Represalia en el Colegio

Un joven médico, 25 años, recientemente egresado de la Universidad de Carabobo, 2.003, después de haberse inscrito en su gremio, es obligatorio, ejerció su profesión con esmero en un ambulatorio del Distrito Sur-Este, Parroquia Santa Rosa, Municipio Valencia, allí durante un año atendió a unos 7.200 pacientes y por su dedicación gana un concurso para realizar el postgrado en Ginecología y Obstetricia en el Hospital Central de Valencia y la Maestría de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad de Carabobo, cursos que en los actuales momentos los desarrolla con plena satisfacción.

El progreso en sus actividades profesionales iba muy bien hasta que en el tercer trimestre de 2.004 la gobernación del estado Carabobo decide hacer una jornada médica en uno de los barrios de la ciudad, y se les pide a los médicos vestirse con una franela con la cual se promocionaba a la tolda política de Proyecto Venezuela, (PROVE) el médico que tiene sus simpatías por el gobierno de Hugo Chávez se niega a vestir esta franela y argumenta que lo que se va a realizar es una jornada médica y no un acto político; total que el Dr. es excluido del grupo de médicos que van a prestar sus servicios en la jornada prevista. Poco tiempo después es informado verbalmente, por la jefa del ambulatorio, que tiene una denuncia por haber prescrito a una paciente un medicamento que le causó una severa intoxicación; ese mismo día el Dr. recibe de la Directiva del Colegio Médico del Estado Carabobo una citación.

Cuando el Dr. acude a la cita con la Directiva del Colegio se le lee la carta de la denuncia, el Dr. la califica como difamatoria e infundada, pide le entreguen copia de ella y pregunta el porqué no corroboraron la denuncia antes de citarlo; la respuesta a esta pregunta no es convincente y le niegan la copia de la denuncia. Algunos días después el Dr. recibe una citación para comparecer ante el Tribunal Disciplinario del Colegio de Médicos del Estado Carabobo el día siguiente, a la cita el Dr. acude con su abogado y la presencia de éste en la reunión no es aceptada por el presidente del Tribunal Disciplinario, en esa reunión, después de algunas intervenciones de parte y parte, el Dr. es amenazado de que lo van a suspender por dos años. ¿No es acaso este un modelo inquisitorial?

Más adelante el Dr. pide al Tribunal Disciplinario le dejen leer el expediente y no le es permitido, entonces solicita una inspección judicial. El juez deja constancia que el expediente esta conformado por 40 folios útiles y que no se evidencia auto de apertura del procedimiento disciplinario administrativo, se solicita copia del expediente; la consultoría jurídica del Tribunal Disciplinario se opone hacerlo de inmediato y pide un lapso de 5 días para consignarla en el Juzgado.

El T.D. del C.M.C. incumple lo prometido, y cuando la Directiva del Colegio y el T. D. son presionados legalmente se ven obligados a entregar un expediente con 41 folios, allí se encuentra intercalada una página de más de cuando el juez hizo la inspección; observándose algunas irregularidades de procedimiento. Pasado algún tiempo y en vista que el Dr. no consigue información sobre su caso y oir que ya hay una sentencia contra él, solicita nuevamente una inspección por intermedio de otro Juzgado, éste deja constancia que: según información de los notificados ya fue dictada la sentencia definitiva contra el Dr. (segundo trimestre de 2.005) y que el expediente físico fue remitido al Tribunal Disciplinario de la Federación Médica Venezolana con sede en Caracas.

En definitiva, este es uno de varios testimonios llegados a mí conocimiento, con pelos y señales, después de publicar algunos escritos sobre las arbitrariedades que se presentan en los Colegios Profesionales. Sin duda que este gobierno revolucionario tendrá que revisar el porqué de la inscripción forzosa de los profesionales universitarios en sus respectivos Colegios Profesionales, ya que eso a simple vista es un mero acto monopólico; además de que estas agrupaciones infringen otros preceptos contenidos en la actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

joseameliach@hotmail.com


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José Manuel Ameliach Núñez


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