El Esequibo, tierra de nadie y el método Galtieri

El problema del Esequibo siempre aparece cuando la vergüenza amenaza a los politiqueros de oficio y militares burócratas. Los venezolanos y guyaneses, en su mayoría, a excepción de los que viven en ese territorio, no conocen el Esequibo. En una superficie de 159 mil KM2, la población no llega a 250 mil habitantes (más habitantes tiene el barrio JFB en Petare), algo más grande que el Estado bolívar, que tiene 1 millón 411 mil habitantes y que aquí se considera un territorio despoblado. Podríamos decir que ahora resulta un coto para la cacería, la minería, el contrabando, para cualquier actividad económica “subterránea” libre de controles, ¡es el “liberalismo” ideal para un aventurero! Pero también el Esequibo es “el mundo entero” para los pueblos indígenas, 46.010 individuos; cerca de 6,4% de la población total de Guyana, según nos dice el coronel Pompeyo Torrealba.  Es eso lo que reclama Venezuela con tanta “furia patriótica”, un territorio abandonado de lado y lado, hasta la aparición de EXXON Móvil colonizando sus aguas junto con la debacle del país.  Sin embargo, por este lado, ha estado abandonado desde hace muchísimos años, por desidia, por flojera; a pesar de las advertencias; porque todavía hay petróleo de este lado; y porque a nadie es “la petrolera EXXON” como para que le interese ese lado del mundo.

Apartando los especialistas en el tema, ahora todo el mundo es especialista en el tema. Hasta nosotros, que solo lo hemos visto en el mapa de Venezuela, marcado con rayitas inclinadas. No  obstante, el sentido común nos dice que el problema con ese reclamo es que nadie, que no viva en ese territorio, puede reclamar derechos sobre él, que más bien son los hechos y la vida lo que obligan a la propiedad sobre la tierra. Para reclamar un territorio como propio debe ser poblado o colonizado por la gente, como hace Israel con los altos del Golán y Palestina, como lo hicieron los conquistadores del oeste americano con Norteamérica y México, debe estar lleno de personas vivas adentro que actúan en nombre de alguna autoridad o fe…, O protegiendo (enamorando, diría el coronel Torrealba) a sus pobladores, actuando a favor de sus condiciones de vida, de los que ya están adentro, por ejemplo, considerando en respetar sus usos y hábitos propios, sirviendo de madre y padre amorosos.

Por eso decimos que la preocupación a destiempo, falsa, hipócrita, por el Esequibo nos indica que ya se acerca otro toque de magia del  gobierno. Si pillamos bien la distracción podemos prever dónde será el truco, o ver lo que se esconde detrás del sombrero de dónde sale el conejito blanco.

Hay que hablar con la verdad en esto, porque lo que percibimos es una cosa distinta a la preocupación nacionalista. En este país nadie conoce o ha visto el Roraima, como no sea en fotos. O visto de cerca el Cuyuní, ese chorrito de agua que desde aquí, se hace grande allá, y alimenta al Esequibo (que es grande), y que uno percibe con desdén desde el viejo puente de Eifel (según dicen, fue hecho por él), y que a otros les saca lágrimas de orgullo nacional. Sin embargo, casi ningún turista de Venezuela lo conoce, incluyendo a burócratas, políticos, militares, periodistas, escritores de oficio, ruteros etc.

No tiene sentido moral, no es ético anexarse un territorio donde sus pobladores ahora deben tener bastantes problemas con la EXXON y quizás con otras empresas igualmente contaminantes  y devastadoras, para que vayamos nosotros a crearles los mismos problemas. Es una farsa, reclamar un territorio sin respetar primero a sus habitantes, sin avisar o informar, sin ni siquiera ofrecer por delante una razón que les indique para qué y por qué se quiere administrar, seguramente instigados por terrófagos y depredadores: ¡primero reclaman derechos históricos y políticos, y luego, cuando se dan cuenta de su desidia e ignorancia sobre él,  se ocupan de la gente! Pero nadie les pregunta a sus habitantes si quieren ser parte de otro gobierno (porque deben tener alguno allí a dentro),… ¡del país que sea!, extraño a sus costumbres, seguramente desconocidas. Sería muy feo reclamar ahora un territorio solo para explotar sus riquezas, reclamarlo como propio como si fuera una presa de caza, o como una veta de oro, solo porque otro se nos adelantó para aprovechar su ubicación geográfica, sus yacimientos petrolíferos y sus recursos económico, olvidándonos de sus pobladores o evadiendo la responsabilidad de poblarlo, con servicios, con una presencia civilizadora racional y humanista (como corresponde a un gobierno verdaderamente socialista). Toda esta bulla esconde una trampa, todo esto y mucho más, disimula esta reacción explosiva por parte del gobierno.

Según como nosotros lo vemos, detrás del sombrero y el conejo blanco está, primero, la desidia. Si una Corte Internacional no hubiera emitido un fallo, dejan las cosas como están, EXXON incluida; también los altos mandos militares, que igual no dejan de ser burócratas, cargando con millones en tecnología militar ociosa,  y que en su mayoría (hay muchas excepciones pero no en altos cargos) no deben saber nada sobre ese asunto, ni les interesa a pesar de lo que han aprendido en los manuales de historia. Segundo, detrás está la situación grave que vive el país por la falta de recursos, de sueldos, de comida, de medicinas, de servicios públicos – que también ha tocado al ejército; por las redes sociales aparece grabado en un general de brigada, pidiéndole a “Jesús el cristo salvador” para que ayude a su 13 brigada de infantería y los proteja, viendo que el propio gobierno parece que ya no tiene cómo ayudarlos –.

La situación del país es grave a pesar de lo que diga Jorge Rodríguez. Hay que distraer un poco a la gente de estos “asuntos sociales”, sobre todo a los militares, que se ocupen del Esequibo para que olviden de cómo, incluso a ellos, los está afectando las necesidades, las carencias desmoralizantes, en los niveles más bajos de la Fuerza Armada. De la misma manera, con el Esequibo ocupan la atención de intelectuales, críticos, historiadores, aduladores, para que en su emoción nacionalista olviden que no desayunaron en la mañana.

Ahora es el Esequibo, pero podría ser una guerra con Colombia, se trata del método Galtieri, de distraer a lo grande (como volaron las torres gemelas de NY…, pero menos). Sin embargo, si están temiendo por un golpe militar esto no distrae mucho a los comandos verdaderos, a los militares de rangos más bajos pero de más control de tropas, que ahora deben estar pasando trabajo, y pensando la cosa. Si el gobierno no se pone las pilas lo tumban al piso, con o sin Esequibo.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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