, uno a su derecha y otro a su izquierda, al Comandante Chávez. El pueblo, desde entonces, reconoció en uno u otro, a los herederos natos del liderazgo chavista. No faltaron los traidores, quienes, como marionetas movía el imperialismo para desvirtuar el legado del Comandante Chávez, y fue creando que si el "chavismo original", el "chavismo crítico", toda una pléyade de epígonos que, en los hechos, constituían el antichavismo. Detrás de ellos y ellas, se encontraba el imperialismo moviendo esos hilos macabros. Es decir, no la han tenido fácil en su tarea de despliegue, el nuevo liderazgo del pueblo chavista. No obstante, los hechos confirman, que ese nuevo liderazgo se ha impuesto sobre la base de la derrota del imperialismo en sucesivas batallas a partir de 2013. ¿Qué ha sido fácil? Evidentemente no. Pero, lo que si debemos tener claro es que, en esas victorias contra el imperialismo, el pueblo venezolano se ha consustanciado con el liderazgo que encabezan los hermanos Nicolás y Diosdado. Ya es un liderazgo consolidado, en la confianza que se han ganado de este gran pueblo.
Así, mientras Nicolás, orienta su labor a consolidar la gestión de Gobierno y enfrentar al imperialismo; Diosdado, por su parte, acompaña la gestión de Gobierno y agrega un ingrediente más humano, que es el apoyo al pueblo más necesitado, urgido de atención. Esa parte del pueblo, que debido a las innumerables tareas que encierran la función de Gobierno, a Nicolás se le escapan de su atención y entonces, Diosdado, las atrapa y acude en su atención. Es parte de otra acción de Gobierno, lo Social, con mayúsculas. No son pocos, los miles de casos que, seguramente, atenderá Diosdado a lo largo de un año. Pero, su acción social, tiene repercusiones humanitarias invalorables, tantas, que superan con creces a quienes desde 2014, han impuesto a nivel internacional, la matriz mediática de que Venezuela está urgida de ayuda humanitaria. Supuesta "ayuda internacional", que en todo caso, culminó en los bolsillos de unas bandas delictivas denominadas: Voluntad Popular, Primero Justicia, AD, y un par de prostitutas colombianas. Esa es la verdad, duélale a quien le duela.
Decía el Che: "El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor" (Fragmentos de la carta «El Socialismo y el hombre en Cuba», enviada a Carlos Quijano, editor del semanario uruguayo Marcha, y publicada el 12 de marzo de 1965). Y, palabras más adelante recalcaba el Che: "Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización…" En esa labor humanitaria, por la vida de nuestro pueblo es que encontramos a Diosdado en su batalla diaria revolucionaria. La cual, no solo tiene una vertiente en las redes sociales que se inunda de solicitudes de ayudas de casos de salud, sino que ha saltado al ámbito de la comunicación mediante el programa: "Nos vemos en la radio", por RNV los días lunes; en que Diosdado, en amena conversación con los radioescuchas intercambia experiencias de la vida, mientras atiende los casos que les son presentados. Se trata, a fin de cuentas, de la imagen de un revolucionario que ha impactado a la comunicación, convirtiéndose en un fenómeno comunicacional. No por casualidad, "Con el Mazo dando", es el programa con mayor rating nacional e internacional. Diosdado, es la mejor expresión de que Hugo Chávez no aró en el mar. Es un factor de unidad de las fuerzas chavistas, además de haberse convertido en un gran movilizador del pueblo chavista, que acude –masivamente- para escucharlo y sentir su energía patriótica. Su verbo simple e irreverentemente chavista, lo acerca al pueblo y lo convierte en parte integral de ese pueblo movilizado. Sin egoísmos, ni protagonismo alguno, ambos líderes chavistas, Nicolás y Diosdado, se han constituido en siameses de la unidad del pueblo chavista. En fuerza invencible antiimperialista, tal cual era y sigue siendo Hugo Chávez Frías…