Ahorita mismo, jueves 20 de julio, a las 10 a.m., hora de Venezuela, busqué en "El País" de Madrid, información acerca de la reunión habida en Bruselas, entre Gerardo Blyde por la oposición y la Vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez y no hallé nada. Es más, puse una nota en el buscador, de manera que me diese cualquier información sobre ese acontecimiento por intermedio de ese diario, aunque fuese de días atrás y extrañamente no hallé nada.
Mi empeño en usar la información que me diese el diario madrileño, está sustentada en la idea que siendo ese el origen, me sería más útil para sustentar lo que expondré. Pues sería ella una fuente, sin duda alguna, parcializada por la oposición extremista de Venezuela, la que a esos eventos acude y es invitada, como si no hubiese otra y eso me ahorraría esfuerzos para explicar determinadas circunstancias.
No obstante, es bueno tomar en cuenta, sin importar la fuente, que a esa reunión concurrieron aparte de la representación del gobierno venezolano, los de Argentina, Brasil, Colombia y Francia. Y algo muy significativo, estos fueron sus respectivos presidentes, Alberto Fernández, Lula Da Silva, Gustavo Petro y Emmanuel Macrón. Además estuvo el señor Borrell, de la UE, que es como decir, la OTAN y hasta más escueta y claramente, el representante de EEUU, "manque ponga", como decimos los cumaneses. Por la oposición, estuvo el mismo de siempre, el señor Gerardo Blyde, quien suele asistir a esas reuniones, firmar acuerdos y con su cara muy limpia volver, volver, volver, sin haber cumplido con lo acordado anteriormente a acordar lo mismo, habiendo en Venezuela una oposición muy grande que no lo ha nombrado para eso.
Es perentorio destacar la falsedad o incongruencia con el cuadro político venezolano, como se toma a ese pequeño sector, aunque poderoso por el apoyo del capital y de factores extranjeros del cual dispone y lo que avala su agresividad y desafío a la legalidad venezolana, como genuino representante del mundo opositor venezolano.
Lo novedoso de esto es que ahora hay una amplia representación suramericana y además de personajes progresistas, como Fernández, Lula y Petro. Pero también está Macrón, el presidente de Francia, quien en los últimos meses, en verdad desconozco los motivos, pero no deben ser muy loables, se ha mostrado interesado en este asunto.
Aparte que vuelve de nuevo como mensajero por la parte opositora venezolana extremista, que se asume y es hasta aceptada como la única oposición, dándole valor un falso al discurso, el señor Blyde, quien no tiene rango ni peso para ser intermediario, ni su firma valor alguno, es digno de mencionar que el dueño del circo, el gobierno de EEUU, quien ha impuesto las sanciones, financia y maneja a esa oposición, no está presente. Lo que desde ya, por lo acontecido anteriormente, uno está ganado para creer que allí, pudiera acordarse lo mejor para intentar normalizar la vida venezolana, pero la decisión, hasta en contra, se tomará en otro espacio, el que todo el mundo sabe.
Borrell, eso no es complicado entenderlo, no es sino un mensajero. Por supuesto uno. que maneja diversas cartas, sabe que el citado personaje tiene un mapa muy grande y bien pintado, fundamentado en los acuerdos de EEUU con los demás miembros de la UEE, que no gozan de mucha libertad. Por lo anterior, sabemos que el "poder" de Borrell, tiene un límite. Pues las sanciones las ha impuesto y determina el gran país del norte, cuyo gobierno, de manera muy deliberada, no asiste a esas reuniones, precisamente para mantener la libertad de desconocer lo acordado allí si no es de su gusto.
El señor Borrell, es algo así como un Blyde pero de mayor rango. El venezolano está allí para cubrir las apariencias y porque sin duda, es lo elemental, maneja mejor los detalles y además para darle cierto valor moral a la reunión, como vendernos la idea que respetan nuestra soberanía, tanto que allí acude, en representación de la "oposición" venezolana, el señor Blyde.
La presencia de Macrón, en verdad no la entiendo, desconozco los detalles y espero leer a alguien que me lo explique. Sólo sé que, desde meses atrás, precisamente al mismo tiempo que el movimiento popular y los trabajadores franceses, le hacen pasar malos ratos a su presidente, no sé si una cosa tiene que ver con la otra, éste se ha mostrado interesado en interceder en el conflicto entre la oposición de extrema derecha venezolana y el gobierno.
En esa reunión, dada entre quienes, en esto queremos insistir, se piensa que en Venezuela hay una sola y unida oposición, que de paso es una minoría, sólo que goza del respaldo de EEUU, la UE y toda la derecha del mundo, se acordó "retomar el diálogo y la negociación en el marco del proceso de México para acordar, entre otros puntos de la agenda, las condiciones de las próximas elecciones".
