¿Qué hay detrás de la abstención del 6D-2020?: 16 interpretaciones

¡Yo escribo lo que veo!

INTRODUCCIÓN

Los resultados de las parlamentarias del 6D-2020 develan muchas cosas a la vez. Si bien es cierto estamos en tiempos de pandemia global, que pudieran explicar la alta abstención del 69,5% según el Consejo Nacional Electoral, no obstante sería iluso creer que ese resultado es sólo producto de circunstancias sanitarias.

Algunos expertos en ciencias políticas sugieren que nadie debe empoderarse de la abstención del pasado 6D. Pero, ese fenómeno político electoral obliga a los investigadores sociales a tener que profundizar el por qué se ha dado un alto desinterés de la población en participar en asunto político de alta relevancia para el país en tiempos de dificultades, de bloqueo imperial, de pandemia, a pesar de las convulsiones vividas dentro el Poder Legislativo en los últimos cinco años, entre otros.

¿Qué oculta la realidad del 6D-2020? A continuación nos atrevemos a presentar un análisis desde una perspectiva sistémica-compleja de algunos de los elementos que esconden esos resultados y que llaman a la alerta a los principales actores de la sociedad política democrática venezolana. Sobre todo, en función de la reconstrucción, de la rectificación, el verdadero "cambio" tan anhelado, y de la planificación política para el próximo periodo legislativo.

Para tal fin, se consultaron a varios líderes que apoyan al gobierno y a la oposición, entre ellos directivos de organismos públicos, algunos diputados electos del Gran Polo Patriótico, a varios candidatos opositores no electos, a varios profesores universitarios, comerciantes, adultos mayores, analistas políticos, integrantes de la estructura político partidista dónde milito que es el Psuv, entre ellos, jefes de comunidades y de UBCH, entre otros.

Conocer la percepción de la realidad oculta en la abstención del 6D-2020 es objeto de estudio. Según el segundo boletín del CNE emitido el 08/12/20, participaron un poco más de 6,25 millones de electores (30,5%) de los 20,7 millones del Registro Electoral Permanente (REP), y la abstención fue relativamente alta al ubicarse en 69,5%.

El Gran Polo Patriótico obtuvo 253 curules con 4,2 millones de los votos escrutados (69,43%). La llamada Alianza Democrática, conformada por AD, Copei, Cambiemos, El Cambio y Avanzada Progresista, obtuvo 1,17 millones de votos (18,76%), con 18 electos. La otra alianza opositora de Venezuela Unida, Primero Venezuela y Voluntad Popular Activistas sumaron 260,6 mil votos (4,19%) equivalente a 2 representantes; la Alternativa Popular Revolucionaria que lidera el PCV se alzó con 170,2 mil sufragios (2,7%) alcanzado solo 1 diputado electo y el resto cuenta con 405,17 mil votos.

SOBRE LA LEGITIMIDAD DEL PROCESO ELECTORAL

En primer lugar, hay que felicitar a todos los que participaron en esa fiesta electoral del 6D, porque era un mandato constitucional. Lloviera, tronara o relampagueara, esas elecciones debían realizarse ese día.

Con unas condiciones preestablecidas por los principales actores políticos participantes y bajo un cronograma electoral ejecutado fielmente por el CNE, contando además con el acompañamiento de eminentes observadores internacionales, varios líderes de tendencia antiimperialistas y de la izquierda mundial, con abierta cooperación de los medios de comunicación públicos y privados al dar amplia cobertura a todos los candidatos de oposición y de gobierno, el proceso electoral se desarrolló en un ambiente de paz, tranquilidad, sin mayores sorpresas de conspiraciones ni sabotajes a los servicios públicos, entre otras acciones que atentaran contra su desarrollo.

Quedó derrotada la conspiración y el boicot por la oposición de ultraderecha que hacen llamarse "los políticos más importantes de oposición", conformados por 37 agrupaciones políticas aupadas desde Washington, la Unión Europea, la OEA y el Grupo de Lima, y lideradas por Juan Guaidó y Julio Borges. En su división, este grupo de intereses desconocen al resto de los opositores que escogieron la vía democrática para dirimir los asuntos internos de la Nación, acusándolos de prestarse para "una trampa electoral".

Al mismo tiempo, la oposición participante rechaza al grupo de aliados de Guaidó porque consideran "que se fueron por el camino incorrecto" al cuadrarse con intereses extranjeros y afectar a la Nación.

