Por arte magia y gracias al gobierno que dirige el presidente obrero, Nicolás Maduro Moros, el más exitoso dirigente sindical que ha parido esta nación, tendremos que, a partir del primero de octubre del año 2021, volveremos a tener los indicadores económicos de los cuales gozábamos para esa misma fecha en el año 1961. Para ese momento yo trabajaba en la Cigarrera Bigot, en los dos Caminos del municipio Sucre del Estado Miranda y ganaba Bs. 16 diarios como obrero raso. Con ese salario se vivía más o menos bien. Me imagino que ahora será, como lo era en ese tiempo, un salario mínimo de Bs. 300 al mes.
Recuerdo que el sindicato cigarrillero, después de los petroleros, era uno de los que tenía la mejor contratación colectiva del país. Entrar a trabajar en esa empresa era un privilegio. Allí duré cinco años y salí ganando Bs. 24 diarios. Era un tremendo sueldo. Una polarcita costaba servida y con derecho a pasapalos de sardinas fritas Bs. 0,50. Con lo que yo ganaba en un dia podía tomarme 48 cervezas si quería, ¡caja y media! O sea, vivíamos en el paraíso y no lo sabíamos.
El cómo entré y porque salí de esa empresa, la cual era y creo sigue siendo, el sueño de todo hombre o mujer que buscara ganarse la vida vendiendo su fuerza de trabajo, es un pasaje de mi vida sindical que alguna vez les contaré si logro escribir mi autobiografía laboral. Lo más importante y es el objeto de este modesto artículo, es mostrar mi alegría por sentirme revivir el pasado y glorioso tiempo del Puntofijismo y la Democracia Representativa, durante la cual habían solamente dos fuerzas políticas que comían en la misma mesa y condujeron este país durante 40 años por la senda del bienestar social, progreso económico y la armonía, hasta que llegó el loco Chávez y con su flauta embrujada cambió todo el país.
Ayer comenzaron las negociaciones en México donde se firmarán los Acuerdos de Paz y Convivencia que harán el milagro de volver a la senda del progreso y al vivir armonioso que merecemos como país, el cual volverá a estar bajo la protección de nuestros amigos norteamericanos, como siempre lo debió estar. El rio volverá a su cauce y las aguas embravecidas se calmarán y los 20 años de la llamada revolución bolivariana y del Socialismo del Siglo XXI pasarán al olvido y será recordada como una pesadilla, de la cual, gracias a Dios despertamos todos los venezolanos. ¿Qué les parece el cambio mental que he sufrido? . ¿No es bonito mi nuevo look?
Ya en artículos míos en esta página web, expresé que había colgado los guantes y escribí que yo me sentía responsable de lo bueno o malo que pasó y dejó de pasar en nuestro país hasta el año 2017, o sea que por edad cronológica de 81 años, yo daba paso a los que les tocaba detrás de mi tomar las riendas y conducir el timón. Decidí no hacer críticas, ni señalamientos y quedarme quieto para no sacudir ningún avispero.
Pero ustedes, mis escasos lectores que todavía pierden su tiempo haciendo clip en sus computadoras para leer mis bobadas, como decimos en Mérida, les quiero hacer partícipe de la alegría y rejuvenecimiento que siento, con sólo recordar que yo vine por primera vez a esta ciudad en 1962 en viaje de luna de miel pagando pasajes a Bs. 30. oo (hoy serian 30 millones). Me alojé durante una semana en el mejor hotel de Mucuchies y pagué Bs. 50, oo en una habitación matrimonial. Una exquisita pizca andina por un bolívar y pastelitos bien resueltos a medio real. Ahhh, qué tiempos aquellos y que gracias a las políticas económicas que se están acordando en México y se implementaran a partir del 1º. De octubre volveremos a vivir todos los venezolanos. ¿Acaso no tengo motivos para estar alegre?.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA! .