Sobre la soberanía: “¡Que se recolonice él: a mí no va a arrebatármela!”

La herencia es un espíritu que pasa de generación en generación, a veces invisible, dormido pero latente, transita desapercibido, y otras veces surge con fuerza, con la misma fuerza lógica, con el mismo sentido obligante por el cual emergió la primera vez en el ser humano. Además de la pobreza y la riqueza, se heredan valores sociales, fundamentales de carácter social, inteligencia, determinación, coraje, el espíritu indomable…, así nos lo hace ver LBG en su escrito sobre Carabobo https://www.aporrea.org/imprime/a302977.html . La similitud que existe entre la lucha de nuestra independencia hace 200 años con la lucha por nuestra independencia ahora es irrefutable, porque el espíritu del imperio es el mismo, los temerosos y “prudentes” siempre serán trazas entre las fricciones sociales, igual que los cobardes y traidores, siempre estarán oyendo detrás de los tapices que cubren las paredes, nutriendo el drama de la tragedia de las revoluciones. Igual se hereda el espíritu y la inteligencia libertaria capaz de iluminar todo el escenario de la guerra inclusive detrás de las cortinas, llegando hasta el rincón más oscuro donde se ocultan la traición y las conspiraciones. Vivir en libertad también se hereda.

Pensar que Chávez es cómplice de lo que hace este gobierno ahora, o que nunca avistó la traición que lo acechaba, es negar nuestra herencia. Creer que hay algo nuevo o algún mérito en ser “recolonizado” es negar nuestra herencia: esa “cosiata” felona traicionó una vez a Bolívar, lo hizo la segunda con Zamora, tres veces con Castro, traicionó por cuarta vez entregando al imperio y a los ricos la rebelión del 23 de enero. Pero el espíritu servil, la flojera y la comodidad del oportunista, también avanza, como rémora, junto al gran músculo que mueve las revoluciones, a su lado, pegado de los líderes visionarios y valientes, pequeñas miserias humanas colgadas a sus espaldas, chupando de su sangre como “los pequeños amorcitos” del poeta Mayakovsky. Los entreguistas son una desgracia. Son una vergüenza. Ellos saben quiénes son, lo que hacen y dónde están, nombrarlos sería aumentar su popularidad, alimentar la amoralidad utilitaria de estos tiempos.

La herencia es un reservorio de valores positivos con los cuales se forja el carácter, con que se puede esculpir a un nuevo libertador, es la arcilla para moldear los futuros líderes revolucionarios. Y herencia es tradición e historia. Luis Britto García acaba de publicar un artículo sobre la herencia de Carabobo donde demuestra que la historia, toda historia, resulta reciente y contemporánea a la vez, si se reconoce en ella la herencia de valores humanos fundamentales. También Mariano Picón Salas logró resumir nuestra historia patria en su Suma de Venezuela trazando las líneas principales mostradas por el dedo índice de nuestra herencia, herencia de pueblo rebelde, libertario, contestatario, entre otros valores. La herencia de Carabobo es un legado reciente, de ayer, y es hoy la lucha de nuestra independencia; Bolívar acaba de morir y Chávez acaba de ser asesinado; disfrazarlo de “pasado glorioso” es una forma de negar el presente, de disimular su realidad, de matar su verdad con disfraces y cuentos de hados, sin ninguna repercusión en nuestra consciencia.

La herencia de Carabobo: …”El Comandante podría en verdad negociar un cómodo arreglo…Churruca, edecán de La Torre,… le propone reanudar el armisticio mientras se conoce el resultado de sus negociaciones…. –Pero – Al encabezar sus tropas, ordena paso redoblado… Acaso más importante que las consecuencias geopolíticas de Carabobo es el definitivo cese de nuestra condición colonial. Durante la Colonia, nos obligaban leyes emitidas por los monarcas absolutos de España. A partir de Carabobo, nuestras propias leyes rigen de manera total, única e integral toda la extensión del territorio nacional. No puede haber zonas exclusivas, excepcionales, exceptuadas ni extraordinarias excluidas del deber de aplicarlas, porque ello implicaría renuncia a la soberanía territorial ganada palmo a palmo por el sacrificio de los ejércitos libertadores…. A partir de Carabobo, nuestros tribunales deciden todas las cuestiones y controversias donde esté involucrado el interés público nacional. Sus decisiones no podrán ser sometidas a reconsideración, revisión ni apelación ante tribunales extranjeros o árbitros foráneos sin renunciar a la soberanía ganada en Carabobo.… A partir de Carabobo, se acaban las ridículas prerrogativas de casta: no se podrá adjudicar a extranjeros o a sus negocios o empresas condiciones ni privilegios más favorables que aquellos de que disfrutan los nacionales… A partir de Carabobo los esclavos –pues no otra cosa son quienes trabajan sin recibir un mínimo excedente económico- reciben de manera efectiva la libertad que Bolívar les había acordado de hecho y de derecho desde 1814… Las oligarquías inventarán mil subterfugios para retardar hasta 1854 el cumplimiento de la medida emancipadora, y hasta hoy no cesan de urdir pretextos para que el desposeído trabaje para ellos sólo por la subsistencia, y aun por menos. Refrendar esa esclavitud es deshacer Carabobo.”

Por eso digo: ¡CHAVEZ VIVE Y LA LUCHA SIGUE!


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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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