Con la definitiva aprobación y promulgación de la Ley Antibloqueo, se consolidará la voluntad política del gobierno legítimo de la República Bolivariana de Venezuela para estabilizar la economía y tomar medidas contundentes, mediante el uso de una unidad de cuenta estable que elimine el perverso anclaje con el dólar criminal y la hiperinflación artificial provocada por la especulación de los precios de Bienes y Servicios, así como el rescate del poder adquisitivo de la población y en particular de asalariados, jubilados y pensionados.
Para ello, resulta indispensable generar confianza tanto en la sociedad como en los inversionistas nacionales y extranjeros, proveniente de un aumento sostenido de la productividad y acompañada de procesos de modernización del aparato productivo del país.
La modernización de la economía es vital para lograr una óptima productividad. Es un paso gigantesco entre una economía feudal como la que todavía prevalece en el País y la Economía Moderna en donde la Ciencia y la Tecnología resulta ser un factor indispensable y fundamental.
La Ley Antibloqueo se hace entonces necesaria para poder negociar alianzas económico financieras, transacciones de bienes y servicios y transferencia tecnológica, respaldadas con recursos renovables o no renovables, como la producción agropecuaria excedentaria y la explotación de las reservas certificadas de Hidrocarburos, Oro, Diamante y Coltan, etc. con inversionistas de China, Rusia, Irán, Turquía, La India entre otros, dispuestos a sortear y evadir posibles sanciones estadounidenses, respaldados por el ordenamiento jurídico vigente en Venezuela.