Con respecto a la reconversión monetaria que se anuncia entrará en vigencia a partir de 2.008, mi humilde opinión es la que se deberá establecer que la menor fracción de nuestra moneda sea el centavo, ya que habrá que abolirse el céntimo porque céntimo y centavo son palabras sinónimas y su significado es la de cien partes de una unidad, el céntimo en Venezuela es algo ficticio, eso nunca existió de manera tangible, por lo que no se puede seguir manteniendo la contradicción de que 100 centavos tenga el valor de cinco unidades monetarias y 20 centavos el valor de una unidad. Nuestro sistema de medición es el decimal y éste debe ser aplicado sin complejidades ni prestarse a confusión.
Por consiguiente, el bolívar fuerte, o el nombre que en definitiva le den a nuestra unidad monetaria, deberá estar fraccionado en 100 partes y cada una de ellas llamarse centavo, y partiendo de allí las otras fracciones monetarias deberán ser: dos centavos, cinco centavos, diez centavos, veinte y cinco centavos y cincuenta centavos. Las otras monedas sonantes y múltiplos de la unidad monetaria deberán ser: las de dos, las de cinco y las de diez.
Es bueno conocer que cuando el viernes negro, llamado así porque fue el día en que el Presidente Luis Herrera Campins, dirigente copeyano, toma la medida que permite la devaluación de nuestro signo monetario, él se inspira en el éxito que obtendrá sobre su compañero partidista Dr. Rafael Cadera al impedirle llegue a la Presidencia de la República en las elecciones a celebrarse en ese Diciembre de 1.983, el Dr. Herrera sabía que aquella medida perturbaría sensiblemente la vida económica del venezolano y conocía que esa primera devaluación sería el comienzo de otras periódicas devaluaciones, sin embargo a él no le importó eso mayor cosa; más pudo su deseo de triunfar en la confrontación que sostenía con el fundador del partido COPEI. Es después de 22 años de aquella medida terrible y desesperada, concebida sobre el rencor que se le tenía a un hombre, que llega el Presidente Chávez y por amor a su pueblo detiene la devaluación del bolívar y fija su cambio en Bs. 2.150 por dólar estadounidense; y un tiempo más tarde y tomando muy en cuenta los beneficios que traerá para Venezuela la modernización de su signo monetario así lo ordena.
Al comenzar a funcionar el Pacto de Punto Fijo el bolívar es devaluado por Don Rómulo Betancourt, de Bs. 3,30 pasa a Bs. 4,30 por dólar, este último cambio se mantiene por 24 años y en todo ese tiempo el bolívar es conocido como una moneda fuerte dentro del ámbito internacional. Nuevamente el bolívar es devaluado cuando el Presidente Luis Herrera no logra imponer como candidato a la presidencia a “Pepi” Montesdeoca, un pupilo suyo, y al no encontrar una mejor fórmula para satisfacer su apetito de venganza contra quien le causa tremenda decepción, decide despertar al monstruo de la devaluación; macabra retaliación que afectó brutamente a todo el pueblo venezolano.
De modo que piense, estimado lector, desapasionadamente y por un breve momento, como estaría Venezuela si esos dos partidos, Acción Democrática y COPEI, destrozados internamente por las apetencias de poder de sus dirigentes, hubieran seguido gobernando el país. Es muy probable que usted se imagine que hoy estaríamos sufriendo el proceso de transformación hacia un Estado Asociado de los Estados Unidos y por consiguiente, no tendríamos una nación libre y soberana; debido a que esos dirigentes apátridas ADECOPEYANOS hace rato la hubieran vendido con sus habitantes incluidos.
La reconversión, o revaluación monetaria, no busca otra cosa que no sea la de devolver a nuestra moneda su fortaleza internacional. De manera que nuestra fuerte moneda será de gran utilidad financiera para Venezuela y los venezolanos, y entonces, tomando para los hombres y mujeres de buena fe las palabras que Simón Bolívar escribe al general Páez el 23 de Diciembre de 1.826, cada quien debe decir: “MI AMBICIÓN ES LA FELICIDAD DE VENEZUELA Y DE LA AMÉRICA TODA, SI FUERE POSIBLE”
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