Para el año de 1958 en Cuba en la ciudad de Santa Clara se da una gran batalla en donde las fuerzas revolucionarias comandadas por el inmortal Ernesto “Che” Guevara logran liberar la zona de la influencia de la dictadura que tanto daño le había hecho a la hermana República.
A mitad de octubre de ese año con la Columna 8 “Ciro Redondo”el Guerrillero Heroico llegó para realizar una labor militar y política con la firme intención de acabar con la influencia de Batista, tratando de unir las fuerzas revolucionarias.
Con aguerridos combates ocupan varias instalaciones y poblados y se dio la posibilidad de atacar la ciudad de Santa Clara, bastión de la dictadura, en donde se encontraban la mayor cantidad de las fuerzas militares de la dictadura en esa zona.
Los últimos días del mes de diciembre las fuerzas de la Revolución comienza la ofensiva para capturar la ciudad. Ya cada posición que conquistaban era definitiva y a pesar de ello Batista bombardeaba las avanzadas rebeldes.
Camilo atacaba la guarnición militar de Yaguajay en Cruces el 22 de ese mes y al tomar el edificio militar y rendir al Capitán Abón Li; hijo de chinos, que comandaba 250 soldados ordena eufórico:
¡A Santa Clara!
A la capital de Las Villas se dirigía el Che en un jeep junto a una columna de camiones con tropas rebeldes. En la ciudad la dictadura asumía la defensa de la ciudad con el famoso esbirro de la dictadura Coronel Joaquín Casillas con el Mayor General José Eleuterio Pedraza que se sitúan en trincheras en Loma de Capiro.
Al amanecer los jefes de pelotones del Ejército Rebelde se dirigen hacía la ciudad por la carretera a Camajuaní, al acercarse a la estación de radio son atacados por un vehiculo militar en donde se producen las primeras bajas revolucionarias; Miguel Pérez Pimentel, Santos Santos y Anibal Fonseca.
Los militares había situado un tren con 17 vagones, con dos ametralladoras pesadas y un cañón antiaéreo con 350 soldados, situaron una compañía de infantería para defender la carretera central y un escuadrón con 2.000 soldados custodiaban el acceso sur a la ciudad.
El Palacio Provincial, la cárcel, las dos iglesias; Buen Viaje y Nuestra Señora; y la policía con sus dos edificios en el Gran Hotel y en el edificio de Obras Públicas.
El 29 a las cinco de la mañana entra la columna del Che y se establece en la Universidad, desde allí se dirigen para tomar la Loma de Capiro y toman esas posiciones después de un fuerte enfrentamiento.
Cuando se preparan para tomar otras posiciones llega un tren blindado con 400 soldados de refuerzos, enviados por el Coronel Rosell, que le habían encomendado la misión de conducirlo, pero este había huido en su yate.
Al llegar el tren este fue atacado por las fuerzas insurgentes que arrojaban cócteles molotov, los soldados se defendían con las ametralladoras que disparaban desde las mirillas de la unidad.
Con las molotov convierte en un horno los blindajes del tren.
Cuando el maquinista trata de retroceder el tren lo que logra es descarrilarlo, ya que el Comandante Guevara ha mandado a levantar las vías.
El revolucionario argentino buscando el punto vulnerable para enfrentar al tren blindado manda a obstruir la vía con un buldocer que maneja el Capitán Roberto Ruiz.
En horas del mediodía logran la rendición del tren y de los 400 soldados. Los rebeldes obtienen 8 bazookas, 15 ametralladoras y unos 80.000 tiros.
El pueblo de Santa Clara bloquea el paso de los tanques enemigo colocando unidades del transporte colectivo, además de atacar a las tropas con bombas Molotov y de esa manera con la colaboración de las tropas rebeldes van desalojando las posiciones de los soldados de la dictadura.
Las vías habían amanecido llena de barricadas y el Che decide a atacar la comandancia en donde se encontraban las oficinas de Obras Públicas, pero los ataques aéreos no cesan por parte del régimen. El cuartel que vigila la carretera Los Caballitos es tomado por los guerrilleros comandados por el Comandante Gustavo Machín.
