Matria tovareña (16)

La batalla de Mariño - Tovar del 23 de enero de 1823

A 199 años del último combate por la Independencia en suelo merideño.

"El Páramo de Mariño es un ángel guardián(…)

Y tiene su aureola, blanca como su nombre, en esta laguna angelical"

Alfonso Ramírez

De Tovar quedaran las palabras, p. 27

En uno de mis primeros viajes a Caracas por allá a finales de los ochenta, de visita al Paseo de los Próceres, al leer con detenimiento la relación de las acciones de guerra, sentí henchido el corazón con de la emoción de ver que cronológicamente figuraban: Bailadores en 1812 y el Cerro de Mariño en 1823. Recuerdo que la curiosidad me llevó al día siguiente hasta la Biblioteca Nacional, dónde ubique un folleto del Dr. Vicente Dávila, con las dos fechas: "Murmuquena o Umuquena: 19 de mayo de 1812. El comandante Antonio de Ugarte, a la sazón Gobernador de Mérida, derrota fuerzas del comandante republicado Franciasco Yepes"(1) y el "Cerro de Mariño (Mérida): 23 de enero de 1823. El Cnel. Juan Antonio Paredes triunfa contra fuerzas de Morales"(2), contrariado porque la mayoría de las referencias conocidas señalaban fechas diferentes, empecé a buscar respuestas de esos dos hitos históricos, que estaba seguro marcaban el alfa y el omega de la lucha por la Independencia en suelo merideño.

A principio de enero de 1823, llega a Bailadores el Coronel William Duane, en compañía del oficial Richard Bache, quienes dejaron testimonio de su paso en dos excelentes obras: Viaje a la Gran Colombia en los años 1822-1823 y La República de Colombia en los años 1822-1823. En su narración del 3 de enero, describe Duane que: "Entramos en Nuevo Bailadores (hoy Tovar) antes de mediodía. Su apariencia era la de una linda población recientemente fundada, cuya prosperidad era evidente. Todas las casas estaban enjalbegadas, y las tejas se veían tan nuevas como si el techo acabara de ser construido. Aquel aire de bienestar producía singular sorpresa, sobre todo si se le comparaba con el antiguo Bailadores y se tenía en cuenta el hecho de que últimamente habían pasado por allí los españoles, quienes raras veces dejaban de destruir todo lo que significase prosperidad."(3) Más adelante señala que: "…el trigo se podía comprar allí a real y medio, o quince centavos, la fanega; la cebada por diez; y los frijoles, arvejas y caraotas por unos pocos centavos."(4), esto indica que existía una típica rotación de los cultivos y era notorio que el bando mandado a publicar por el Libertador a finales de septiembre de 1820, había surtido su efecto.

Aunque esta aparente tranquilidad iba a ser perturbada muy pronto, en oficio dirigido por el Comandante General del Zulia Lino Clemente al General en Jefe José Antonio Páez, desde el cuartel de Carache el 6 de enero, le notifica que: "Morales invade Mérida con 1280 hombres, una pieza de artillería calibre 2 y 30 caballos", más adelante agrega: "El Teniente Coronel Castelli tenía en Mérida 200 hombres buenos del Batallón Caracas con algunos caballos y el señor Coronel Gómez ocupaba la parte de la Grita y Bailadores con otra fuerza... a la cual di órdenes para que en caso semejante evitasen un combate desigual que ofreciese malos resultados y replegasen las fuerzas a unirse a la división de S.E.. el general Urdaneta... por consiguiente no se obrado con prudencia en Mérida: o Morales es batido o tiene que devolverse..."(5) frase lapidaria que a la postre resulto cierta, ya que con este repunte agónico Morales estaba acorralado. Urdaneta estaba atento desde Cúcuta para frenar su ambición de entrar a la Nueva Granada y el día 15 de enero el general Mariano Montilla desde su cuartel de Soledad en el departamento de Magdalena, de acuerdo con las instrucciones recibidas del Gobierno Nacional, toma la decisión de declarar el bloqueo en las costas del Golfo de Venezuela, lo cual se dificultaba el abastecimiento de Maracaibo. A la vez el General Montilla organiza una expedición capaz de penetrar en el lago y dar la batalla definitiva, nombrando a José Padilla Comandante de la expedición. Tal como y en efecto ocurrió el 24 de junio de 1823.

