Crisis, ¿una oportunidad de buenos negocios o de hacer la revolución socialista?

Hay dos aspectos que distingamos cuando vemos el tratamiento que hacen los gobiernos liberales de la pandemia y las cuarentenas. Trabajo productivo y comercio, por un lado, y educación y salud en el otro. Sin embargo, para ellos todo es igual, es una oportunidad de hacer buenos negocios.

Lo primero para el capitalismo es que no se paralice la producción y el comercio (es el caso de Brasil, EEUU; pero también es el caso del gobierno de Argentina y su conflicto con las decisiones de la Corte Suprema a favor de las autonomías municipales, para decidir sobre cómo administrar la pandemia, si a favor de la salud o de la producción y el comercio), luego está la salud de la gente y todo lo demás. En una sociedad poblada de desempleados, el cálculo de Trump de 350.000 muertes, para finales del año pasado (cuando tuvieran lista una vacuna confiable), aunque se haya quedado corto, era un costo de muertes razonable, a cambio de no paralizar la producción y el comercio, para no detener la economía – siempre habrá una reserva humana, aunque se pierda esa cantidad de "mano de obra" por muerte o enfermedad; todos los días habrá filas de personas buscando empleos para sustituirla –. Cuando se desacelera la economía por causas restrictivas se pierden empleos, no ganancias o capital; los ricos propietarios no pueden reducir sus ganancias. La producción, el trabajo físico manual, depende del trabajador, pero las ganancias también; si se pueden recortar sueldos y puestos de trabajo se hace; el costo de la fuerza de trabajo depende también de la oferta y la demanda, y con eso se juega.

¿Cómo se administrará la pandemia en las Zonas Económicas Especiales? ¿Quiénes decidirán sobre el destino de los trabajadores y obreros en esas "zonas liberadas" o "zonas francas"; el gobierno o las "empresas inversionistas"? Las Zonas Económicas Especiales – es decir, el gobierno – ofrece una oportunidad única de negocios, ventajas para sus inversores, liberar a esos capitales de obligaciones impositivas y fueros laborales (despedir y contratar libremente, entre otras cosas) –uno imagina que el 7 x 7 sería eliminado, porque ningún inversionista que busque competir, va a invertir para que le paralicen su producción o sus ventas, siete días cada dos semanas –. Imagino que para cuando comiencen a instalarse (supongo que muy pronto) la pandemia todavía seguirá siendo un problema de salud mundial, una oportunidad de buenos negocios. –Pero también una oportunidad para cambios revolucionarios –.

El mundo capitalista (que es casi todo) no ha sabido (o no piensa en eso) cómo llevar la evolución del virus y de la epidemia de cara a la paz social; simplemente se impone, impone su forma de pensar y sus métodos para sortear las dificultades de la producción y el mercado, lo demás no importa mucho, Bill Gate piensa en términos de costos humanas no de cambios en el sistema, los líderes (políticos y empresarios) confían en que entre muertes por el virus y necesidades por el hambre se mantendrá un equilibrio que hará que no se desborden los ánimos dentro de la masa trabajadora. Es la mejor oportunidad del capitalismo para esclavizar a los más pobres y a los más rebeldes y ganar mucho dinero.

En cuanto al problema de la educación se resolverá a favor del capitalismo también. Aquí en Venezuela, saldrán a recibir clases presenciales los más ricos y en colegios privados y universidades privadas que pueden pagar buenos sueldos a sus maestros y profesores. Los demás quedarán atrapados en sus casas, en cuarentenas estrictas y recibiendo una educación mala – sí la reciben – a través de una conexión a internet interrumpida o inexistente. Una gran mayoría de quienes recibieron sus Canaima y tablas, las vendieron, o no cuentan con Aba o Internet de CANTV. ¡¿Cómo pueden dar y recibir clases por internet cuando CANTV presta un servicio malo y "selectivo"?!, pero de eso no se sabe, no hay estadísticas.

En resumen, la pandemia ajustará el mundo capitalista (y el mundo mediocapitalista como el nuestro y el de nuestros vecinos colonizados) a un máximo ideal de privilegios, de estratificación, de exclusión, se ancharán las diferencias y se definirán más las clases sociales por sus niveles de pobreza y educación – En Venezuela las universidades públicas, "la oportunidad "democrática" para el ascenso social, hace rato que no funcionan como deberían. El gobierno las abandonó quizás para privatizarlas, y abandonó la lucha política dentro de ellas, porque el madurismo convirtió la política en propaganda gubernamental, en mentiras y en grupos de adultos y jóvenes mercenarios (¿qué hacía un diputado del PSUV del estado Aragua con 4 mil dólares en efectivo en una maletín? https://www.noticierodigital.com/category/nacionales/ ) –.

El caso de las ZEE es una oportunidad ideal para hacer buenos negocios en medio de la pandemia, brotan como una gran oferta para la inversión. Recientemente (¡a la mitad de esta pandemia!), se presentó la Ley orgánica de la ZEE ¿Qué significa eso? Puede ser un aguaje para acercarse a Biden, quien no ha cambiado su política de sanciones, pero puede ser (nunca se sabe) que ya estén listos muchos de los contratos y compromisos con los inversionistas cazadores de oportunidades y estos estén presionando. Vale preguntarse cómo funcionarán las restricciones por la pandemia en zonas liberadas. Los inversionistas, fuera del negocio petrolero que es muy bueno, exigen "todo" para maximizar sus ventajas y ganancias (ya lo dijo LBG, en su artículo sobre las maquilas). Y eso lo saben y lo ofrecen quiénes redactaron la ley de ZEE, cuya aplicación, a pesar de la importancia de estos temas de soberanía, depende solo del ejecutivo (del presidente de la república, no de la Asamblea) y su sustancia está en la desaplicación de normas impositivas, de control laboral y ambientales, la retención del IVA y sus carga desgraciada en el consumidor (al respecto léanse los artículos, 16,17 18 19 y 21 sobre "régimen tributario", del Decreto Ley del 2015, que es la base de la Ley Orgánica).

Está claro que toda crisis de esta magnitud física y moral, es una oportunidad para hacer buenos negocios a favor de los ricos. Pero toda crisis así es a la vez una oportunidad única para hacer la revolución, cambios radicales a favor de los pobres; o nos hundimos más, o cambiamos el sistema de raíz, sin semicapitalismos, sin reformismos inútiles; es una oportunidad para desenmascarar al enemigo político que alimenta nuestras desgracias con mentiras y a los de clase que las causan, con más mentiras. Toda crisis es revolucionaria, entonces hagámosla estallar en la cara del capitalismo, al cual ya no le caben más disimulos. Si vamos a morir, muramos peleando.

¡PATRIA SOCIALISTA O MUERTE! ¡CAPITALISMO O BARBARIE!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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