El PSUV, de una mala experiencia al rescate del parlamento nacional

UNA MALA EXPERIENCIA

El 07 de diciembre de 2015 el mundo se enteró que el chavismo había sufrido una derrota en las elecciones parlamentarias en Venezuela. En el primer discurso de reacción de nuestro presidente, Nicolás Maduro insistió: "A prepararnos, a trabajar duro", "Repliegue, reorganización, reflexión y ofensiva".

Luego de esa derrota el sistema político nacional entró en una crisis continuada. La derecha opositora, dominando La Asamblea Nacional, se encargó de jugar a la oposición intolerante e intransigente: le hizo la vida imposible al gobierno revolucionario y la sociedad venezolana no salió de una crisis que se hizo sistémica: en lo económico, lo social e internacional. La presidencia del parlamento nacional en manos de Henry Ramos Allup, Julio Borges, Omar Barboza y Juan Guaidó como se ha dicho arriba, ha sido intransigente y ha jugado a la conspiración, al sabotaje y al derrocamiento (golpe de Estado) del presidente Maduro.

A los revolucionarios nos dejó un trago amargo esa derrota de hace cinco años: lidiar con una derecha envalentonada, apoyada por el imperio estadounidense y sus aliados internacionales. Eso conllevó al PSUV y a sus movimientos políticos y sociales aliados a trabajar duro para recuperar los espacios perdidos y reorganizar las fuerzas políticas y gubernamentales a fin de prepararse para la nueva batalla parlamentaria.

Recuerdo una vez que Hugo Chávez Frías en una época preelectoral decía: "Cambio gobernadores por diputados", haciendo alusión a la importancia que él siempre le daba al Poder Legislativo en Venezuela.

¿QUÉ RECLAMABA EL PAÍS, EXACTAMENTE, HACE CINCO AÑOS ATRÁS?

Luego de la derrota revolucionaria en las parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, la economía venezolana estaba devastada, debido a una profunda crisis de producción (caída del 7% del PIB en el año 2015); una especulación desatada que se reflejaba en una inflación que por primera vez superaba el 150%; y cada vez con menos ingresos petroleros (barril por debajo de los 25 US$).

Las masas revolucionarias desmovilizadas electoralmente y algunas descontentas, dejaron que la ultraderecha conformada por 24 partidos y agrupadas en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se apoderaran de 112 diputados contra 55 del Gran Polo Patriótico (conformado por 18 partidos).

Como lo escribí en esa oportunidad: "los resultados electorales eran el reflejo fiel de lo que el pueblo estaba reclamando: más asistencia social, incremento de la producción nacional para disminuir los niveles de escasez, un sistema cambiario más estable, el reencuentro entre los actores políticos (oposición, gobierno y empresarios), mayor seguridad y lucha contra la inflación, entre otros. Dar respuesta a estas demandas sociales es parte de las reivindicaciones que el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro debe asumir con mucha firmeza y prudencia (Giussepe: 19/01/20).(1)"

¿EN ESTE MOMENTO, CÓMO ESTAMOS EN LO POLÍTICO?

En estos últimos cincos años, el PSUV se ha fortalecido y ha venido madurando como partido. Ha reagrupado sus fuerzas, las ha organizado y expandido en el territorio, valga decir, en las comunidades. Los ataques imperiales a nuestra economía, las medidas coercitivas y el bloqueo financiero estadounidense contra nuestra patria más bien han forzado la unidad nacional revolucionaria.

Hoy se goza de una súper estructura político-social que en tiempos electorales de seguro se convertirá en una maquinaria demoledora, en un contexto donde la oposición está fraccionada y golpeada moralmente. El Psuv y el Congreso de los Pueblos (que agrupa a los partidos del Polo Patriótico y más de 60 organizaciones y movimientos sociales a nivel nacional) están más unidos que nunca. El Psuv hoy cuenta con una RASS depurada y con líderes de UBCH, comunitarios, de calles y de Consejos Comunales que no son de papel: es gente real, son líderes reales.

En fin, la base revolucionaria está más fortalecida que nunca. Podemos decir, que cinco años después, el presidente Nicolás Maduro y líder de la revolución bolivariana cumplió su cometido: 1) reorganizó las fuerzas, 2) recuperó espacios perdidos (constituyentes, gobernaciones, alcaldías, concejales y diputados regionales) y 3) nos preparó para la batalla electoral del desquite: las parlamentarias.

En esa dinámica, el gobierno revolucionario alcanzó algo impensable hace dos años atrás: que el sistema político venezolano gozara de una estabilidad envidiable por diversos países de la región, incluso, por el gobierno de los Estados Unidos, también en época prelectoral, pero en ese caso, presidencial. ¡Nadie puede negar esto!

En Venezuela se cuenta con un nuevo Poder Electoral. Recientemente fueron designados los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral. En importantes partidos de derecha como AD y Primero Justicia está ocurriendo grandes revoluciones: fueron reactivados legalmente y en su interior se debaten nuevas autoridades, donde sus propias bases están sustituyendo y dejando por fuera del sistema político a sus cúpulas tradicionales entre ellos los dirigentes apátridas (cuadrados con el imperio para intervenirnos) como Henry Ramos Allup y Julio Borges. Incluso, ya están escogiendo sus propios candidatos para las parlamentarias y están realizando reuniones ocultas para ir en un bloque unitario.

Citas:

(1). Giussepe, Andrés (2016). El criticón 4: de cómo Dólar Today derrotó a la revolución durante la guerra económica. Disponible en línea por https://www.aporrea.org/autores/andres.giussepe


 



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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