Realmente, lo único que estaba en juego era la legitimidad del proceso electoral, o el "plebiscito" como lo planteó el Presidente Nicolás Maduro días previo al 6D. Porque él estaba consciente que lo que ocurriría era un plebiscito, en el buen sentido de la palabra: es un pronunciamiento del pueblo, en este caso convocado por el Presidente de la República, para medir el apoyo o rechazo de su gestión.

Incluso, se atrevió a decir públicamente, en varias oportunidades, que si la oposición participante ganaba esas elecciones, el renunciaría al otro día a la presidencia. Textualmente dijo el 01/12: "Al pueblo se lo digo, dejo mi destino en sus manos. Si vuelve a ganar la oposición, yo me voy de la Presidencia. Si la oposición gana las elecciones, yo no me quedo más aquí. Dejo mi destino en manos de Venezuela. Me perdonan lo crudo que soy, pero la oposición cinco años más en la Asamblea, así no. Asumo el reto"; y eso todo el mundo lo escuchó.

En esa elección estuvieron los que tenían que participar: los 107 partidos políticos habilitados por el Consejo Nacional Electoral, sus estructuras y militancia, de los cuales 30 son organizaciones nacionales, 53 de carácter regional, 6 organizaciones indígenas nacionales y 18 organizaciones indígenas regionales. Fueron postulados más de 14.000 candidatos por las organizaciones con fines políticos.

A su vez, participó el Ejecutivo Nacional y su gestión, el padrón electoral de 20,7 millones de electores, los medios de comunicación social, los observadores internacionales, entre otros que reconocían la importancia del 6D para superar las dificultades políticas, económicas y sociales que vive Venezuela a finales del 2020.

Pero, también estuvieron incidiendo la Casa Blanca, la Unión Europea, Luis Almagro desde la OEA, los opositores en el exilio, los que auparon la abstención e insisten en el bloqueo y las sanciones unilaterales de Estados Unidos, los electores "chavistas" y opositores molestos con la situación real que vive nuestro país, los conspiradores cambiarios que administran el dólar paralelo desde Cúcuta y Florida, y los manipuladores de precios desde los gremios empresariales opositores que entablaron una economía dolarizada en los últimos años. Estos últimos actores, llamaron a la abstención de manera abierta.

Todos estos actores políticos y económicos del ámbito nacional e internacional son determinantes del clima y la emocionalidad electoral, que consideramos tuvo un grado de influencia en los resultados electorales del 6D.

Al final, los resultados parciales fueron cantados por la presidenta del CNE el mismo 6D a las 12 de la madrugada. Con el 85% de los votos escrutados y con una participación del 30% de los electores, se anunció que la Asamblea Nacional para el periodo 2021-2026 estaba en manos de la revolución. Días después, se conoció finalmente la confirmación definitiva donde el Gran Polo Patriótico obtuvo 253 curules y la oposición 21. Queda pendiente la elección de los 3 representantes indígenas.

La revolución ganó hasta en la parroquia más opositora de Venezuela: El Paraíso, quedando como la número 11 de las 22 parroquias de Caracas que incentivó, proporcionalmente, más chavistas a votar el 6D.

Como vemos, los que votaron por los candidatos de la patria fueron los leales, los integrantes de las estructuras del PSUV y del Gran Polo Patriótico, los miembros de la Red de Articulación de Acción Sociopolítica (RASS-PSUV), así como los agradecidos por la gestión gubernamental, los chavistas de corazón y los que se siguen beneficiando de algo más.

No obstante, la abstención tuvo un lugar determinante, aunque los abstencionistas no reciben curules, solo desmovilizan, confunden y le quitan la oportunidad al elector de decidir democráticamente la resolución de sus problemas.

Lo cierto es que, el resultado del 6D-20202, no quedará registrado como la abstención más alta de la historia política de Venezuela, porque la participación más baja seguirá siendo la del 2015 (25,56%), cuando la oposición se retiró totalmente de las parlamentarias obligados por el gobierno de los Estados Unidos de ese entonces (CUADRO N° 1). El gobierno de Hugo Chávez quedaría con el apoyo del 100% de la Asamblea Nacional por cinco años en un contexto de altos precios del petróleo, impulso de las leyes del poder popular y los consejos comunales, una política exterior benevolente para los venezolanos y se alcanzaría los niveles de ingreso per cápita y salariales más altos de la región.

