No puede pasar por debajo de la mesa, el pronunciamiento de la Unión Europea, donde solicita al ente comicial que se posponga las elecciones seis meses, para según su opinión contar con las garantías necesarias para algunos de los opositores a la revolución bolivariana, con brújulas prestadas. Esta declaración se realiza luego de una visita en principio discreta, de una misión especial de este ente europeo, que se reunió con distintos actores políticos venezolanos y promovieron el diálogo entre ellos, sin que hubiese resultados ajustados a la expectativa de los opositores al chavismo. El impacto en el proceso electoral ha sido mínimo, pues solo Henrique Capriles, que en un primer momento se había animado a participar, se ha retirado de la contienda, en concordancia con la declaración de la UE.
La política de la UE sigue teniendo el mismo tufo injerencista, al pretender erigirse como árbitro supranacional de las democracias, pero difiere de la actuación estadounidense, en cuanto reconoce el dialogo o la negociación entre las partes para la resolución de conflicto político, pero con una clara intención de favorecer las apetencias de sus protegidos. La política estadounidense es frontal y exige la salida del chavismo del poder sin condiciones, y en esta se encuentra alienado Guaido. De tal manera que este proceder, genera tensiones entre el bloque comunitario y sus aliados gringos, pero la orientación sigue siendo común.
Hace caso omiso el bloque comunitario europeo a la invitación que le hace el Estado venezolano, para que sean acompañantes del proceso electoral, como lo son otros organismos, organizaciones políticas y personalidades. El proceso de acompañamiento electoral en nuestro país, significa presenciar el proceso, para emitir la opinión que consideren, sin esta tenga carácter vinculante. Un enfoque que nos aleja de cualquier pretensión de democracias tuteladas o condicionadas.
La ruta electoral seguirá su curso y en ella las venezolanas y los venezolanos que han asumido la vía constitucional, pero hoy queda clara la trama del guión que escucharemos a continuación por parte del bloque europeo, es decir: el desconocer del proceso y los resultados electorales, aunque Venezuela mantenga la invitación a la observación vigente.