Morales de Mérida, paso a Estanques donde milagrosamente se escapó: "…de haber perdido la vida por un maldito muchacho, el cual le avisó que no entrara en la casa, porque la tenían minada, como en efecto estaba. Pero al momento hizo quitar la mina y se salvó"(6), tal como el mismo Morales lo testimonia en su "Relación Histórica", el atentado iba dirigido a la plana mayor de su ejército. Amparado en esa suerte de Estanques siguió a Bailadores y el día 15 arribo a la Grita. Urdaneta de inmediato se dirigió a Táriba, por lo que Morales decide regresar a Bailadores, donde deja su retaguardia al mando del Teniente Coronel Crespo al frente de 300 hombres, retrocediendo con el resto de sus fuerzas hasta el camino que conducía a Murmuquena, de allí a Onia y San Carlos del Zulia para trasladarse a Maracaibo. Refiere la tradición que a su paso por Murmuquena se detuvo a comer con su tropa en la casa de Juan Ángel Rondón y al marcharse, dejo su capa en un estacón, el señor Juan Ángel tomo su capa y corrió a alcanzar a tan desconocido comensal. Anécdota tradicional que puede ser cierta por lo anteriormente descripto.

Conocida la marcha de Morales, se apresuraron los jefes republicanos a perseguir sus huestes. En el archivo Histórico de Mérida reposa un curioso legajo sobre abusos de autoridad donde se constata que: "…el día 22 de enero durmió en el tabacal una tropa compuesta por 17 soldados al mando del oficial Joaquín Díaz, que custodiaban las municiones destinadas para la ciudad de Mérida y el día 23 en la mañana marcharon hacia Estanques..." y en este mismo legajo también se puede determinar que la parroquia de Bailadores (hoy Tovar) contribuyó por esos días con 270 pesos para racionar las tropas patriotas, además de 11 cargas de panela y 6 tercios, 5 reses, 1 toro, 1 vaca, 1 mula, 1 caballo, 1 buey y 3 bestias; en total 44 personas aportaron su peculio a favor de la causa.

Amaneció el 23 de enero de 1823 y el Coronel Cruz Carrillo con 700 hombres desalojó las huestes de Morales de Estanques, quienes huyendo hacia Bailadores se encontraron con las fuerzas del Sargento Mayor también apellidado Crespo, comenzando desde lo que hoy conocemos como la Quebrada Blanca el aguerrido combate que culminó para las glorias republicanas, con el triunfo en el cerro del Páramo de Mariño (Tovar), en jornada histórica, que dejo 28 prisioneros y desterró para siempre de suelo merideño las tropas realistas.

Queda un trabajo pendiente por ocuparnos, siempre nos hemos preguntado acerca del procerato olvidado: ¿Cuáles fueron esos hombres que sumaron armas a favor de la Independencia? ¿Quiénes fueron esos bailadorenses ahora tovareños que lucharon en Mariño o los que siguieron a Bolívar durante su Campaña Admirable? La historia de los hechos provinciales aun cuando sean transcendentales siempre pasará inadvertida para los investigadores de la nacionalidad, a ellos sólo les interesa la historia grande y a los cronistas menos que viven de sus egos y glorias pasadas ¿qué puede significar que estos pueblos aportaron una decena de hombres en comparación con el centenar de la metrópolis?, resulta más fácil escribir del presente para congraciarse con los gobernantes de turno que del pasado que no tiene dolientes.