En el documento que firmaron acordaron además llamar a "una negociación política que conduzca a la organización de elecciones justas para todos, transparentes e incluyentes, que permitan la participación de todos aquellos que así lo deseen de conformidad con la ley y los tratados internacionales vigentes, con apoyo internacional".
Agregaron también en el documento que "este proceso debe ir acompañado del levantamiento de las sanciones de todo tipo, con miras a su levantamiento total".
Observe el lector que la anterior cita habla que el proceso "debe ir acompañado" y menciona de seguidas las sanciones. Es decir, la segunda condición, que debería estar sujeta fuertemente a la primera, se trata de un deber ser, más no una inexorable resultante de lo primero. Pues como ya dijimos, allí en esa reunión, en apoyo a la oposición de extrema derecha venezolana, quienes están son los payasos y no los dueños del circo. Pues sobre las sanciones, dado que es quien las aplica y determina, quien decide es EEUU y no la UEE, tampoco Borrell, Macrón y mucho menos el repetido y descolorido Blyde.
El texto firmado hasta ahora, que habla de permitir la participación de todos "los que así lo deseen de conformidad con la Ley", no parece destinado a proteger al PCV y muchos grupos de la izquierda excluidos hasta ahora por el CNE, sino a los inhabilitados por disposiciones legales expresas, como muchos de los candidatos a las primarios del intrascendente cuantitativamente hablando grupo G, por el cual abogan EEUU, UE y personajes como Borrell y Macrón.
Se trata de favorecer a esos precandidatos que han incurrido en delitos graves, como llamar a la rebelión, alentar y participar en guarimbas y hasta llamar a golpes de Estado e invasiones extranjeras. Pues es a ellos a quienes se refiere de manera casi expresa lo de "que permitan la participación de todos aquellos que así lo deseen de conformidad con la ley y los tratados internacionales vigentes, con apoyo internacional".
En lo que a nosotros concierne, a esos personajes que tienen poco valor electoral y cuyo mensaje nada dice al pueblo, en su determinante mayoría abstencionista, deberían permitirles ese derecho, pese sus pecados y hasta conductas inadecuadas e ilegales del pasado, pues lo contrario es llamar la atención sobre ellos, como lo ha logrado en estos días la señora Machado.
Es bueno tomar en cuenta que, en el acuerdo de ahora, no hay ninguna condena a las sanciones económicas y políticas aplicadas, no al gobierno, sino al pueblo de Venezuela, que es quien en verdad es víctima de ellas.
Pero también es bueno resaltar cómo, los factores extranjeros, incluyendo a los presidentes de Argentina, Brasil y Colombia, caen el juego de tomar como un hecho que la única oposición que hay en Venezuela, es la que representa en señor Blyde, quien goza, sin estar en el gobierno, de una enorme facilidad de estar hoy aquí, mañana en EEUU, Francia y hasta en Bruselas, una vaina que queda en el otro lado del mundo; lo que asombra a quien no tiene facilidades para desplazarse de Barcelona a Puerto La Cruz y, habiendo una oposición mucho mayor y hasta un enorme universo abstencionista por inconforme con el cuadro político.
Hacen uso de un simplismo y una mentira, como si esa oposición fuese la única alternativa, distinta al gobierno. Le asignan un valor que no tienen desde el punto de vista de la representatividad, lo participativo y protagónico, solo porque se amparan en las sanciones y el respaldo económico y político de EEUU, lo que es como simple chantaje. Descalifican a la mayoría y le otorgan a un factor clasista muy focalizado, una importancia que no tiene, sólo porque lo forman los amanuenses del gobierno de Estados Unidos, algo así como unos Borrell o Macrón de menor escala.
El extremismo que representa Blyde, no sólo es una minoría, sino que además, no garantiza que EEUU cumpla con lo que él firme, aun cuando le ordenen hacerlo; de eso hay demasiadas pruebas, como lo incumplido en el anterior acuerdo. No obstante, por el bien del país, la paz, es pertinente buscar acuerdos, pero en eso hay que incluir a todas las tendencias y ganarse el respaldo para denunciar al extremismo y al gobierno de EEUU al incumplir con lo acordado. Dado que, para el capital estadounidense, las elecciones en Venezuela, sus resultados, son cosas de segundo orden, lo sustancial es ponernos la bota en el cuello.
Lo que hemos dicho en el párrafo anterior está revelado en muchas cosas. Como que la oposición adicta al gobierno estadounidense, con autorización de éste, en la anterior ronda de conversaciones, se comprometió a liberar, una buena cantidad de dólares, que hasta sería administrada por entes distintos al gobierno venezolano y no cumplió, actitud que es similar a muchas anteriores.