Todo se remonta cuando Nicolás Maduro pide un crédito a Rosneft, la petrolera rusa, por USD 3,5 mil millones y 51 % de acciones de Citgo, fueron puestas como garantía. En medio de la crisis, el gobierno de Maduro no pagó y los rusos, en pleno gobierno de Donald Trump, quisieron cobrar su acreencia. Estos, que se entendían muy bien con Trump, pidieron que se aceptara que Rosneft, pasara a controlar Citgo.
Lo anterior encendió las alarmas en el "estado profundo" en Washington. ¿Poner en las manos de los rusos una de las refinerías de importancia en EEUU, conectada a los principales oleoductos de ese país y con unas cinco mil estaciones de servicio en la costa oeste? Eso era un problema de seguridad para los norteamericanos. Estos comprendieron que, si Citgo seguía controlada por Maduro, a través de Pdvsa, la seguridad energética de EEUU, estaba a pocos pasos de ser alcanzada por los rusos.
Una muestra de eso, fue el ataque cibernético al oleoducto Colonial, en 2021, llevado a cabo por el grupo ruso REvil.
Cambiar a la directiva madurista de Citgo
¿Cómo sustituir la directiva de Citgo que responde a Maduro y poner otra, pero que esto no genere problemas de demandas por Venezuela, ante la Corte de EEUU?
La orden de que la oposición se abstuviera en las elecciones de 2018, salió de Washington. Una vez hechas las elecciones, se declara a Maduro como ilegítimo. Para el año siguiente, la presidencia de la Asamblea Nacional, le correspondió al partido político Voluntad Popular, dirigido por Leopoldo López. El entonces diputado Juan Guaidó, un cuadro de López, asumió el cargo y enseguida, se juramentó en un acto público, como presidente interino.
Guaidó fue reconocido de inmediato por EEUU, como presidente encargado y después le siguieron otras naciones. Entre las primeras órdenes de éste, estuvo, el cambio de la directiva de Citgo. Maduro demandó en Delaware y obviamente, perdió. Así, la nueva directiva, designada por Guaidó, pero bajo los lineamientos de Washington, ya no era de la línea de Maduro y era un movimiento legal, según las decisiones de los tribunales. En todo caso, Washington pudo echar de Citgo a los funcionarios del madurismo y así evitaba que los rusos, pudiesen tener entrada por esa vía. En contraparte, Caracas respondió deteniendo a ex directivos de Citgo, que eran también ciudadanos estadounidenses.
El rol de Juan Guaidó
Sale el gobierno de Donald Trump, y llega el de Joe Biden. Antes, el "presidente interino", fracasaba en un supuesto intento de derrocar a Maduro. En realidad, el discurso de liberar a Venezuela y volver a la democracia era solamente eso. Trump exigió la liberación de Leopoldo López, lo que finalmente consiguió, aunque opositores y chavistas digan que "se fugó". Comienza la guerra entre Rusia y Ucrania y se aplican sanciones al petróleo de Rusia, lo que deja sin suministros suficientes a Europa. EEUU responde, utilizando sus reservas petroleras estratégicas, hasta que llegan a niveles de 1985, lo que alarma a Washington.
EEUU da un giro y una comisión de funcionarios en la Casa Blanca, negocia con Maduro, una nueva situación para la petrolera Chevron y recuperar la exportación de petróleo hacia EEUU. Recuperar las reservas estratégicas, es una prioridad. La primera muestra de que hay una propuesta para respetar acuerdos, es la liberación de los sobrinos de la "primera combatiente". Miraflores devuelve a la Casa Blanca, a los ex directivos de Citgo, que tenía detenidos.
Al mismo tiempo, los partidos políticos de oposición, relevan a Guaidó de la presidencia de la AN, lo que le hace perder el estatus de "presidente interino". Sin ningún reclamo, Washington "respetó" la decisión, lo que pudo ser una orden. Desde ese momento, estaba claro, que el rol de Guaidó había terminado. El cual no era exactamente, crear condiciones para un "cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres".
"Business is business"
No se puede considerar que el G3, haya traicionado a Guaidó. Hay una negociación en desarrollo y muchos dirigentes opositores lo saben, sean radicales o moderados, pero sencillamente no tienen otra opción que seguir las instrucciones.
Allí está Chevron, colaborando con la estabilidad del gobierno de Maduro. Inyectando divisas de la venta del petróleo a la banca privada, lo que contribuye a que el dólar se mantenga estable, desde el pasado mes de febrero, cuando comenzó a aumentar el flujo de barriles hacia EEUU. Obviamente, los opositores al madurismo, no se refieren a esto, ni lo critican, puesto que no pueden ir contra sus jefes. Muchos millones a través de USAID, durante la "emergencia humanitaria", son suficientes para que guarden silencio.
Allí está el embajador James Story, mandando a los dirigentes de oposición, a inscribir personas en el CNE, a "este CNE", para ira a unas elecciones, "con Maduro en el poder". Pero ninguno de los dirigentes políticos del G3, es capaz de refutar a Story, ni llamarlo "colaboracionista", "vendido" o "alacrán".
Está visto que Guaidó, será recompensado por los favores hechos. Se tiene que reconocer su audacia para meterse en asuntos de ese tipo y exponerse junto a su familia a reacciones que pudieron ser terribles. Para muchos, que se creyeron la historia de la liberación, Guaidó fracasó para producir un cambio, pero ese no era el trabajo que le encomendaron. Aunque muchos chavistas exigieron a Maduro, de por qué no detuvo a Guaidó, pues sencillamente, no podía hacerlo, porque en el madurismo entendieron la otra parte del juego. Ahora que Miraflores y la Casa Blanca negocian sobre el petróleo, el rol del exdiputado, ya no es necesario.
Rumbo a las elecciones para legitimar un nuevo presidente
Ahora, vienen las elecciones. Después de la reunión en Colombia, al madurismo le dieron una lista de acciones para que haga y así poder destrabar más sanciones. Lo cierto es que ahora, para Washington, las elecciones presidenciales de Venezuela, son una prioridad, y mejor, si son adelantadas. Una vez hechas, eso les permitirá decir, que ahora hay un gobierno legítimo, con el cual, el flujo petrolero hacia Washington, tendrá que aumentar de manera significativa, segura y estable y sin sanciones. Gane quien gane las próximas presidenciales, tendrá que asumir una transición, a colaborar para que la estabilidad y la seguridad regresen a Venezuela. Los neo-cons apoyarán a quienes demuestren que pueden hacer eso.