I
Dado el golpe militar del 18 de octubre de 1945, se constituyó una Junta de Gobierno, con fuerte presencia del partido Acción Democrática (AD), la preside Rómulo Betancourt y la integran además, Gonzalo Barrios, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto Figueroa- todos de AD), el mayor Carlos Delgado Chalbaud y el capitán Mario Ricardo Vargas –por el sector militar y Edmundo Fernández. Este último, según distintas versiones, provenientes de los actores principales que lo repitieron por años, había actuado de intermediario entre los militares por alzarse y el partido ahora en el gobierno.
La nueva administración cívico-militar toma una serie de medidas con cierto aliento popular como, promulgó un estatuto electoral, destinado a aplicarse para las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente que se proponía convocar, en el cual estableció el sufragio universal, directo y secreto, para los venezolanos mayores de 18 años y de ambos sexos. Esta conquista, sobre todo la del voto universal y directo para escoger las autoridades, como la incorporación de la mujer al ejercicio de ese derecho, constituyó un fuerte golpe a quienes defendían al régimen anterior; el cual se negó persistentemente a ese reclamo. Recordemos que el régimen electoral anterior, no permitía la elección presidencial y de senadores de manera directa, sino que esos funcionarios se escogían en elecciones en otras instancias; los senadores por los munícipes y el presidente por el congreso.
También que votaban sólo los del género masculino, mayores de 21 años y que supiesen leer y escribir. Eso implicaba negarle el derecho a votar a más de las dos terceras partes de los ciudadanos que deberían ejercerlo.
Una de las razones esgrimidas por la oposición a Medina, sobre todo quienes fundaron el partido AD, fue la persistente negativa del gobierno a asumir medidas de esa naturaleza y en elecciones de segundo grado.
Fundamentándose en el estatuto electoral mencionada antes, el 27 de octubre de 1947, se celebraron las elecciones para los miembros de la Asamblea Nacional constituyente, en las cuales participaron los partidos políticos con sus respectivas planchas y el uso de tarjetas de colores para facilitar el acto electoral de los analfabetas. En ellas participaron los partidos AD (Acción Democrática), Copei (Comité de Organización Electoral Independiente), PCV (Partido Comunista de Venezuela) y URD (Unión Republicana Democrática).
Los resultados electorales otorgaron a AD 107 representantes, para Copei 19, PCV 2 y URD 2.
El 17 de diciembre del mismo año se instaló la Asamblea Nacional Constituyente, la cual quedó presidida por el poeta Andrés Eloy Blanco y el 18 del mismo mes, esa Asamblea ratificó y legitimó la Junta de gobierno surgida del golpe del 18 de octubre de 1945.
Hablamos de legitimación porque un acto popular, con las características de las elecciones de octubre de 1947, otorgó a la Asamblea Nacional, poder constituido por ese medio, la facultad para tomar las decisiones que hubiese sido necesario, como promulgar una nueva constitución y eso, fue un acontecimiento progresista, sin antecedentes en la historia nacional. Aunque esto no se pueda utilizar para justificar el golpe de octubre de 1945 o la mal llamada "Revolución de Octubre", porque ella también rompió un proceso pacífico que avanzaba y dejó mal precedente para los acontecimientos posteriores que sirven al mismo tiempo para tomarles en cuenta en la hora actual.
Esa nueva constitución emanada de un poder constituido por el Poder Popular, incorporó lo correspondiente al Estatuto Electoral antes 37 aprobado. Lo que democratizó en cierto modo al Estado e hizo depender la soberanía en el voto popular.
Es decir, parió la democracia representativa. Así nace la "Constitución de los Estados Unidos de Venezuela", consecuente con los viejos principios del federalismo y la Guerra Federal, aunque en mayor medida sólo en algunos formalismos.
Si bien hoy cualquiera pudiera sin duda cuestionar la democracia representativa, que sigue vigente, pese lo definido como participativo y protagónico en la constitución ahora vigente, que no pasa de ser una formal definición, en aquel momento fue una definición y práctica fundamental y progresista.