Pero, tomando en cuenta la importancia de las parlamentarias del 6D-2020 para el país y para la revolución bolivariana, es preciso tener presente que la votación chavista cayó en 1,3 millones con respecto a las parlamentarias del 2015. Sin embargo, la participación en las parlamentarias del 2020, fue menor en 1,83 millones de electores con respecto al sufragio de la Asamblea Nacional Constituyente del 2017, que alcanzó la motivación de 8.089.320 de electores (41,3%), sin la participación de los sectores opositores.

CUADRO N° 1. RESULTADOS PARLAMENTARIAS DEL 2000 AL 2015

"Diputado es diputado" y lo serán desde su proclamación por el CNE hasta pasados cinco años. Los opositores abstencionistas no serán diputados y el 5 de enero de 2021, se instalará un nuevo escenario político en la Asamblea Nacional, cambiarán los representantes en las Comisiones Permanentes y aparecerán en los medios y en las redes sociales nuevas vocerías políticas que dirimirán los problemas de nuestra sociedad.

Sería muy temprano aseverar que mejorarán las condiciones materiales y sociales de la población, que desaparecerá Dólar Today, que caerá la inflación, mejorarán los ingresos y el empleo; que el gobierno de Joe Biden será menos hostil que el de Donald Trump y el clima político nacional e internacional será benevolente para los inversionistas extranjeros. Pero lo que sí es probable es que cambiará el destino político y económico del país.

¿PERO, REALMENTE QUÉ HAY DETRÁS DE LA ABSTENCIÓN DEL 6D?

Son muchas las interpretaciones que pueden hacerse sobre la abstención del 6D-2020, identificar los elementos ocultos que lo explican, son necesarios para la planificación de estrategias que recuperen la confianza del elector que se ha mostrado indiferente ante el uso del sufragio como arma política para encontrar soluciones a problemas comunes.

Como dijimos, no es la peor abstención de la historia parlamentaria venezolana, si se compara con la del año 2005 (74,7%), pero una de 69,5% es considerada elevada. Evidentemente, que en el 2005, existían otras circunstancias políticas, económicas y sociales distintas a las actuales. Porque, no teníamos un bloqueo imperial, una industria petrolera casi paralizada en materia de producción y generación de ingresos petroleros, un dólar paralelo que mellara el salario como ha ocurrido, una hiperinflación con recesión a la vez, ni una parte importante de los líderes de la oposición en el exilio llamando a la aplicación de más medidas coercitivas unilaterales contra nuestro país por potencias extranjeras.

Los resultados del 6D-2020, evidencia lo que teóricamente se conoce como "abstención activa o ideológica", que devela ciertos rasgos de rechazo a la legitimidad del sistema político venezolano. Asimismo, se encuentran rasgos que se conocen como una "abstención pasiva o sociológica", provocada por la falta de interés en algunos aspectos de la política gubernamental, en el tipo de elección en juego o por la situación social del elector.

Los informantes claves en este estudio develan que una abstención del 69,5% podría estar escondiendo lo siguiente:

1. Un descontento de la población con la sociedad política actual, valga decir, tanto con los líderes opositores como el Gobierno, por sus enfrentamientos políticos ideológicos en los últimos años y porque verdaderamente no se encuentran o coordinan para sacar el país adelante.

2. Que la mayoría que fue a votar el 6D fue la militancia político partidista del Psuv y de sus partidos aliados en el Gran Polo Patriótico. Lo mismo ocurriría con los partidos de oposición y sus alianzas que participaron en las elecciones. Incluso, la votación obtenida por el Psuv fue menor a los militantes inscritos según su base de datos.

3. La población opositora pudiera no identificarse con los líderes que los representan, con la manera como dirigen esos partidos tradicionales; o realmente rechazan la gestión de la actual Asamblea Nacional en manos de la oposición.

4. Un rechazo a la gestión pública en términos generales. La gente pudiera estar descontenta con la política de servicios públicos deficientes, falta de gas, de electricidad o largas colas para surtirse de gasolina, justificados o no por cuestiones de falta de ingresos fiscales.

