Tenía programado enviar un trabajo diferente a este, pero por ver lo que ahora acontece, lo mismo desde hace cierto tiempo atrás, opté por redactar este como de emergencia para advertir y criticar a la página.
Es posible que lo que acontece, tenga sus explicaciones, pero todo problema tiene solución y además es explicable, de manera que la gente conozco los motivos de determinadas conductas. Uno espera que por hacer esto, nuestros amigos de Aporrea no asuman la misma conducta de quienes han satanizado la crítica, como tomar de enemigos a quienes esta practican, como ignorar este reclamo o mal interpretarlo y a uno calificar de enemigo.
Llevo 16 años escribiendo en esta página y estoy por alcanzar la alta cifra de 3000 artículos publicados, sólo me faltan 50, lo que pese mi avanzada edad, creo poder alcanzar. Según lo que sé, revisando periódicamente los archivos, quien más se me acerca en ese sentido, es mi amigo José Sant Roz, quien ahorita llega a los 2473 artículos.
En esa página siempre me he sentido a gusto y con ella comparto muchas cosas. Como, en buena medida, su línea editorial y su amplitud para darle cabida a todas las corrientes de pensamiento. Pese en su definición, alguna gente crea verla sectaria, cerrada y negada a aceptar la discrepancia. Asunto este que he tenido que aclarar a muchos.
El bloqueo del cual ha sido objeto por años desde los medios oficiales lo hemos denunciado y condenado consecuentemente. Eso lo he considerado un deber.
Es decir, soy un amigo sincero de esa página. Pero eso no niega que deba hacerle sus críticas, pese las dificultades que sufre la hagan víctima de cosas y comportamientos ajenos a la mentalidad de quienes la dirigen y manejan.
Pero desde hace algún tiempo vengo observando cosas extrañas que, en este momento, me obligan a comentar con la sana intención de contribuir a hacer las correcciones necesarias.
Lo primero que quiero llamar la atención es un asunto que hemos comentado entre amigos y escritores de la página. Como que hay quienes sin los méritos y prestigio de un Luis Britto y además tocando temas que sólo interesan a un pequeño universo, como la caída del ala izquierda de un viejo palacio regional, en cosa de minutos, llega arriba, al espacio de los "más leídos". El propio Luis Britto, pese escriba sobre un asunto de interés general, no logra esa hazaña. Debe esperar el ritmo y tiempo habitual para estar arriba. Por lo que hemos pensado que allí hay algo anormal, un "gato encerrado" y hasta hemos imaginado la existencia de redes de tuiteadores, para no culpar a la dirección de Aporrea, de lo que acontece, dado lo anormal. A esos personajes les admiro, no por lo que escriben, tema o estilo literario, sino por la rapidez con que corren.
Lo segundo es que hay quienes al llegar arriba, como está aconteciendo hoy, pese se les pasó el tiempo, pues han debido irse a las 12 pm y unos minutos, todavía a esta hora, las 4, 15 p.m., permanecen. Ha sucedido, en varias oportunidades, como sucede hoy, que debiendo haber modificado la página a determinada hora, la dejan estacionada y a quienes vienen detrás y debieron subir, no le brindan esa oportunidad para llegarles a más lectores. Supongo, de la mejor buena fe, que esto pudiera suceder por las dificultades económicas que debe estar sufriendo la página, pero hay que adoptar un proceder equilibrado que no afecte a nadie y menos a quienes sí, como el suscrito, de manera consecutiva.
Seguramente, lo digo así porque viene sucediendo desde hace varios días, quizás más de un mes. Por ejemplo hoy, bien pasadas las 4 p.m., mi trabajo, que debió subir, ya no lo haga, porque quienes debieron irse desde las 12 pm, allí siguen. De los 6 trabajos que ahorita, a las 4.33 pm están arriba, 4 debieron irse a la 1 pm a más tardar.
Y me llama la atención que, a algunos colaboradores, entre esos yo, nunca nos brindan ese beneficio y al contrario, hasta nos sacan antes de tiempo. Por ejemplo, hoy en la página de Aporrea a la que suelo acceder por el teléfono, donde mi trabajo estaba entre los 8 más leídos desde temprano, en lugar de subirlo, ya lo sacaron antes de la hora, antes de las 4.32 pm cuando eso debió suceder. Debí salir a las 4.32 pm y me sacaron antes de la 4 p.m
Tengo una larga lista de trabajos de la vieja política, de la historia reciente por publicar, pues como dije quiero llegar a los 3000, pero ante esta circunstancia que comento, comienzo a dudar si debo usar Aporrea para eso. Dado que el trato que observo me incomoda. Espero unos minutos para confirmar que esta vez, me vuelven a negar la posibilidad de subir al espacio de los 6 más leídos, viendo por la computadora para enviar esta protesta y llamado a los amigos de Aporrea a hacer las correcciones debidas.
Por la pantalla del teléfono, como ya dije ya no subiré, pues me sacaron antes de tiempo.
Espero una explicación, aunque sea de manera privada, pues percibo como una actitud o gesto dirigido a un pequeño grupo, entre los cuales me incluyo. Casualmente, mientras esto escribía, un amigo, quien también escribe para Aporrea y allí ha tenido buenas relaciones y con quien he comentado y él me ha comentado sobre el primer asunto, el de aquellos que suben como la espuma, pese traten asuntos de poco interés para la generalidad del público, me llamó para hacerme el mismo comentario que ahora hago. Pues él, no sólo observa la irregularidad, sino también es víctima de ella.
Pareciera que lo que acontece envuelve o afecta a algunos y no parece azaroso.
Como creo en lo que dije al principio de Aporrea, el reconocimiento que de la página hice, espero que esto sea publicado, pues quiero, como que también me sigan publicando, por lo menos llegar a los 3000 artículos, pero más que eso, espero se hagan las correcciones debidas.
Al terminar de redactar esto, son las 4,47 p.m. y quienes debieron irse a las 12 pm y unos minutos, siguen arriba. Y dada la hora, me atrevo a asegurar, ya no subiré, como que, ya lo dije, en la página que accedo por teléfono, antes de las 4 pm., antes de tiempo, ya me habían sacado de los 8 más leídos, en lugar de subirme al espacio de los 6.