Esa Carta Magna de 1947, producto de una Asamblea Nacional Constituyente donde se dieron largos y sesudos debates entre los representantes de los partidos AD, COPEI, URD y PCV, entre otras cosas plasmó lo siguiente: Art. 53.- "Le educación es una función esencial del Estado. Se ratifica aquí el principio del Estado Docente, conquista popular, progresista y hasta revolucionaria, en la cual hubo mucho de la contribución de Luis Beltrán Prieto Figueroa. Asunto sobre el cual se debatió intensamente en la Asamblea Nacional Constituyente entre factores del gobierno y PCV contra la representación del Partido Social Cristiano.
Art. 79.- La soberanía reside en el pueblo, quien la ejerce mediante el sufragio y por órgano de los Poderes Públicos.
Art. 81.- Son electores todos los venezolanos hombres y mujeres, mayores de 18 años.
Art.-192.- El presidente será elegido por votación universal, directa y secreta. Los tres artículos citados anteriormente producen un cambio sustancial del cual ya hemos hablado antes; lo que significó la derogación de las elecciones de segundo grado para la presidencia de la República, funcionario que anteriormente surgía de la votación del Congreso Nacional.
El artículo 93 de aquella constitución señaló que las "Fuerzas Armadas Nacionales constituyen una institución apolítica, esencialmente profesional, obediente y no deliberante; y se organizan para garantizar la defensa nacional, mantener la estabilidad interna y respaldar el cumplimiento de la Constitución y las Leyes". Bajo el amparo de esta nueva constitución, el 14 de diciembre de 1947, se elige a Rómulo Gallegos presidente de la república, cargo que asumió el 15 de febrero del año siguiente.
En aquel debate, por iniciativa del Ministro de Fomento, Juan Pablo Pérez Alfonzo, quien más tarde será uno de los promotores y fundadores de la OPEP y llegó a asumir posiciones muy vanguardistas y nacionalistas en materia petrolera, logró se aprobase la política de no más concesiones a las empresas extranjeras del sector y el 12-11-1948, la fórmula del 50 y 50 (fifty-fifty) para repartir en partes iguales el excedente del petróleo, entre las transnacionales y el Estado. Lo que aspiró Gumersindo Torres y costó que Juan Vicente Gómez le destituyese, se hizo realidad en esta etapa.
Es digno de resaltar, al momento de juzgar los hechos posteriores, que aquellas propuestas obtuvieron el elevadísimo porcentaje del 74.4% de los votos
Por medidas como esas, el gobierno de Estados Unidos prestó su respaldo, a pocos meses de haber asumido Gallegos la presidencia de la república, a un grupo de militares encabezados por Marcos Pérez Jiménez, para que el 24-11-48, lo destituyesen violentamente. Le expulsaron del país, en ropa de dormir, como hace poco a Zelaya y, a Pérez Alfonzo, llevaron a la cárcel por largos meses para luego darle el mismo destino del autor de "Doña Bárbara", sólo por haberse atrevido a defender el interés nacional. Sólo eso fue un pecado o "delito" para hacerse acreedor a aquella pena. No obstante, lo que dijimos en otro anexo sobre el gobierno de Medina, creemos necesario hacer aquí alusión algunas de sus ejecutorias, que pudieron determinar el fácil respaldo de EEUU dado al grupo golpista de Pérez Jiménez y Betancourt. Alusión que tiene que ver completamente con el asunto petrolero, tomando en cuenta que, en fin hasta ahora mismo, para los gobernantes de ese país y sus grandes capitalistas, Venezuela sigue siendo sólo un pozo petrolero alrededor del cual danzan "inocentes criaturas sin alma".
Sobre el gobierno de Medina, en la historiografía del pasado y del presente, sobre todo aquella elaborada por la izquierda, todavía se discrepa. Tal como nosotros decimos en otro anexo de este texto al comentar ligeramente sobre el mismo, en otras palabras: "Entre la Gran depresión de los años treinta y el período posterior a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se abrió una brecha para que muchos países periféricos buscaran experiencias propias de desarrollo", como afirma Luciano Wexell, en "Economía Venezolana (1899-2008)" de Editorial El Perro y la Rana, en la página 49. No hay duda que Medina y sus asesores, percibieron la coyuntura y hasta hablaron de "Sembrar el Petróleo", frase generalmente atribuida a Arturo Uslar Pietri, pero al parecer original de Alberto Adriani, quien había sido Ministro de Agricultura del gobierno de López Contreras y con quien el autor de "Lanzas Coloradas" tuvo estrechos vínculos.