La juventud adeca guardaba tantas simpatías por el PCV como rechazo por COPEI
Por la caída del gobierno del novelista Rómulo Gallegos – quien sucedió a Betancourt al ganar las elecciones -, según algunos comentaristas, en URD y COPEI, no sintieron incómodos y hasta se habló de "colaboraciones solícitas con el nuevo gobierno".
Esa pugna entre 1945-48 y la conducta oficialista de no apoyar en las elecciones de 1952 ninguna de las candidaturas opuestas al dictador –candidaturas de Caldera y Villalba -; línea impartida desde el exterior por los comandos presididos por Betancourt, hicieron más hondas las diferencias entre esos sectores democráticos de Venezuela.
En cuanto al PCV, desde un primer momento, la dictadura le dio el mismo trato que a los adecos (o viceversa); les ilegalizo e inició contra ellos la más cruel represión habida en Venezuela.
La conducta de URD, desde el gobierno de Medina, hasta los gobiernos de Betancourt y Gallegos, pasando por sus instantes de frialdad ante la dictadura, calificados de coqueteos por los adecos, hicieron más hondas las grietas que ya separaban a ambas tendencias; y el odio se heredó a las nuevas generaciones.
Para 1958, los jóvenes adecos, guardaban sin muchos ocultamientos, rencores contra la gente de URD, tanto como simpatías fraternales por el PCV. Mientras tanto, en el seno de URD, se fortalecía y crecía una tendencia juvenil que veía con desconfianza a Betancourt y su gente, pero ponía interés y confianza en los nuevos voceros adecos, como Domingo Alberto Rangel (DAR), quien desde la prensa caraqueña exponía sus puntos de vista con brillantez y visión diferente a la de la vieja guardia. También en URD tomaban su propia personalidad en 1958, fuerzas provenientes del viejo Partido Revolucionario Popular(PRP), un ala surgida del PCV en la década del cuarenta, entre cuyas figuras podríamos mencionar a Luis Miquilena. Pero también no mucho tiempo después se perfiló una tendencia izquierdista, dirigida por José "Cheíto" Oropeza y Víctor José Ochoa, particularmente en el seno de la juventud.
Es decir, por razones que señalaremos después, como una respuesta a "Punto Fijo", el pacto a tres que excluyó al PCV, comenzó a gestarse un nuevo cuadro político. Del otro lado, y todavía subterráneo, se va engendrando un mayor acercamiento entre el PCV, las fuerzas que en AD se llaman de izquierda y el llamado sector progresista de URD. Para ser más precisos, recordemos que este mayor acercamiento tiene sus antecedentes en la lucha clandestina y sobre todo, en los meses finales de la dictadura; pero después de 1958 toma también el carácter de una respuesta a los viejos líderes democráticos.
En cuanto a COPEI, pese a las opiniones ya comentadas de Valmore Rodríguez, uno de los voceros más calificados de AD en la década del cuarenta y muerto en el exilio, las informaciones que hemos aportado en cuanto a la conducta de ese partido durante los gobiernos adecos del 45 al 48 y al odio manifiesto que por años separó a ambas organizaciones, hay antecedentes que permiten encontrar tempranamente el ánimo y el deseo de entendimiento que había entre sectores de esos partidos, como también lo había entre gente de URD.
Bajo el mandato de Betancourt en el trienio 45-48, el Dr. Caldera, siendo bastante joven, fue designado por el jefe del Poder Ejecutivo, Procurador General de la Nación. Y precisamente a él, le correspondió darle el visto bueno a los famosos juicios de peculado que envolvieron a los expresidentes Medina Angarita, López Contreras y al Dr. Arturo Uslar Pietri. Como ya dijimos antes.
Esto explica que, en discurso de instalación de COPEI, en enero de 1946, cuatro meses después que Betancourt tumbó a Medina, con el apoyo militar, dijese el jefe copeyano de la manera más diáfana:
"Y ese sentimiento como la mayor parte de los sentimientos humanos, tenía un aspecto dual: una inquietante angustia, y un profundo optimismo traducido en el júbilo popular más intenso que esperarse pudiera, y que no se atrevieron a negar ni aún aquellos que en las propias horas en que se rendía el Presidente, todavía vilipendiaban a los héroes de la democracia venezolana, que habían jugado su vida, su honor y la tranquilidad de sus familias en una aventura decisiva". [1]
Estos elogios estaban dirigidos a quienes participaron en el movimiento que destituyó a Medina y "promovieron lo que dieron en llamar Revolución de Octubre". Es decir, estaban dirigidos a Betancourt, los adecos y a "la gloriosa juventud militar", como se calificó al grupo castrense que se confabuló con Betancourt, dentro del cual destacaba Marcos Pérez Jiménez.
En ese mismo discurso, el Dr. Caldera, emite conceptos acerca de la conducta que debía prevalecer en la sociedad venezolana, como crítica al gobierno de turno, pero que lo acercan al pensamiento íntimo del señor Betancourt y que guiará a éste más tarde, cuando regrese del exilio.