Gracias a la acuciosidad de Don Severiano Codina (primer cronista de Tovar) en su "Estadística de la parroquia Tovar" para la gran "Estadística de Los Andes" de 1889, podemos referirnos a una curiosa lista de los hombres que sumaron armas en la guerra de Independencia, figuran entre ellos: "Eustaquio Vivas, José Juan García, Silvestre Vera, Juan José Ramírez, Fernando Vivas Briceño, Jacinto Mora, Eugenio Márquez, Juan de Dios Belandria, Cornelio Márquez, José María Márquez, Cruz Moreno, Rafael Mercado, Clemente Ramírez, Valencio Salas y Valerio López"(7), a estos nombres hay que agregar "esas 44 personas que contribuyeron con la causa" y hacer la salvedad que Eustaquio Vivas nació el 20 de setiembre de 1813, por tanto no pudo pelear en la Independencia.

Hasta aquí nos referiremos del pasado histórico que somos herederos, es necesario poner un punto final, más no definitivo, quedan muchos hechos relevantes por aclarar. Es necesario hablar del presente que nos pertenece y debemos ser protagonistas. Ante la inquietud si somos capaces de ser tan proactivos como los prohombres de 1823, dejo a consideración de las autoridades: alcalde y concejales de Tovar, la siguiente propuesta:

  1. En lo inmediato constituir la Junta Pro Bicentenario integrada por las autoridades y personalidades del Municipio, sin exclusión.
  2. Decretar el Año Bicentenario de la Batalla de Mariño (1823 - 23 de enero - 2023).
  3. Realizar concursos entre los estudiantes de los diferentes niveles educativos en prosa y poesía, ensayo, pintura y dibujo alusivos al bicentenario.
  4. Accionar un ciclo de conferencias, debates y encuentros permanentes.
  5. Escenificar la Batalla de Mariño el 23 de enero del 2023.
  6. Ordenar la publicación de un folleto que recoja biografías y crónicas sobre la Independencia en suelo tovareño.
  7. Construir un monumento alusivo al bicentenario donde aparezcan los nombres de los combatientes de Mariño y/o participantes de la Independencia y hechos resaltantes, que puede ser una columna artística en cuyas caras vayan dichos textos. Que debe ubicarse en las adyacencias de la Laguna Blanca de Mariño.
  8. Rescatar el viejo camino de la quebrada Blanca a la Laguna, con miradores que lo conviertan en una ruta temática.
  9. Que la celebración del bicentenario sea un acto del pueblo y no político, con masiva participación y actividades permanentes.
  10. Que el eslogan del bicentenario sea Mariño Tovar: ultima batalla de la Independencia en la Provincia de Mérida (23 de enero de 1823)

Parafraseando al Dr. Alfonso Ramírez concluyo diciendo que Mariño es: "¡…soberbia catedral de la naturaleza, con árboles por columnas, con techo de neblinoso cielo paramero, con una piedra por púlpito, con campanas formadas por gargantas de pájaros, con el auditorio impresionante de una voraz laguna!"(8)

Néstor Abad Sánchez

La Abadía, enero 22, 2022

nestorabadsanchez@gmail.com

Notas:

  1. Vicente Dávila: Acciones de Guerra en Venezuela durante su Independencia. Tipografía Americana, Caracas, 1926. p. 7
  2. Idem. p. 39
  3. William Duane: Viaje a la Gran Colombia en los años 1822 - 1823. Tomo I. Talleres de Artegrafía, C.A. Caracas, 1968. p. 343-344
  4. Idem. p. 346.
  5. Documentario de la libertad, año 1823 Tomo I p.13
  6. Eduardo Picón L.: Revelaciones de Antaño. T.II Talleres Gráficos de la Editorial Cvltvra, México. p.104
  7. La parte correspondiente a los "asuntos varios" de la Estadística (folios 47r. al 50r.), los publicó como "Datos curiosos…" en el Nº 42 del segundo periódico "El Eco de Tovar" del 15 de octubre de 1890, con el seudónimo de "Teódulo". Así están reseñados en la Biblioteca Febres Cordero (Nº 091, T314, año: 890)
  8. Alfonso Ramírez: De Tovar quedaran las palabras. Publicación de la Gobernación del Estado Mérida Nº 54. Imprenta Oficial, Mérida - Venezuela, 1986. pp. 25-26


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Néstor Abad Sánchez


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