5. Mucha gente no pudo ejercer su derecho al voto por problemas de movilidad (alto costo del transporte o boicot del servicio por Colectivos de conductores por interés político). Habría que calcular qué porcentaje de la población electoral presentó ese problema, que es considerado una "abstención técnica".

6. La gente que no votó, pudiera estar rechazando la política social de subsidios de alimentos (Clap), bonificaciones, subvenciones, pensiones y un mísero salario mínimo, que no alcanzan para cubrir los niveles de subsistencia establecidos por los organismos internacionales como la ONU (57 dólares mensuales). Esto contrasta con el esfuerzo del gobierno de Nicolás Maduro por mantener una política social de servicios públicos accesibles para la población, educación y un sistema de salud gratuita, etc., que los aleje de la miseria extrema.

7. La gente pudiera estar psicológicamente desmoralizada y rechazando la mala calidad de vida que representa la "nueva normalidad" en tiempos de pandemia, del empleo forzado por limitaciones comerciales y por la hiperinflación inducida.

8. El temor de los electores adultos mayores a la pandemia de la Covid-19, pudiera ser la razón por la cual muchos no se arriesgaron a ir a votar el 6D.

9. Parte de la abstención pudiera ser explicada porque la Asamblea Nacional Constituyente, 100% en manos del chavismo, que es la máxima instancia del poder legislativo existente en la actualidad, no pudo resolver los principales problemas de la sociedad venezolana en 3 años de gestión, sobre todo vinculadas con la guerra económica, el bloqueo, las sanciones y la manipulación cambiaria.

Eso podría haber mellado, poco a poco, la popularidad de varios líderes dentro de la revolución que fueron candidatos a la Asamblea Nacional.

10. Quizás mucha gente esté viendo que desde el Parlamento Nacional no está la verdadera solución a sus problemas, más allá, que el proceso electoral tuvo una fuerte satanización internacional.

11. Algunos sugieren que la gente chavista que no fue a votar el 6D se debe a que no creen que la situación mejoraría con una Asamblea Nacional ahora en manos de la revolución. Quién sabe si en muchos de ellos ya no cala el discurso de que las causas de los malos servicios públicos es producto del bloqueo y las medidas coercitivas unilaterales, y más bien creen que es por la mala gestión gubernamental o la corrupción.

12. Entre los abstencionistas pudiesen estar muchos influenciados por los efectos del dólar paralelo y la pérdida del poder adquisitivo permanentemente. Quizás parte de la gente está cansada de estar entrando o saliendo de la pobreza cada cierto tiempo gracias a la especulación cambiaría que sufre Venezuela desde hace 7 años.

13. Muchos dejarían de votar porque ven que se habla de bloqueo y limitaciones al comercio internacional pero en el comercio nacional se han proliferado los bodegones repletos de productos importados, las tiendas con mercancías importadas y se ha mantenido actualizado el parque automotor venezolano, dónde circulan vehículos y motos de última generación en las calles de propiedad del propio gobierno, de empresarios, economía informal y corruptos identificables.

14. No hay que desestimar la población electoral que se encuentra fuera del territorio nacional forzados por las circunstancias económicas que vivimos (abstención forzada).

15. Hay una población que no vio ninguna motivación de ir a votar porque quizás percibió de antemano, que los candidatos del Gobierno arrasarían por la no participación de la totalidad de la oposición.

16. Aquellos que votaron o no se abstuvieron el 6D-2020, que están fuera de cualquier tipo de militancia político partidista, de seguro están viendo otra realidad distinta a la descrita anteriormente.

Esos elementos identificados pudieran ser considerados ítems válidos para realizar una verdadera encuesta que determine la percepción social post resultados del 6D. Esto en función de la planificación estratégica gubernamental para la nueva etapa política que se inicia el próximo 5 de enero con la instalación del período legislativo 2021-2026.

Queda recordar que en el 2021 vendrán las elecciones de gobernadores, y si algún grupo político o grupo de intereses capitaliza y motiva por lo menos la mitad de esa población de 14,5 millones de abstencionista del 6D, estimada en 7,2 millones (35%), pudieran estar ganando muchas gobernaciones, incluso más que todos los partidos juntos que participaron en las pasadas parlamentarias.

Finalmente, esperamos que mejore el clima político, económico y social del país en el 2021, y que en las próximas elecciones sean más los que se motiven a votar en función del fortalecimiento de la democracia y del sistema político venezolano.

 



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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