Obligada como está la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU a buscar soluciones, acuerdos, bienestar de los pueblos, estados naciones, extrañamente luce y vive silente, en el espacio sideral, ¡lejos de la Tierra Americana, latinoamericana!, a menos, claro está, cuando se trata de Venezuela, contra el estado y el gobierno bolivariano. ¡Allí si la vemos diligente, en todos lados, hacia todas direcciones! Ni a los pueblos de Chile, Colombia o México, sometidos a diarias y sistemáticas violaciones de sus derechos humanos, les presta atención. ¡Argentina, oh, sí!, Argentina donde indudablemente se viene gestando pasito a pasito –ya van tres– un golpe de estado, ¡no quiero pensar que con el aval de la señora Bachelet y me detengo aquí; en digresión de esta idea final para otro momento.
Hablando de la señora Bachelet: Brasil, Dilma y Lula perseguidos judicialmente, Bolivia, fraude electoral de la OEA para consumar golpe de estado, muerte, un año hace, Evo también perseguido judicialmente, Correa en Ecuador, Cristina en Argentina, antes en el gobierno de Macri, y ahora en salsa como vicepresidenta, para otro golpe de estado en gestación. Todos del llamado progresismo latinoamericano y protagonistas de la Década Ganada. Siendo amigos, copartícipes de una misma etapa de gobierno y alguna afinidad ideológica; ¿no parece extraño que a Bachelet no se le enjuicie, se persiga, señale como figura progresista de izquierda, de esa década ganada? ¡Bastante interesante que sea la única de ese grupo que no ha sido señalada o inhabilitada para ejercer gobierno, conociendo las raíces dictatoriales en las que se gobierna Chile y que, a todas luces, no quieren por nada del mundo perder los privilegios adquiridos durante la dictadura pinochetista, no sorprendería que le tengan su regalito como espada de Damocles! Más sorprendente aun, es la falta de llamado a la reflexión, a la concordia, al entendimiento…, la mano amiga y solidaria de la señora Michelle Bachelet para con Dilma, Lula, ¡oh, sí, con Lula!, con Correa, hacia Cristina, por ser mujeres latinoamericanas protagonistas de esa década ganada y ya sepultada por el capitalismo y su imposición hegemónica en toda América Latina. ¡Raro verdad! ¡Será parte de esos sumisos y ‘felices perritos alfombreros’ ante la mirada impositiva del amo! ¡Es cuestión de perspectiva y sistema referencial, no de risa!
No menos risible son algunas de las múltiples iniciativas que desde el mundo científico académico buscan modelos y explicaciones predictibles para el comportamiento del COVID-19, o para la descalificación de un medicamento por otro según precio valor de mercado, origen de producción, y sobre todo, su disponibilidad y asequibilidad por el común de la gente, de la humanidad toda, en un claro enfrentamiento por reedificar y consolidar un estado dominante pospandémico, en aras de la influencia hegemónica perdida, que indudablemente al fenecer la humanidad ante tan mortal enemigo –el virus, claro está– nos conduce a un inefable fracaso académico, científico y tecnológico. ¿Cómo es que los científicos y académicos de alta investidura no ven venir tan tenebroso estado de calamidad? ¡O es que, como la señora Bachelet, también tienen un interés personal de no ser señalados por una mano acusadora e inhabilitadora de por vida! ¡Caramba!