Para este 21 de junio se anunció una rueda de prensa del Partido Verde en apoyo al presidente Maduro, de un señor llamado Hendrick Rangel, que funge como coordinador nacional. Ya habíamos visto un acto de Héctor Rodríguez donde anunciaba la creación del Partido Verde, en ese momento pensamos: "otro Somos Venezuela más". Y así era, otra tarjeta más a favor de maduro para las elecciones. Antes hubo un Somos Venezuela, un partido madurista limpio de socialismo hecho para atraer a los no socialistas, luego se inventaron un PCV madurista condescendiente con Fedecámaras, y ahora el Partido Verde de Venezuela (imagino que financiado por Gold Reserve, Barrick Gold y otras empresas del ramo, a fin de pintar de verde la devastación que han dejado minas como Las Cristinas; para pintar de verde la explotación minera en Bolívar y Guayana, gobernada y protegida por los militares que poco les importa si existe o no un Partido Verde en Venezuela).
Eco-socialismo, Partido Verde, Somos Venezuela, PCV-psuv, Ariel, Colgate, Nestlé, son la misma cosa, son marcas comerciales que sirven para vender basura. De este tipo de engaños está hecho el capitalismo. El PSUV, un partido que ha podido ser grande con solo estimular y divulgar la verdad, que ha podido llevar la crítica a niveles de gran método para enfrentar la tarea (titánica) de hacer una revolución espiritual, personal y social en este país, hoy funciona como una marca comercial, como un registro mercantil con el cual algunos compran y venden favores y sus clientes hacen carrera .
La lógica del capital está basada en una mentira, una ilusión de felicidad para pendejos, y en privilegios para unos cuantos. En la crisis económica financiera del 2008-09 los gobiernos capitalistas del mundo y los bancos, para salvar al sistema y con él a los mismos bancos, hicieron cargar el costo de sus trampas, de todas sus pérdidas, a miles de familias que quedaron sin casas y sin empleos, para salvar un sistema basado en una gran mentira y en libertades para los poderosos. Hoy el gobierno de Maduro hace lo mismo, carga el costo social de un sistema económico basado en la anarquía capitalista y la corrupción a los trabajadores, pensionados y jubilados, le cobran la quiebra de PDVSA y del país a los obreros, campesinos y a las personas más pobres. La lógica es la misma. No hay manera de que el modelo chino o el ruso, siendo capitalistas los dos, se comporten de otra manera.
Si El Aissami estafó al Estado, y con el permiso del gobierno se robó el dinero de los trabajadores y de toda la sociedad, el gobierno capitalista de Maduro no puede sacrificar la lógica que fundamenta su sistema entregando a la justicia a su gestor principal. Caen los más "bolsas", pero los administradores principales no. El Aissami no está solo en esto, con él está comprometido todo el sistema que avala el gobierno de maduro.
Por más "pranato" que sea el gobierno de maduro, el sistema los desborda. Al final maduro y sus cómplices cedieron, por intereses personales, a favor del capitalismo, sin tener que disimular más con la imagen manipulada de Chávez y hablando de socialismo, ahora persiguen a los dirigentes obreros y los desaparecen, y acuerdan en diálogos y en secreto y solo con la derecha y el capitalismo.
El modelo chino
De esta manera el discurso de los dirigentes maduristas, desde aquel de la "burguesía revolucionaria" de Castro Soteldo hasta hoy, ha sido, cada vez, más descarado. Después de años hablando de un "nuevo modelo económico", ahora admite sin pudor que su modelo es el "modelo chino", nada diferente al capitalismo occidental. Ya no hablan de socialismo sino del "modelo chino", pero no dicen del costo social que ha tenido el desarrollo capitalista en la misma China, o de la mecánica con la cual se expande China en el mundo, indiferente a la política. Igual pasa con los rusos.
Los rusos tienen un conflicto con Europa y los Estados Unidos, que prefigura las mismas razones que dieron lugar a la primera y segunda guerra mundial: la expansión capitalista y el control de los mercados. En ese conflicto no se ha hablado hasta ahora de cambios al "modelo de producción" o de distribución de la riqueza o de reducción de las emisiones CO2, solo se muestra una pelea de poderes, la alineación de los países pequeños en dos bandos: los llamados BRICS enfrentados a la hegemonía del otro grupo y la OTAN.
Que el gobierno de Venezuela esté pendulando de un lado a otro de estos dos polos, sin una estrategia política clara, sin un compromiso con la sociedad y verdaderamente socialista, no lo hace muy inteligente, siempre estará al servicio de algún capitalismo, sin autonomía, sin soberanía sobre sus decisiones y recursos. Venezuela es relevante dentro de ese conflicto si marca su autonomía, si se hace verdaderamente socialista. De resto, su importancia se debe al petróleo, a sus recursos mineros, a las reservas de agua potable…, inclusive, como un "punto estratégico" en el conflicto bélico intercapitalista, como un "aliado militar".
En Venezuela, en las próximas elecciones cada uno de estos bandos tendrá su candidato, EUA a María Corina Machado o cualquier otro, y Rusia y China a Maduro, no obstante, mientras sirva a sus intereses políticos y económicos, les resulta indiferente si Maduro es capitalista, fascista, un demagogo, si se proclama príncipe o tirano, si a lo interno miente o engaña a su pueblo. Las contradicciones son elocuentes. A diario se leen en las noticias los apoyos incondicionales de Lula, de rusos y chinos, a Maduro, a Ortega, a Honduras, a el Salvador, a Colombia, a Cuba, a quien sea, sin mirar a lo interno lo que pasa en esos gobiernos y países, sin son más o menos capitalistas, si se proclaman socialistas, tiranías, democracias...
El capitalismo vuelve por sus espacios y privilegios, y frente a esta realidad, los maduristas amalandrados, débiles de espíritu, dejaron de disimular; o se comprometían con las causas obreras y campesinas, con las rebeliones socialistas, o los machacaban. Ellos han optado por enfrentar sin cortapisas las causas de los desvalidos, "sin complejos" (como diría maduro), sin disimulo, llamando traidores y persiguiendo a sus "compañeros de clase"; insultando, descalificando a los chavistas críticos a "calzón quitao".
Cuando el descaro ha vencido hasta el disimulo estamos (hace rato) en el terreno del fascismo.
¡NO AL FASCISMO!, ¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!