La manipulación política de la vida social. El caso Petare

Los sucesos de Petare se divulgaron a través de las redes con videos y audios. Los videos muestran un gran show. La información, previa a este tiroteo "entre bandas", nos dice que se trata de dos grupos enfrentados, desde antes, por el control de territorios, y detrás – dicen – hay razones políticas: uno apoyando al gobierno y otro apoyando a la oposición, el "gusano" y Wilexis; todos allí lo saben. Dicen que cada lado cuenta con un arsenal de armas. Según esto que dicen, es fácil concluir que tanto un lado político como el otro lado político mantienen a la población en un estado de terror. Si a esto le sumamos la cuarentena social, la cual es apoyada por los dos bandos, la población, la masa, está siendo aterrorizada por la teatralidad de esta caimanera política y entre pranes.

Salí a la calle buscando algo en la mañana y encontré muchas personas haciendo lo mejor que saben hacer: vivir sus vidas. Vi gente caminando, vendiendo dólares, tiendas abiertas, buhoneros, en los cajeros, en los abastos, hasta un pescadero, como siempre – en menos cantidad pero igual que siempre – enfrentando la realidad del país real, roto por la inflación, el hambre y las necesidades.

Creo que es difícil contener por tanto tempo la vida social, la costumbre de la gente de vivir en sociedad. Quizás el hombre solitario sea capaz de adaptase a cualquier cosa, un individuo, un indigente, un ermitaño, pero no toda una sociedad. La sociedad tiene sus prácticas, su día a día que impone sobre las personas, y estas prácticas son difíciles de reprimir por mucho tiempo.

Pero los políticos, estos políticos, que se baten a tiros en Petare a través de bandas y pranes, solo quieren que la sociedad quede sometida y al margen de sus engaños, mientras ellos pelean por bagatelas, por servir al capitalismo; por eso manipulan.

La gente puede que actúe ahora de forma casi automática, pero llegará un momento que se enfrente a esa sujeción psicológica y manipuladora, a la cuarentena social, a los tiroteos descontrolados, a las invasiones, a la policía en la calle, llegará el momento en que pierda el miedo y estalle, se rebele, diga basta, diga "no me puedo adaptar a vivir aislado y pasivo", permitiendo que dos grupos de arribistas y oportunistas jueguen con su futuro.

Quizá exageramos y la masa no está del todo consciente de que es manipulada por codiciosos y oportunistas, pero sí se va a rebelar. No hoy o mañana, pero muy pronto lo hará. Y para que este estallido no se convierta en una matazón, en un levantamiento sin control y sin sentido, anárquico, se necesitan líderes que estén conscientes por ellos, con objetivos claros, verdaderamente patrióticos, socialistas, para estabilizar el país y reparar lo dañado; salvar a pdvsa, tomar el control de nuestra economía, restituir instituciones y gobernar este despelote.

No necesitamos un parche capitalista para que volvamos a ser esclavos domeñados y dóciles, o victimas de una cruenta tiranía fascista. La cuarentena social es un consenso entre caimanes para mantenernos lo más aletargados de miedo que sea posible, pero también el tiroteo de Petare, la invasión de Macuto, las alcabalas policiales, los perifoneos, y la saturación de información contradictoria sobre la pandemia y sobre lo que vendrá después de ella, a través de las redes sociales y los medios de desinformación. Esto que pasa se parece mucho al 11 de septiembre de la torres gemelas, a la famosa doctrina de Shock.

Es el momento de adelantarnos a la nefasta derecha que nos gobierna y a la que se le opone, y dirigir desde ahora el destino político de nuestro país hacia un camino seguro y distinto al de las agallas de los capitalismos, propios y foráneos. Los socialistas tenemos la obligación de conducir a las masas cuando estalle lo inevitable. No se puede contener por largo tiempo a todo un pueblo en un inmenso campo de concentración del tamaño de Venezuela, vigilado por EEUU desde afuera y por el madurismo y la derecha lacaya desde adentro.

¡Que no nos sorprenda otro 27 de febrero desarmados política e ideológicamente, sin líderes en las calles, sin una vanguardia verdadera que tome el control pero a favor de las mayorías, de los más necesitados! ¡Viva Chávez y viva el Plan de la Patria original!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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