Venezuela.
Los europeos están caminando adelante a los gringos con el caso Venezuela. Las inversiones por parte de la Unión superan solo para América Latina y el Caribe en más de veinte mil millones de euros y los únicos excluidos hasta ahora son Haití y Venezuela.
La culpa que los dineros no lleguen a estos países —Venezuela y Haití— está en manos de Norteamérica, quienes atentando contra su sistema económico en buena parte de las inversiones desarrolladas en varios lugares del planeta han detenido su círculo financiero y al esté verse interrumpido detiene transacciones sobre todo en el caso venezolano.
Pero los problemas se han extendido hasta Europa cuando estos actores entran y enturbian los intereses norteamericanos. Es la respuesta de países mucho más agresivos por sus mercados. Está claro que buscan otras vías para mantener sus rutas comerciales y asistencia cuando las mismas naciones de la OTAN los limitan.
Por esta razón Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Colombia, Argentina, Cuba, entre otros, han aceptado abrir negociaciones con Bielorrusia, Federación Rusa, Turquía, Irán, China, India y hasta con el inesperado giro dado por Arabia Saudita uno de los más poderoso en toda la región del Golfo Pérsico.
De inmediato el escándalo es la respuesta norteamericana aludiendo que toda la riqueza de América Latina y el Caribe les pertenece. En respuesta, Europa con sus inversiones consolida intereses en estas áreas. Así responden al conflicto armado en Ucrania, territorio que sienten perdido aun cuando está en su continente. O Estados Unidos entiende que la ofensiva contra Rusia no está planteada como control para toda Europa, y de una buena vez termina saliéndose de este territorio, o los europeos comenzarán a buscar lo perdido en otros continentes.
Las respuestas que incomodan están concentradas en grandes proyectos e inversiones mundiales proyectados en la Ruta de la Seda, BRICS, Organización para la cooperación de Shanghái, y el desarrollo industrial en Brasil.
La necesidad de activar la CELAC, BRICS, UNASUR y MERCOSUR son espacios donde muchos buscan entrar y entre otros objetivos proponer una moneda única. También esta la la reciente comisión sudamericana para la superación de la pobreza, esto más el caso mexicano de crecimiento económico y la declaratoria del litio en Bolivia hablan de un inesperado giro el cual inquieta a Washington.
Finalmente, resurgen los avances, acuerdos, miradas, participación y ópticas llevadas adelante por la OPEP y los OPEP PLUS quienes han puesto orden en el mercado energético global. La recuperación del barril es una meta y fluctúa sobre los ochenta dólares por tonel, y el retiro de más de un millón seiscientos mil barriles entre Arabia Saudita y Rusia demuestran claramente un nuevo camino económico global.
Hasta más pronto…