Del discurso de Caldera en 1946 se sacó parte esencial del programa de gobierno del Pacto de Punto Fijo
Dijo Caldera:
"El industrial no puede desarrollar sus proyectos, el agricultor, el criador, el comerciante no pueden encontrar confianza en sus actividades; el profesional no puede logra el cumplimiento satisfactorio de sus propias e individuales preocupaciones, si existe un orden político alterado, que utiliza los recursos nacionales para el sostenimiento de una camarilla, para el enriquecimiento de los favoritos y para la tergiversación de las obligaciones administrativas".[2]
Este fragmento, bien pudiera entenderse como una crítica dual; contra el gobierno de Medina, sobre todo en la parte que hace referencia al manejo de los recursos del Estado ("enriquecimiento de los favoritos") y contra AD, por el clima de agitación y movilización de masas que practica ese partido, que llegó al poder liderando las aspiraciones populares y con un respaldo cuantioso, hasta donde era posible, del movimiento obrero y campesino. Pero por encima de las críticas, contiene una definición que es también – ya tranquilos y sensatos – del gusto de la social democracia que construirá Betancourt en la parte inicial de la década del sesenta.
Y agregó Caldera:
"La democracia no puede existir con un solo partido. La democracia no puede existir sin el libre juego de las opiniones. La democracia no puede existir si acecha a cada a cada uno de nosotros la preocupación de que agruparse, de que expresar nuestras convicciones es exponernos a insultos, es exponernos a la agresión de quienes tratan de sembrar un ambiente fatal para la democracia venezolana".[3]
En esta parte caldera hace un reclamo contra la conducta de un sector de AD a quien por años, copeyanos y urredistas, acusaron de sabotear toda manifestación oposicionista.
Luego dijo:
"Es necesario que el obrero y el patrono discutan sus problemas, pero en un ambiente de serena tranquilidad".[4]
Para 1958, el contenido de las frases anteriores será parte esencial del programa de gobierno del "Pacto de Punto Fijo".
El 24 de noviembre de 1948, se produce el derrocamiento del Presidente Rómulo Gallegos, militante del partido "Acción Democrática". En esa oportunidad, "Gallegos señaló la presencia de un agregado militar de potencia extranjera en ajetreos de cooperador y consejero en uno de los cuarteles de Caracas".[5]-[6]
Aparte de la experiencia vivida por Gallegos y por él denunciada, hay otra que han asimilado nuestros políticos tradicionales y es "que su permanencia en el poder depende de la benevolencia con que los miren los círculos de la economía privada".[7] Y aprendieron también que éstos reclaman su participación directa en los asuntos del gobierno, así "derrocada AD, el clan Mendoza se integra a la dictadura por medio de Gerardo Sansón en el MOP y caído Pérez Jiménez, aparece el propio Mendoza en la Junta de Gobierno, acompañado de Blas Lamberti".[8]
Estos conceptos, estas opiniones, son emitidas por quienes formaron parte de la llamada izquierda a,deca, lo que revela la predisposición de ellos, válida o no, contra la vieja dirección y en lo que justificarán en parte sus conductas posteriores, antes y después de salirse del partido blanco. E insistirán en denunciar como, cuando el señor Betancourt, en el año 1958, integra su gobierno, aparecerán en el gabinete, además de gente de COPEI y URD, voceros de los grupos económicos como José Antonio Mayobre, Andrés Germán Otero y otros. El Dr. Caldera, de conformidad con lo establecido en "Punto Fijo", será presidente de la Cámara de Diputados.
Ese reagrupamiento que se va a producir después que el señor Betancourt toma posesión de la presidencia de la República, que estrechará más a un sector de AD, el encabezado por el presidente y COPEI, significativas figuras de URD y de la economía privada, por un lado y del otro, la confluencia de miembros del sector juvenil urredista, encabezado por José "Cheíto" Herrera Oropeza, el PCV y la izquierda adeca, tuvo otros antecedentes interesantes en la década del cuarenta, bajo gobierno adeco. En una oportunidad, ante una proposición del joven diputado adeco Domingo Alberto Rangel (DAR), destinada a promover la discusión de las Leyes de Banco y del Banco Central, AD y COPEI, caso insólito para ese momento – ambos partidos se tiraban a muerte -, votaron en bloque contra aquello. También votaron contra una proposición comunista que aspiraba se reformara la Ley del Trabajo para "contener violaciones por parte de las petroleras".[9] Y los dos partidos se acordaron para que se instalase en Venezuela una Misión Militar Norteamericana[10]
[1] Caldera, Rafael: Discurso de Instalación de COPEI. 1946
[2] Caldera, Rafael: Discurso en la Instalación de COPEI. 1946
[3] Ídem
[4] Ídem
[5] Gallegos se refería al Agregado Militar de la Embajada de los Estados Unidos.
[6] Una vez más se demostró, que en aquella época la estabilidad de un gobierno en América Latina dependía, en gran medida, del apoyo que se tuviese en el departamento de estado Americano. No obstante, años más tarde, el señor Betancourt, negro lo afirmado por Gallegos y dijo que "creyese en la participación del gobierno norteamericano en los sucesos del 24 de noviembre, lo diría.
[7] Moleiro, Moisés :El Partido del Pueblo"
[8] Ídem
[9] Ídem
[10] Ídem.