El Che reconocería en su libro “Pasajes de la Guerra Revolucionaria” que las fuerzas rebeldes contaban con una considerable fusilería, pero que en armas pesadas estaban fallos ya que no contaban con municiones. Para enfrentar los tanques tenían una bazooka sin proyectiles. Entendían los rebeldes que para enfrentar los blindados del ejército de Batista debían hacerlo desde los barrios poblados de la ciudad en donde se disminuía su eficacia.
Recuerda el espíritu de entrega de los revolucionarios que combatieron en esta batalla y puso como ejemplo cuando regaño a uno de sus combatientes que dormía en pleno combate, al cual le quitaron el fusil ya que se le había salido un disparo. Le ordeno que se ganara un arma al salir a combatir en primera linea. A las horas lo consigue moribundo en el Hospital y le dice que gano el arma en un combate en Remedios.
Relata el revolucionario argentino que para ese día 29 se había tomado la central eléctrica y la parte noreste de la ciudad, anunciando que Santa Clara esta casi en manos de la Revolución.
En ese anunció comunica la muerte del El Vaquerito, hecho que mereció un capitulo aparte en este libro.
Es imposible recorrer la historia de la lucha armada en Cuba y no dejar de resaltar esta batalla y la muerte de Roberto Rodríguez.
Cae la estación de Policía, el Comandante Cubela del cuartel 31, la cárcel, el Palacio de Gobierno, el Gran Hotel y la audiencia, pero continua la resistencia en el cuartel “Leoncio Vidal” y para el 1 de enero envían a los Capitanes Nuñez Jiménez y Rodríguez de la Vega a pactar la rendición de ese bastión.
Para ese momento llegan noticias de que el sátrapa Batista ha huido de Cuba. Cuando los dos delegados del Ejército Rebelde se ponen en contacto con Cantillo para la rendición, este asegura que que es imposible ya que él ocupa la Jefatura del Ejército por ordenes de Fidel Castro. Pero al final Santa Clara cae en manos de la Revolución.
Fidel en el texto “Fidel Castro. Biografía a Dos Voces” de Ignacio Ramonet señala que Cantillo cuando va a La Habana, el líder de la Revolución le pone tres condiciones, que no quieren ponerse en contacto con la embajada yanqui, que no quieren golpe de Estado y que ayuden a escapar a Batista.
El militar de Batista se compromete y parte para La Habana en donde realiza tres cosas contrarias, cena con el dictador, acompañándolo a tomar un avión para escapar, dan un golpe de Estado en la capital , pone de jefe de Gobierno a un viejo magistrado del Tribunal Supremo de nombre Carlos Piedra y se pone en contacto con la embajada de los norteamericanos.
Siete años, siete meses y siete días después del ataque al Cuartel Moncada; cuenta Fidel; que se enteran ese 1 de enero que el dictador ha huido y del golpe de Estado en la capital y desde la estación de radio lanza la consigna de Huela Revolucionaria y le dan la orden al Ejército Rebelde de que sigan atacando ya que no hay un alto al fuego.
Le ordena a Camilo y al Che que avancen hacía La Habana, ya por todos conocida la traición de Cantillo. Ordena a sus dos lugartenientes que avancen uno; Camilo hacía Columbia, al Che para La Cabaña. Los dos jefes militares, en conocimiento de la baja moral de las tropas de la dictadura, hacen dos columnas y llegan a La Habana, en donde los revolucionarios tienen tomado todo.
Fidel sale de Santiago acompañado por dos mil hombres de la tropa que habían combatido en contra de la Revolución y que ahora se les unieron y mil soldados de la Revolución que habían enfrentado duramente las tropas de la dictadura, tardan en llegar a La Habana ocho días, ya que en cada provincia debe detenerse por la euforia de la gente y dar un acto.
La guerra había sido ganada por tres mil hombres, una gran gesta revolucionaria que ha sido reconocida por todos los que de una manera u otra sentimos la sangre latinoamericana y Caribeña recorriendo en nuestras venas.
¡Honor y gloria para Fidel, Camilo, el Che, Raúl, Almeida y el Ejército Revolucionario que dio la libertad a ese bastión de dignidad y patriotismo que es la hermana República de Cuba!
*Extraído del Libro “¡Insurgencia! Un Grito de Rebeldía” de José Rosario Araujo
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