Vicepresidente Ejecutivo, José Vicente Rangel
Ø La representación gubernamental en la mesa de diálogo es auténtica y no hace concesiones al inmediatismo.
Ø En tiempos de negociación hay que excluir la presión y el emplazamiento compulsivo y acogerse a la práctica democrática.
Ø El referéndum revocatorio es para nosotros mandato constitucional.
Martes 22 abril 2003. Del apuro no queda sino el cansancio ó el fracaso. Es lo que le ocurrió a la oposición en el mes de Diciembre con la convocatoria irresponsable del paro cívico y luego del sabotaje petrolero. La representación del Gobierno Nacional y de los factores políticos y sociales que lo apoyan, en la Mesa de Diálogo, planteó desde el primer momento que la salida electoral estaba prevista en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela a través del referéndum revocatorio para todos los funcionarios electos. La representación de la oposición rechazó la alternativa constitucional y pretendió meter de contrabando el referéndum consultivo, fijando un plazo, a manera de ultimátum el 02 de diciembre de 2002.
La oposición actúo en esta oportunidad desesperadamente, tratando de forzar las circunstancias y apelando al chantaje, entre otros motivos porque al igual que en los hechos de abril tenia guardada en la manga la carta golpista.
No queremos que ésta situación se repita y hacemos un llamado a la oposición al comedimiento y a la sindéresis. En tiempos de negociación hay que excluir la presión y el emplazamiento compulsivo y acogerse a la práctica democrática.
Parece que la oposición funciona con un tiempo que no guarda relación con el ordenamiento jurídico del país y, además, la Coordinadora Democrática ejerce una representación cada día más cuestionada. Porque mientras factores de la oposición no se sienten representados en la Coordinadora Democrática, ésta asume una actitud que no se compadece con el rol protagónico que se atribuye.
En representación de la delegación del Gobierno Nacional y de los sectores políticos y sociales que lo apoyan, debo señalar con toda claridad que nosotros marchamos al ritmo de los tiempo fijados por el ordenamiento constitucional y legal de la República, que no hacemos concesiones al inmediatismo y que además ejercemos una representación auténtica, lo cual nos obliga a una consulta democrática con todos los factores que representamos. No sacrificamos ésta actitud ante el desespero de aquellos que no proceden con igual talante democrático.
El referéndum revocatorio es para nosotros mandato constitucional, y somos los más celosos defensores del respeto a la Constitución. Por consiguiente, no debe existir duda alguna acerca de la voluntad del Gobierno Nacional y de los factores políticos y sociales que lo apoyan, de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 72 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, una vez cumplidos los requisitos establecidos y designado el Consejo Nacional Electoral de acuerdo a las previsiones legales.
Respetamos la impaciencia de la oposición, pero obviamente que no la compartimos.