Indexación Salarial: ¿Mito o Realidad? (II)

Recientemente se ha instalado una mesa de discusión "tripartita", que realmente ha de llamarse bipartita porque los trabajadores no están representados allí. Ese espacio se creó para determinar un método para el aumento de salarios. Mientras estas discusiones se dan en lujosos hoteles con buenos brindis, los empresarios ganan tiempo y ven aumentar sus ganancias y los trabajadores ven cada día más lejos las posibilidades de un ajuste que le devuelva la esperanza y reivindique su poder adquisitivo.

Explicaciones van y vienen para justificar el no aumento, sobre todo y con mucha lógica las basadas en el bloqueo a la economía nacional, como si esas fuesen medidas rasas para empresas privadas y entes públicos.

En la discusión de los salarios, existe en la concepción teórica la noción basada en que los salarios son la remuneración del factor trabajo y las ganancias son la retribución del factor capital. En ese enfoque, los salarios y las ganancias son determinados por la contribución de cada uno de esos dos factores a la producción. Desde la controversia sobre las teorías del capital en 1955, quedó claro que los salarios no se determinan de manera mecánica por la maquinaria económica, o como querían los ortodoxos y fantasiosos, por la técnica de producción y la productividad del trabajo. Pero, entonces, ¿qué fuerzas determinan el nivel de los salarios y de las ganancias?

La respuesta es compleja, pues los salarios y las ganancias son variables sometidas a presiones diversas. Por ejemplo, algunas fuerzas que actúan sobre los salarios son de índole económica. La concentración industrial se mide por la parte del mercado que es controlada por las principales empresas en cada rama de la producción. Esa concentración industrial también mide los niveles de competencia y de poder de mercado en cada industria.

Los resultados son inequívocos, por ejemplo: primero, la concentración industrial en Estados Unidos ha mantenido una tendencia creciente en los últimos tres decenios. Segundo, el aumento en la concentración industrial está correlacionado con la reducción en los salarios. Es decir, el incremento en la concentración de poder de mercado aparece como una de las causas de la caída en los salarios. Lo mismo sucede en Venezuela en los últimos nueve años, mientras se incrementa la ganancia de los empresarios, se reducen los salarios de los trabajadores. En otras palabras, de esa mesa de negociación donde se discute el posible aumento de salario, no saldrá una opción favorable para los trabajadores, pues el resultado dependerá de la fuerza que esta masa organizada tenga para exigir un salario digno.

La masa trabajadora, a través de sus organizaciones de base, debe desconocer a la falsa dirigencia sindical que asumió la vocería, al mejor estilo de la extinta CTV, para negociar y traicionar los derechos de los trabajadores. Vale recordar la máxima "cuando el sindicato y el patrono están bien, los trabajadores están mal". En esas mesas, se perpetúa la idea de que la cuestión salarial se determina técnicamente por las condiciones generales de una maquinaria que se llama la economía. El salario deja de ser una variable eminentemente política para convertirse en pieza mecánica que responde a leyes inmanentes del aparato económico. Y, como gustan machacar los voceros de los poderes establecidos: "hay que respetar las leyes de la economía".

Dentro de la economía venezolana, se han venido indexando al dólar los precios de los productos, bienes y servicios. Las empresas e instituciones públicas no se han quedado atrás, las alcaldías cobran en petros los impuestos, es una manera disfrazada de cobrar en dólares, en el fondo el valor del petro está determinado por el valor del dólar.

Los empresarios devalúan el dólar para aumentar las ganancias, las mismas que se niegan a compartir con los trabajadores. Todo aumenta, menos el salario. Si los ingresos de las empresas e instituciones han aumentado como producto de la subida de precios, lógicamente deben aumentar la recaudación de impuestos. Entonces vale la pena preguntarse ¿a dónde están dirigiendo esos recursos? Si el gobierno vende los dólares a un precio cinco veces mayor al que lo hacía hace un año ¿a dónde ha ido a parar ese flujo monetario? ¿Por qué no se direcciona al aumento de los salarios para compensar la subida de los precios?

Es necesario aclarar que no existen fórmulas mágicas ni de respuestas inmediatas, la solución a la crisis será paulatina, ojalá y su curva de recuperación tenga la forma de la raíz cuadrada, es decir, que después de caer se levante de manera inclinada y luego se mantenga una línea recta en el tiempo.

En este artículo se presenta una serie de propuestas, que son urgentes de tomar para evitar que siga aumentado la crisis y que el crecimiento económico no sea a costa del hambre del pueblo, de tal forma que el estado pueda tener ingresos y cumplir con los trabajadores, porque la indexación no será viable sin recursos para cubrirla:

  1. Sobre el tema de los salarios, deben separarse o diferenciarse las discusiones sobre los empleados públicos, cuyo empleador no tiene los ingresos para honrar la nómina, y por otro lado los trabajadores de las empresas privadas, porque se hace creer que las empresas privadas mantienen los mismos salarios que la administración pública cuando en realidad son mayores, pero aún por debajo de lo que pueden pagar.

  2. Ya ampliamente se ha demostrado que el circulante por concepto de salarios y bonificaciones es menor que el dinero utilizado para la compra de dólares. Siendo esto así: ¿quién produce el otro dinero? La respuesta es obvia, la banca, lo que Alejandro Nadal llamó el paraíso de los fondos prestables, solo que por las particularidades del proceso político venezolano, la banca pública también es generadora de dinero. Es imperativo parar "la maquinita" que, desde la banca privada y pública, genera liquidez. Deben reducirse las opciones de créditos bancarios, y que además no llegan al pueblo, toda vez que la SUDEBAN ha demostrado ser ineficiente en el control de éstos. En términos de la economía, es aumentar nuevamente el encaje legal.

  3. Debe haber un aumento significativo de los impuestos al lujo y al gasto suntuoso: esa realidad que hace contrastar los dos sectores sociales de la Venezuela actual, donde por un lado un 10% de la población está determinando el marcador de precios y sistema social, sobre el otro 90% que no puede consumirlo y es afectada notablemente por los más poderosos, ha hecho que muchos bienes y servicios tengan los mayores valores del mundo.

  4. Los sectores populistas deben abandonar el discurso que el papá estado debe resolver de una vez la enorme crisis social, eso no lo pudo hacer el presidente Chávez con el petróleo a 140$ el barril y tres millones de barriles diarios, más los diferentes créditos que se recibieron. Más bien, cuando asumió el gobierno en 1999, redujo algunos ministerios para así bajar la carga burocrática del estado para poder cumplir con las obligaciones salariales. En consecuencia, no se debe seguir presionando al estado, para que a través de sus instituciones, siga contratando personal, en todo caso debe sincerarse la gran nómina pública, que no asiste ni en un 20% a la actividad laboral diaria como producto de toda esta debacle. Al contrario, debe sincerarse la nómina pública, en la crisis, nos encontramos personas trabajando en varios cargos de los entes públicos y muchas veces no cumplen en ninguna de las partes.

  5. Deben hacer que se cumplan las leyes que obligan la creación de empleos en el sector privado. Por citar algunos ejemplos, tenemos: la aplicación de la LOPCYMAT que obliga a contratar un gran número de profesionales de la seguridad laboral. También, recientemente se aprobó la Resolución 020 del ministerio de turismo que obliga a los prestadores de servicio turístico a crear la unidad de control para la lucha contra la legitimación de capitales, financiamiento al terrorismo y otros delitos, este en un ámbito que involucra a 19 tipos de empresas, que van desde restaurantes hasta las líneas aéreas. En otro ámbito, los centros comerciales o edificios de servicios deben contratar ascensoristas. En fin, suman una importante cantidad de empleos que perfectamente puede asumir el sector privado.

  6. Impulsar el intercambio comercial con Colombia para que, al haber mayor oferta de productos en nuestro país, los productores venezolanos se vean obligados a reducir sus exorbitantes ganancias y hasta optimizar los procesos productivos, así como ofrecer una mejor calidad en sus productos. Ya en este período se nota que muchas tiendas han empezado a bajar los precios en dólares, como supuestas ofertas, ante la caída del consumo.

  7. Nunca es excesivo recordar que el SENIAT debe iniciar una política agresiva para recaudar los impuestos y controlar la gran evasión fiscal, seguimos siendo el país con el menor ingreso de impuestos con respecto al PIB. Los impuestos cobrados y no declarados, simplemente van al consumo suntuoso, a la compra de dólares que presionan su alza y muchas veces no son invertidos en el país.

  8. A pesar de ser una economía muy volátil y frágil, hay que volver al modelo de presupuestos por proyectos, esto obliga a que haya claridad en las fuentes de financiamientos. Esta propuesta contrasta con la idea de emitir dinero para ampliar la masa monetaria y con ella pagar la nómina de la administración pública. Pero también para que alcaldes y gobernadores usen a discreción los ingresos propios en obras para llenar el ego y no las necesidades más básicas de la población o de los trabajadores.

  9. Como la gran productora de divisas es la empresa petrolera, la mayor parte de los esfuerzos deben dirigirse a reactivar ese sector de la economía.

  10. Debe pedirse austeridad desde el ejemplo, ello implica el recorte del gasto público en bienes y consumo suntuoso, optimizar los recursos. Se vivió la crisis y cuando hubo un poco de recursos se volvió al gasto exagerado que no se justifica para un país en crisis.



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Endert Gil Montserrat

Ingeniero Electricista y docente de la UPTAEB-LARA .

 endertgil@gmail.com

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